Barcode sintió su cuerpo tensarse al leer aquello. Su boca repentinamente seca y sus piernas fallándole, tanto que tuvo que tomar asiento en la silla frente al escritorio. Esa bonita silla giratoria que tanto divertía a Jeff, podía recordar su sonrisa de niño cuando la compró.
Pero... ¿qué era eso? ¿Era realmente el diario de Jeff? ¿Su esposo sabía que iba a morir? ¿Cómo? Aquello fue... fue tan inesperado.
Aquel chico...
Aquel chico... no...
¿Él ha vuelto? ¿Quién era él? ¿Y por qué decía que iría por él? Barcode no lo entendía.
Estaba leyendo aquello porque por fin se había decidido a limpiar el despacho de Jeff porque Mile le había sugerido donar la ropa y demás cosas útiles a la caridad y también Barcode había creído que ya era hora.
Tenía que dejar ir a Jeff.
Barcode miró hacía la puerta entre abierta de la oficina, el silencio al otro lado le ponía la piel de gallina. El silencio que se había adueñado de su vida desde que Jeff se había marchado.
Miró el diario de nuevo. La primera página era desconcertante y extraña. Era como si su esposo... No. Era imposible. No había forma de que Jeff supiera lo que iba a ocurrir, pero... ¿entonces?
Sé que es repentino, pero debes abandonar la casa ahora mismo.
Y aquello era como si estuviera hablándole justo en ese momento. ¿Abandonar la casa? ¿Por qué? ¿Cuál era el sentido de aquello? ¿Una mala broma de Satur? ¿Una forma tardía de...?
Toma el anillo y vete. La flecha ya está puesta. Solo tienes que ponértelo. No dejes que él lo tenga.
¿Anillo? ¿De qué anillo hablaba? ¿Dejárselo tener a quién? Barcode miró hacía el último cajón de nuevo. Sí. Había algo más en el sitio.
Un pequeño y delicado anillo de oro. Barcode nunca lo había visto antes. Tenía unas raras inscripciones alrededor. Al principio creyó que era chino, pero no. Eran runas y él desconocía por completo su significado.
Y fue entonces que las luces se apagaron.
Barcode dió un salto y se contuvo de gritar. ¿Se había ido la luz? ¿Habían fallado los fusibles? ¿Qué era lo que pasaba?
El joven se giró hacía la ventana de la oficina, una muy grande y amplia porque a Jeff le encantaba mirar por ahí. A veces tenía un lado entrometido que podía molestar a cualquiera.
Barcode apartó un poco las persianas, sintiendo la tan familiar opresión en el pecho al ver a sus vecinos con las casas iluminadas. El único sin luz era él. ¿Los fusibles? ¿El suministro de energía? Pero él ya sabía que no era así.
Lo supo aún antes de escuchar los pasos sobre las escaleras, suaves y mullidos.
Y Barcode sentía que todo su cuerpo perdía energía, que todo su ser caía en pedazos porque reconocía aquellos pasos. Reconocía a la perfección la forma de caminar del único hombre que había amado.
Jeff Satur...
Pero...
Pero...
Él estaba muerto, ¿no es así?
El mismo Barcode lo había visto hacerlo a consecuencia de aquella balacera. ¿Cómo era qué?
La puerta se abrió completamente, revelando al intruso y dejando a Barcode con una expresión de horror en el rostro.
Era él...
La luz era escasa, pero no había duda.
Era Worakamon Satur, con su cabello oscuro y sonrisa burlona. Esa que indicaba algún hecho pervertido.
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Él [JeffBarcode]
FanfictionBarcode es un joven viudo que tras dos años de llorar la muerte de Jeff, decide que es hora de dejarlo ir y de deshacerse de sus objetos personales. Sin embargo, no tarda en descubrir que su esposo tenía más secretos de los que él hubiera pensado. Y...