Capítulo 4

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"Uno de los magos" 

Aquel joven de sonrisa franca y cabellos negros era uno de los magos. 

El mismo que según Jeff, le había dicho dónde encontrarlo. 

El mismo que había sido torturado hasta la muerte. 

Pero...

 ¿Cómo era posible? 

¿Cómo es que estaba vivo? 

¿Él realmente había viajado en el pasado? 

¿O no? 

 Barcode observo el anillo en su dedo, el brillo y las runas.

—Es un objeto antiguo. —Explicó Apo, acercándose a él con una botella y un trozo de algodón. —Fue hecho por duendes hace millones de años. O por lo menos, eso es lo que se cree.

—¿Duendes?

Replicó Barcode, mirando de reojo a Mile abandonar la casa de nuevo.

—Sí, ¿pero quieres escuchar algo increíble? Cuando el padre de Mile viajó a esa época, conoció a los duendes y les mostró el anillo. Ellos lo imitaron creando más y esa es la paradoja de los viajes en el tiempo.

—No entiendo.

Confesó Barcode, escuchando al otro desgarrar parte de su camisa, buscando el rozón de la bala.

—Pues que el señor Romsainthong les mostró el anillo, el cual ellos habían creado, pero 'ellos lo crearon' en base a ese anillo, así que al final no hay forma de saber quién lo inventó. ¡Fascinante! ¿No crees?

Barcode no estaba seguro si de encontrar aquello 'fascinante' o sumamente extraño.

—El anillo...

—Sirve para viajar en el tiempo. Viajes de uno.

Apo roció un poco de la sustancia de aquella botella en su hombro. No dolía, pero Barcode se negó a mirar. No podía olvidar que esa herida se la hizo Jeff.

—Viajar en el tiempo, ¿es real?

—Lo es.

El joven utilizó el algodón para limpiar el exceso de aquella sustancia.

—No entiendo nada.

—Jeff nos advirtió que así sería. —Replicó con voz suave. —Él no quería que tú lo supieras.

—Pensó que no iba a creerle. Él no confiaba en mí. —Susurró Barcode, mirando el anillo de nuevo. Viajes en el tiempo. Jeff era un viajero en el tiempo. Eso... ¿sería verdad? ¿Por qué nunca se dio cuenta? Jeff siempre estuvo a su lado, siempre lo procuró, siempre lo amó.

—No creo que haya sido así.—Dijo Apo retirando el algodón y sonriendo con orgullo.

—¿Qué no? No tengo idea de quienes sean ustedes y lo sabían. Incluso me conocen, en cambio yo...

—Mile y Jeff se han criado juntos. Los dos son portadores.

—¿Y? ¿Por qué nunca me lo mencionó? Ni siquiera el anillo. Mucho menos a ese otro Jeff. Ni... —Barcode se mordió el labio confuso y dolido. —¿Me dijo alguna verdad? —Estaba cansado de todo. De la noche a la mañana descubrió que no conoce para nada a Jeff. Todo lo que le dijo sonaba a mentiras ahora.

Apo le acarició la cabeza con suavidad, dándose la vuelta. Barcode miró su hombro. No había nada ahí. La herida hecha por la bala había desaparecido.

—Me curaste...

—Te dije que lo haría.

Respondió el chico sin voltearse, abriendo una pequeña gaveta  con más botellas como aquella.

—Fue... ¿magia?

—Solía ser más espectacular antes. —Dijo el joven. —¿Crees en la magia, Barcode?

—No.

—Lo entiendo. Es difícil creer en ella. —Y Apo se giró con lo que parecía una rama entre sus manos. —Solía ser el único mago del pueblo. Todos acudían a mí. Todos confiaban en mí. —Y su voz se llenó de tristeza. —La peste lo consumió todo.

—¿Hablas de la peste negra? ¿Eso no ocurrió en Europa?

—La nuestra fue diferente, Barcode. —Y el joven mago agitó la rama con delicadeza. —Fue una maldición. Lo intenté y lo intenté, pero nada funcionó. El hechizo era demasiado para mí. Fue entonces que busqué a los viajeros, pensaba que si podía volver y prevenirlos...

—Pero está prohibido intervenir. —Interrumpió Mile, llevando una buena cantidad de leña entre sus brazos. —Hay cosas que deben pasar, intentar cambiarlas...

—Podrían salvar gente.

Barcode pensó en Jeff y en el día que había muerto. Si pudiera volver... le impediría acudir al Congreso Médico, lo ataría a la cama de ser necesario. No lo perdería.

—Estás razonando esto mal, Barcode. Jeff sabía muy bien las cosas, entendía las reglas. Su muerte estaba señalada desde siempre. Ese fue su destino desde que nació. Intervenir solo habría alterado el orden natural de las cosas.

—No lo entiendo. —Replicó Barcode. —¿Orden natural? ¿Su destino? ¡Tonterías! Pueden viajar en el tiempo. —Señaló a Apo. —Él hace magia o algo así. ¿Por qué seguir ese orden cuando pueden crear el suyo?

La pareja de esposo se miró, hablaban en secreto. Barcode lo sabía cuando detectó la cautela en aquellas miradas.

—Porque hacerlo te llevará a la locura.

—Tal como le pasó a Jeff.

Añadió Apo, apuntando la rama hacía la chimenea. Barcode dio un salto al ver un montón de chispas salir de la punta. Momento en el cual un ruido en el exterior los hizo girarse.

—P'Thep... ¿Ese es Jeff?

—Sí. —El mago se dirigió a la puerta de donde provenía el ruido. —Ese Jeff perdió a Barcode y decidió usar el anillo y volver en tiempo para salvarlo, ignorando las leyes más importantes de los anillos. Ignorando que las cosas ocurren por una razón.

Mile lo siguió, pero antes de que su esposo abriera la puerta, se detuvo a añadir algo más.

—Lo intentó y lo intentó, pero el destino de cada persona está hecho. Siempre fracasó. Jeff Worakamon se condenó a ver morir una y otra vez a su Barcode.


Y entonces en la mente de Barcode todo comienza a tener sentido.

Él [JeffBarcode]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora