Él [JeffBarcode]

Capítulo 6

Tras las palabras Jeff,  se hizo el silencio entre los otros presentes.

Barcode mantenía sus ojos fijos en su joven esposo, analizando lo dicho.

Las muertes...

El otro Jeff...

El otro Barcode...

 Todo eso le seguiría resultando demencial de no ser por la presencia de su P'Theep.

Su esposo muerto dos años atrás.

Sólo que no era así para nada. 

Había ido diez años en el pasado. Jeff aún vivía.

 Estaban junto y se amaban. Nadie iba a separarlos hasta ocho años después y entonces la idea acudió a su mente. Si le advertía... a su esposo, entonces Jeff no tendría que ir a aquel congreso.

 Se quedaría en casa con él, a salvo. 

Y recordó las palabras de aquel par. Habían cosas que no podían cambiarse, pero si alguien había alterado el futuro, ¿no podía ser la muerte de Jeff una consecuencia de ello? ¿Un desliz? ¿Una especia de error?

Pero el mundo/universo/realidad del otro Jeff era como un espejo. 

Y Barcode siempre moría, no importaba que tanto él lo intentara. Barcode siempre terminaba muriendo por diferentes circunstancias. 

¿Él podría...? 

Sería diferente en su mundo, si usaba el anillo e impedía la muerte de Jeff, ¿estaría su amado esposo esperándolo en casa? ¿Lo estaría? Mientras Barcode consideraba todas esas cosas en su mente el Jeff de esa época comenzó a hablar de nuevo.

—Si algo cambió... el contenido del diario también debió hacerlo.

—¿Lo crees así?

—Jeff estuvo aquí ayer, así que... —Empezó Mile, pero fue cortado por Barcode.

—¿Mi esposo?

—Sí, diez días antes de su muerte por lo que dijo.

—¿Jeff lo sabía? ¿Sabía que iba a morir?

—Lo sé, Barcode. —Fue el Jeff de esa época quién respondió, mirando a su viudo con pena.

—Y... ¿por qué no me lo dijiste? Yo habría... ¡Tú...! ¡Maldita sea, Jeff! ¡Teníamos tantos planes! —Barcode se alejó de él, llegando hasta el extremo de la pequeña sala/cocina de la cabaña.

—Tendrás que hacerlos sin mí.

Y hablaba tan francamente, con tanta calma que Barcode se sintió herido y con muchas ganas de vomitar. ¡Claro! No era él quien se quedaba a llorarle cada maldita noche por extrañar su presencia en la cama a la hora de dormir. No era quién no podía comer durante el día sin llorarle porque no escuchaba esas bromas sin gracia durante las comidas. Para él era tan fácil porque no era él quien cada día se sentía más solo que nunca. No era él quien tendría que aprender a vivir sin el otro.

—Entonces no vayas a ese estúpido Congreso  Médico. —Y sus palabras fueron como balas, duras, rápidas y certeras. —Quédate conmigo. No dejes que aquel psicópata que asesine.

Jeff lo miró bastante sorprendido. Había quedado estupefacto.

—Nunca quise saberlo. Jamás le cuestioné al Jeff del futuro como ocurriría mi muerte.

—¡Pues ahora ya lo sabes, Satur! —Estaba enojado. Solo cuando estaba realmente molesto con Jeff lo llamaba así.

—No... —Entonces Barcode lo volvió a tomar del brazo, con los ojos rotos, pero con el corazón lleno de esperanza.

—No vayas, P'Theep. Por favor no vayas y termines por dejarme solo. Por favor...

—¡Basta, Barcode! —Intervino Mile al nota la vacilación en los ojos de Jeff. —Eso sería lo mismo que hizo el otro Jeff en su mundo. —Miró a la versión de ese mundo. —Y tú lo sabes muy bien, Jeff. No somos seres inmortales, ni siquiera Apo con sus casi quinientos años lo es. Todos vamos a morir en algún momento de nuestras vidas y tenemos que aceptarlo.

—Pero de viejos... —Y Barcode continuaba con los ojos fijos en Jeff. —¿Lo recuerdas? Íbamos a adoptar una niña, compraríamos una casa en Chiang Mai, iríamos a un tour en Europa como familia. No puedes dejar nuestros planes... Te amo, Jeff. Te necesito conmigo. —Lágrimas comenzaron a brotar.

—Sabes lo que va a pasar. —Dijo Mile mientras Apo se acercaba hasta él.

—¿Qué harías en mi lugar? —Gruñó Barcode, volviéndose hacía la pareja. —Te he dicho que el mago es torturado hasta la muerte. Te he dicho que...

—¡Barcode!

Pero el aludido se soltó del agarre de su esposo, mirando a los presentes con rabia y comprendiendo las motivaciones  del otro Jeff.

El amor...

¿Quién podía culparlo por querer recuperar aquel ser al que tanto amaba?

—Pueden viajar en el tiempo por algo... —siguió Barcode. —¿No están hartos de observar sin actuar? ¿No quieren que el mundo gire a su favor? ¿No quieren combatir tanta injusticia?

Pero cualquiera que fuera la respuesta de los tres, Barcode no se enteró. Un fuerte impacto dio de lleno contra él y en cuestión de segundos fue derribado por un par de brazos, unas manos que buscaban hacerse con el anillo.

El otro Jeff...

Lo había encontrado y...

Pero cuando se fijó... casi le da un ataque.

Sobre él...

A horcadas...

Se encontraba Barcode Tinnasit...

Con el otro pálido y una mancha de tierra en la mejilla.

—Dame el anillo y lo arreglaré todo.

—