Capítulo 5

591 71 12
                                    


Las seductoras palabras de aquel desconocido encendieron algo dentro de Hermione. Algo ardiente y lleno de deseo. El tono de su voz, la intensidad de su mirada y el modo en que la agarraba prometían un sinfín de placeres. Placeres eróticos que sólo él podría proporcionarle.

Un hombre que se atrevía a todo... ¿Estaría sugiriendo que tuvieran una aventura? Sus ojos parecían decir que sí.

Era como si la hubiera atrapado por completo, como si supiera perfectamente lo que necesitaba su alma. Sexo salvaje y desenfrenado sin ninguna otra complicación.

Lo deseaba a él. Mucho. Pero le daba miedo desearlo demasiado.

¿Cómo era posible que aquel hombre de sonrisa traviesa, con el rostro oculto tras una máscara conociera sus necesidades más ocultas? ¿Qué demonios le habría dicho Draco de ella?

Pero, ¿quién era? No sabía nada de él, ni siquiera su aspecto. Bajó la mirada hasta sus abdominales de acero; al menos sabía que tenía un cuerpo perfecto. Al margen de eso, era todo un misterio.

¿Qué más debía saber? Desde luego no deseaba que se quitara la máscara porque eso formaba parte de la fantasía que había conseguido que le ardiera el cuerpo entero, pero sobre todo un punto situado entre las piernas.

La canción llegó a su fin, momento que Monsieur Enmascarado aprovechó para llevársela del escenario. Al otro lado de la cortina se cruzaron con un cowboy que se disponía a salir a escena.

Hermione no podía dejar de pensar que debía marcharse inmediatamente y olvidarse de la idea de contratar a un stripper para la despedida de soltera de Pansy, pues sabía que si contrataba a aquel hombre y aparecía en su apartamento vestido así, lo arrastraría a la cama en cuanto se hubieran marchado las invitadas.

Y el brillo lujurioso que adivinaba en la mirada del Enmascarado le decía que él pensaba de igual modo.

Era una locura. Una locura descabellada. No podía sentirse tan atraída por un completo desconocido.

Aunque, ¿acaso no era mejor que sentirse atraída por un vecino al que jamás podría tener? Al fin y al cabo, no había nada de malo en experimentar un poco de sexo anónimo y salvaje. Se le endurecieron los pezones sólo de pensar en ello.

"Vete", le decía la antigua Hermione. "Él es demasiado para ti".

Pero la nueva Hermione, la que tanto había sufrido, la que se había enfrentado a la muerte y había vuelto a la vida con el empeño de vivir cada momento, sabía que sólo había un modo de enfrentarse al miedo.

Hacer las cosas.

De su mano recorrió un pasillo al que daban varios vestuarios llenos de increíbles hombres medio desnudos, entonces se detuvieron en un rincón en penumbra, donde él la apretó contra la pared. No podía ocultar el deseo, pues su erección era evidente y Hermione la sentía ahora contra el muslo.

Tragó saliva, inmovilizada por la excitación que veía en sus ojos.

— Quiero... quiero que tú... — susurró ella.

— Lo sé.

Hermione se ruborizó.

— Quiero decir que quiero contratarte para que actúes en la despedida de soltera de mi hermana el sábado por la noche.

— Sé qué es lo que quieres — le acarició la mejilla suavemente — Quieres una aventura.

Volvió a tragar saliva y asintió.

¿Por qué quería salir corriendo y al mismo tiempo se moría de ganas de rodearlo con las piernas? ¿Cómo era posible que su cuerpo se viera invadido simultáneamente por el miedo y la excitación?

— No, yo... — empezó a decir justo cuando todo estalló.

Traseros desnudos [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora