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Las semanas pasaron y aquel vacío en el pecho de Nagi no había cesado; Reo había empezado a intercambiar más palabras con él pero de igual forma siempre mantenía su distancia, no había contacto físico y no salían como amigos aún, esperaba al menos poder salir con él en cierto punto, ya que al final del día Reo siempre fue su único amigo, sin embargo la espera parecía eterna debido a que nunca hubo señal de intentar algo diferente, algo como antes; tomó mucho tiempo asimilar toda esa situación pero por fin se había dado cuenta: había tenido el privilegio de tener a Reo, él fue el único que le dio aquella atención y cariño que nadie más les dio, aquellos gestos de amor y sobre todo el hecho de ver aquel lado que no mostraba a sus compañeros o amigos; detestaba darse cuenta de todo ello cuando ya había terminado, sobre todo el hecho de sentirse tan mal por la culpa que le carcomía el pecho.

Sabía que se había equivocado, pero lo que no sabía tampoco es que las personas y sentimientos cambian, y no solo los suyos.

Había sido un mes y medio aproximadamente en el que notó que Reo empezaba a esperar a alguien cuando las clases terminaban y por supuesto que la curiosidad empezaba a rondarle, y aunque cierto miedo le decía que mejor no investigara más no quería dejarlo pasar. De nuevo a la hora de salida siguió a Reo hasta llegar al portón de la escuela, ante ello le dio un sentimiento de nostalgia: podía verlo fuera de la escuela, frente a la pared de siempre donde solía esperarlo cuando iba a clases extras, podía ver como se amarraba el cabello con una de las ligas que siempre guardaba en su bolsillo y luego sacaba su botella de agua para empezar a beberla; no hacía tanto calor por antes, pero el ambiente seguía siendo el mismo. Aunque aquella imagen se destruyó al verlo caminar mientras sonreía y alzaba una mano, dirigió su mirada a donde se supone Reo saludaba y vio a un chico con coleta quien se acercaba de igual forma y le brindaba una sonrisa cálida.

Claro, podía recordarlo, era aquel de la fiesta.

― ¿Chigiri? ―murmuró para si mismo intentando hacer memoria, sin embargo no estaba seguro de si ese era o no su nombre.

Tenía aún curiosidad, quería seguirlo, pero no pudo moverse del portón, sus pies no podían moverse de aquel lugar y solo se dignó a verlos irse en dirección al paradero; Reo hablaba y sonreía como siempre, incluso jugueteaba con la otra persona y las carcajadas inundaban aquella escena ¿Acaso todo ello lo tuvo antes? No podía recordarlo así ¿Acaso fue tan ciego que no notó todo ello? ¿Por qué le dolía tanto el pecho? Se sentía un idiota porque por muchas vueltas que le diera al final todo apuntaba que era su culpa, perdió todo y él era el único culpable.

El camino a su casa fue algo lento, no podía dejar de repasar cada salida o momento que estuvo al lado de Reo, no podía evitar de buscar en si mismo la razón de sus actos ¿Era porque fue su primera relación? ¿Por qué no estaba acostumbrado a demostrar afecto? Tenía muchas dudas por todo ello, quería en serio saber qué pasaba por su cabeza en ese instante, sentía que todo había transcurrido en automático y sus actos jamás estarían justificados. Tomó su celular y volvió a revisar las redes de Reo, sentía que la sonrisa que mostraba en sus fotos y estados era cada vez más sincera ¿Cómo se veía cuando estaba con él? No había pregunta que no apuntara a que había sido un novio de mierda, no podía perdonarse aquello.

―Hey. ―y aquella voz lo sacó de sus pensamientos, había caminado hasta su paradero inconscientemente y no se había percatado en lo absoluto, al mirar a su izquierda vio a Reo junto al otro chico quien los miraba a ambos con una sonrisa, guardó su celular en el bolsillo al instante.

― ¿Es el de la fiesta no? ―preguntó el de coleta larga con una sonrisa, Nagi solo los miró con un sentimiento extraño en el pecho ¿Por qué se sentía así? Era un dolor extraño.

―Sí. ―murmuró Nagi mientras miraba a los lados, claro, justo ahora no había ni un solo bus.

El silencio no reinó mucho puesto que los de coleta empezaron a hablar animadamente, Nagi solo podía escuchar aquella conversación en completo silencio, sí, definitivamente le dolía escucharlo reír. Los minutos pasaron y aquel muchacho de cabello rojizo se fue en un bus dejando a ambos solos en la parada, Nagi no podía creer que aún tenía que quedarse en aquella parada ¿Tanto iba a demorar su bus? La tensión podía sentirla hasta en los poros, quería que pare, quería irse.

「Cuando sonríes 」(Nagi x Reo) [Blue Lock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora