Capítulo VII: Dejar pasar todo.

31 2 2
                                    

VII.

**********************

El amanecer empezaba lento.
El sol subía desde el horizonte, para después de unos cuantos minutos, poco a poco iluminaba algunas zonas de la ciudad de Ashfield.

Era un diecinueve de marzo alrededor de las seis de la mañana. Henry dormía plácidamente en boca arriba, la cabeza hacia un lado, y su respiración era suave y relajante. En una media hora más que estuvo aun dormido y faltaban unos cuantos minutos para que suene el despertador. Aunque sus ojos aún estaban cerrados, le arderían si los abriera, ya que el por dentro si ya estaba despierto y ya sabía que día es, su cumpleaños número veintinueve. Eso no le emociono tanto, sus cumpleaños actuales ya no le emocionaban tanto desde que era un niño, igual solo era una etapa. Desde que se independizo antes de los sucesos, no había planeado festejos por su cumpleaños, aunque lo menos que podría hacer es ir a unos de sus lugares favoritos para relajar y despejar la mente. La única desventaja en el día es que cayó un día cualquiera de semana y no un día de fin de semana.

Luego de que pasaron minutos en aprovechar a seguir con los ojos cerrados, en ese momento sonó el despertador insistentemente, algo que Henry aun medio dormido le molestó un poco, en cuando abrió leve los ojos sintió el ardor en ellos por los rayos de la luz del sol, pero aun así tenía que ver en donde se encontraba su despertador sonando para así presionar el botón de apagar. Cuando lo hizo mantuvo los ojos cerrados por un rato para ocupar sus dedos para frotarlos, y después levantarse de la cama y dirigirse al baño a lavar su rostro. Después se metió a la ducha a darse un baño.

Después del baño se vistió su ropa de trabajo ropa formal de trabajo; camisa color gris abotonada con mangas largas, pantalón formal color negro, en ello se colocó un cinturón, y por último zapatos formales de cuero.

Salió de su habitación para preparar su desayuno, dejó la tetera con agua hirviendo en la cocina para su café.

En lo que preparaba el desayuno, el teléfono fijo de su hogar sonó.

Henry puso los ojos en blanco, en el fondo no quería contestar ¿Por qué llaman a estas horas de la mañana? Y tan temprano. De mala gana, contestó.

- Diga... -

- ¡Henry, hijo! ¡Feliz cumpleaños! ¿Qué tal amaneció el niño del cumpleaños? - era su madre de nuevo.

- Buenos días, mamá. Pues bien, y ya me estoy alistando para ir a trabajar - respondió Henry algo sarcástico.

- Oye hijo, ¿Por qué tan de malhumor el cumpleañero? -

- No es malhumor, solo que muy temprano estás llamándome y... - se cortó cuando una voz masculina se oyó ahí mismo en la llamada

- ¿Más café, mi reina? - habló la voz masculina en la llamada.

- Claro que sí, bizcocho - le responde.

- Típico de mi madre - murmura rodando los ojos.

- Bueno hijo, ¿Sigues ahí? - pregunta su madre.

- ¿Y tú estás con alguien? -

- Bueno sí, que tiene de malo, soy libre, y ya no estoy aguantando al tarado de tu padre -

- Lo sé, mamá. Solo que podrías intentar hacer algo nuevo, no solo estar acostándote con hombres más jóvenes que tú, puedes... - pauso por un momento y siguió - No sé, tal vez salir de viaje a cualquier sitio y despejarte por un rato...

Henry no dió más detalles solo le hacía entender a su propia madre, una mujer con más de cincuenta años, pero con el alma de una joven de veinte y treinta años, una mujer que no sabe que más quiere aparte de divertirse de lo que le gusta hacer.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 05 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Silent Hill 4 - Terrores Nocturnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora