Harry Potter y el descenso a la oscuridad

Capitulo 30

Descargo de responsabilidad: no es dueño de Harry Potter. JKRowling lo hace.

Primer pase beta de Clemex

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Harry fue despertado por Ginny y Hermione apareciendo con comida a la mañana siguiente. A Fleur se le permitió irse con la condición de que la transfirieran al cuidado del sanador de su familia. Sus quemaduras habían sido graves y solo se curaron parcialmente, pero su familia quería llevarla de regreso a Francia. Harry se despidió de ella con cariño y se preguntó si alguna vez la volvería a ver.

Ron finalmente se unió a Hermione y Ginny, pero ninguno de ellos pudo quedarse mucho tiempo ya que todos tenían exámenes que asistir. Harry estaba un poco molesto porque se estaba perdiendo su examen de transfiguración, incluso si no necesitaba tomarlo. Tan pronto como terminó con el almuerzo, Harry sacó su bolso e hizo que pareciera que estaba clasificando los libros para leer. Envolvió toda su bolsa en su capa de invisibilidad, haciéndola desaparecer por completo. Se sentó y esperó a que Moody apareciera y abriera la puerta de la enfermería y tan pronto como el hombre lo hizo, Harry se levantó y le dijo a Madam Pomfrey que solo iba a usar el baño.

Desapareció adentro, se envolvió en la capa de invisibilidad, activó el mapa y sonrió al segundo punto de Harry Potter que estaba parado justo afuera de la puerta del baño. Su yo futuro debe haber seguido a 'Moody' a la enfermería.

Aliviado de que no iba a tener ningún problema con su plan, abrió la puerta del baño y salió rápidamente. Su otro yo se deslizó dentro y Harry salió rápidamente de la enfermería mientras su otro yo salía del baño, sin capa de invisibilidad y volviendo a su cama. Harry se vio a sí mismo mientras salía corriendo por la puerta abierta y sintió un escalofrío en la espalda. Nunca fue sabio verte a ti mismo cuando jugabas con el tiempo. Había historias de terror sobre personas que se volvían locas por eso. Harry realmente no estaba seguro de por qué una persona se volvería loca al verse a sí misma, especialmente si entendía completamente por qué y cómo, e incluso lo esperaba., pero aún sentía un escalofrío extraño en su magia, así que pensó que probablemente había alguna ley mágica extraña sobre el viaje en el tiempo que hacía que todo fuera un gran no-no.

Veinte minutos después, Harry subía cojeando las escaleras de la mansión y se sentía un poco sin aliento. Tenía que admitir que el veneno de la maldita araña lo había dejado un poco débil. Justo cuando Harry llegaba a la parte superior de las escaleras, escuchó que la puerta del estudio se abría y allí estaba Tom con el ceño fruncido. Harry agachó la cabeza instintivamente pero miró al Señor Oscuro a través de sus largas pestañas con una sonrisa inocente.

"Estúpido mocoso tonto".

"Gané, ¿no?"

"¿Ya has visto lo que dicen los periódicos sobre la tarea?"

Harry parpadeó. No había pensado en eso. "No, pero probablemente sean todas mentiras".

"Más vale que así sea," gruñó Tom.

Harry continuó acercándose a Tom, haciendo todo lo posible por minimizar su cojera, pero Tom se dio cuenta.

"Bueno, claramente acertaron en una cosa. Te rompiste el tobillo", dijo Tom cruzando los brazos sobre el pecho y mirando a Harry con enojo.

"Ya no está roto. Promfrey lo curó bastante bien. Ahora solo está un poco dolorido", murmuró Harry a la defensiva y apartó la mirada.

Tom se burló y se acercó, agachándose y envolviendo su brazo bajo la axila de Harry y soportando su peso mientras conducía a Harry al estudio. Harry estaba bastante sorprendido por el gesto, pero con avidez se inclinó hacia el costado del hombre mayor, absorbiendo la suave calidez de tal contacto físico. Una vez dentro, Tom sacó su varita y dirigió su silla desde detrás de su escritorio hacia la sección abierta de la habitación y luego la transformó en un sofá. Se sentó y empujó a Harry hacia él, acostándolo con la cabeza en el regazo de Tom. Solo habían asumido esta posición en la tumbona de la biblioteca antes, pero el arreglo era lo suficientemente familiar como para que Harry rápidamente se acomodara en una posición cómoda y levantó su tobillo lesionado hasta el reposabrazos opuesto del sofá. Suspiró felizmente, disfrutando mucho el arreglo.