—¡Lo odio, lo odio, lo odio!—Exclamó la rubia golpeando la mesa con su puño.
En éste momento ella y todos sus compañeros se encontraban en el "comedor" del campamento.
El lugar era bastante grande y tenía más de quince mesas.
Mientras Chica y Baby estaban sentadas en una mesa amplia, Freddy y Bonnie buscaban un lugar para sentarse a almorzar. Cada uno tenía su bandeja con comida a mano.
Pero, por mala suerte, todas las mesas estaban completamente ocupadas.
Menos la de las chicas.
—Maldita sea.—Suspiró Freddy caminando a la par del pelimorado buscando un lugar en donde sentarse.—No hay más lugar, todas las mesas están llenas.
—Sí.—Asintió Bonnie, hasta que paró de caminar.—Exepto... esa.—El de ojos rojizos señaló la mesa de Chica y Baby, quienes ya se encontraban comiendo.
—Ay, no. No, no, no y no—Freddy se negó.—Prefiero comer en el suelo que ir con esa loca.
—Oh, vamos Freddy. No hace falta que le hables, ni la mires. Solo come y ya.—Bufó el pelimorado dándole un empujón con su hombro.
A Freddy no le quedó otra opción.
El castaño pegó un gran suspiro, para después, con su mejor amigo, dirigirse a la mesa de las chicas.
El ojiazul permanecía callado y cabizbajo.
—Ehm... Chicas.—Habló Bonnie llamando la atención de ellas.—No hay más lugares en las otras mesas, así que... tendremos que sentarnos aquí.
—¡No hay proble-...
Baby no pudo terminar de hablar debido a que la rubia cubrió su boca con una de sus manos.
—Tú puedes sentarte, pero tu amigo no.—Respondió Chica cruzándose de brazos.
—¡Chica, no seas así!—La pelirroja regañó a su amiga golpeándola suavemente en su hombro con el de ella.
La rubia solo giró los ojos.
—Claro que pueden sentarse.—Accedió Baby.
Así fue como ambos muchachos se sentaron frente a las chicas.
Mientras comían, Freddy le echó la mirada a Chica, quien se dio cuenta de que la estaba mirada.
—¿Ahora qué miras?—Dijo ella dejando los tenedores en el plato.
—¿Ahora no puedo mirarte?—Respondió ésta vez el ojiazul haciendo la misma acción que la rubia.
—¿Y por qué deberías mirarme?
—Y aquí comenzamos de nuevo...—Suspiró Baby llevando la palma de la mano a su frente. Esta miró a Bonnie, quien también se encontraba igual que ella.
—A ver, a ver, a ver. ¿Se dieron cuenta de que no hay ningún momento en los que los dos no discutan?—Habló Bonnie bastante fastidiado.—Solo quiero que comamos en paz, como amigos.
—Concuerdo con Bonnie—Comentó Baby.
—Yo no soy su amiga.—Habló Chica frunciendo el ceño.
—Y yo tampoco de ella.—Dijo Freddy cruzándose de brazos.
—¡Freddy, basta!—El de ojos rojizos alzó la voz ya enojado y cansado de la tonta pelea que Freddy y Chica tenían.
—¡Es tu culpa, tú querías sentarte con Baby y su amiga chiflada!
—¡¿Cómo me dijiste?!—Está vez Chica se puso de pie de golpe, fulminando al castaño con la mirada.
—¡Chiflada, te dije chiflada!
—¡Ahora si vas a ver!
Y así, Chica se lanzó a Freddy, tirando toda la comida que había en la mesa.
—¡¿Oye qué te pasa?!—Soltó Freddy intentando quitársela de encima.
—¡Oye, ya paren!—Exclamó Bonnie interfiriendo intentando separar a ambos.
—¡Chica, Freddy!—Gritó la pelirroja.
Enseguida, la encargada del campamento llegó, acompañada de dos profesores más.
—¡Chicos, deténganse!—Dijo una de las profesoras.
Y cómo pudieron, separaron a ambos chicos, quienes se miraban con mucho odio.
Estaban castigados.
