-"𝐄𝐥𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐝𝐫𝐚́ 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐮 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐚́𝐬 𝐦𝐢 𝐒𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐀𝐫𝐯𝐞𝐳𝐞𝐥𝐚"
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Kallan de Novak era el legítimo heredero del Imperio de Svetloba, debido a esto a sus 7 años...
El joven de la familia Novak estaba fuera del castillo imperial con una sonrisa en su rostro, hoy llegaba el príncipe Bavilo y no podía esperar para verlo
– ¿Mi traje se ve bien? – pregunto el joven a la sirvienta a su lado
– S-si, se ve bien su alteza – respondio Hana algo confundida
Su cara se puso aun más feliz al ver cómo un carruaje se acercaba y se detenía delante de el
El peli plateado no pudo evitar sorprenderse al ver que quien abrió la puerta del carruaje era su amigo pelirrojo
– Bienvenido a Sveltloba príncipe Bavilo – cuando el oji verde dijo eso con una sonrisa se noto un leve sonrojo en la cara
Cuando el joven de Arbezela salió del carruaje levanto la mirada viendo el gran castillo de la familia Novak volviendo a sorprenderse, era algo más grande que el de la familia Secramise. Después volvió a ver a Kallan que aún sostenía su mano y lo miraba con una sonrisa
– Ella es Hana, cualquier cosa que necesites pídeselo – el de cabello rojo señalo con la mano a la chica
– Es un placer conocerlo, principe Bavilo – la criada hizo una reverencia
– Se lo agradezco – el peli plateado correspondio el saludo
– Vamos, te mostrare el castillo – el de ojos verdes entrelazo su brazo con el del otro muchacho y empezaron a caminar – Pongan las cosas del principe Bavilo en su cuarto – le ordenó a los sirvientes
– Si su alteza –
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Los dos príncipes estaban caminando por los pasillos mientras el pelirrojo mostraba cada parte del castillo
– Esta es mi habitación, si me necesitas búscame aquí – el de cabello señalo las puertas de su cuarto
El oji fucsia solo escuchaba con atención cada cosa que el decía
– Esta es la oficina de mi hermana, la princesa Vera – señalo a la oficina mientras seguian caminando – Ella quería conocerte pero tuvo que salir, seguro que después la conocerás –
Bavilo mantenía la cabeza un poco baja cuando lo escuchaba, se notaba que estaba en algo que le carcomía la cabeza pero sólo mostraba una pequeña sonrisa cada vez que Kallan lo volteaba mirar
Siguieron recorriendo el lugar hasta que llegaron al que sería el cuarto del peli plateado
– Bien, esta será tu habitación. Si necesitas algo solo llamame a mi o a Hana – el de ojos verdes sonrió – Hasta luego – se dispuso a irse pero algo lo detuvo
