-"𝐄𝐥𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐝𝐫𝐚́ 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐮 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐚́𝐬 𝐦𝐢 𝐒𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐀𝐫𝐯𝐞𝐳𝐞𝐥𝐚"
━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━
Kallan de Novak era el legítimo heredero del Imperio de Svetloba, debido a esto a sus 7 años...
– ¿Kallan? – la mujer entró a la habitacion que a primera vista parecía vacía – Kallan, cariño ¿Estas aquí? – dio unos pasos hacia adelante mirando a su alrededor
De repente, escucho un leve ruido cerca de la ventana. Cuando miro más atentamente, noto unos pequeños zapatos que resaltaban a los pies de las cortinas
La peli negra sonrió ya sabiendo de quien se trataba
– ~Oh, parece que Kallan ¿Me pregunto donde podrá estar?~ – camino por todo el cuarto mientras seguia fingiendo
– Jiji – pequeñas risas se escuchaban desde las cortinas mientras más se iba acercando
– ~Bueno, si Kallan no está aquí, creo que tendré que irme~ – tomó la cortina con su mano y quitándola, montando a un niño de pelo rojo – ¡Te encontré! – grito con una sonrisa envolviendo a su hijo en sus brazos
– Jaja ¡Mami, me encontraste! – Kallan empezó a reír
– Mi lindo bebé, ¿Que haces escondido aquí? –
– Estoy jugando a las escondidas con Verá, ella me está buscando –
– Bueno, ella es muy lista, seguro que te encontrará muy facil si te escondes aquí –
– Si, ya se – el niño miro hacia abajo un poco triste – Mami, ¿Puedes ayudarme a esconderme? – miro a su madre con emoción
– Por supuesto, conozco el escondite perfecto, ¿Vamos? –
– ¡Vamos! –
Los dos salieron de la habitación con el pequeño siendo cargado por su madre y riendo juntos
• • • •
El joven principe se encontraba recostado en una de las paredes de ese largo pasillo, con la mirada fija en el piso. Estuvo totalmente sumido en sus pensamientos por un buen rato hasta que decidió despertar y mirar a su alrededor
Vio a ambos lados notando que estaba completamente solo, todo se veía tan vacío en un castillo tan grande, no era tan diferente a su hogar pero había algo en el ambiente que lo hacía sentir incómodo
Decidió despegarse de la pared y se dirigio a su habitación un poco melancólico, esperaba poder ver a Bavilo ese día, tendria que esperar hasta mañana para poder saludarlo
– (Que solitario es este castillo) – pensó mientras miraba alrededor de los pasillos
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día había comenzado y el príncipe Bavilo estaba despertando, tan pronto como abrió los ojos escucho como al otro lado del cuarto alguien llamando a la puerta e inmediatamente entró su joven sirviente