-"𝐄𝐥𝐥𝐚 𝐩𝐨𝐝𝐫𝐚́ 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐮 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐬𝐞𝐫𝐚́𝐬 𝐦𝐢 𝐒𝐨𝐥 𝐝𝐞 𝐀𝐫𝐯𝐞𝐳𝐞𝐥𝐚"
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Kallan de Novak era el legítimo heredero del Imperio de Svetloba, debido a esto a sus 7 años...
La pequeña niña de cabello dorado estaba muy sorprendida y confundida a la vez
¿Por qué de todas las personas eligió comprarla a ella? No lo sabía, también tenía miedo de lo que le pudiera hacer
– ¿Por que querría comprarla, su alteza? Ella vale menos que un pan duro – dijo el dueño de la posada aún algo atónito
– Eso no es algo de su incumbencia – el peli plateado se levanto de la silla – Solo diganme cuanto quieren por dejarla libre –
– Con todo respeto, no cre- – el hombre cerro la boca en el instante que el principe tiro una bolsita llena de monedas y joyas
Los esposos se quedaron hipnotizados viendo las riquezas por unos segundos
– ¡Vendida! – gritaron los dos juntos con felicidad
– ¿A-h ah? – la peli dorada todavía seguía confundida pero no le sorprendía que aceptaran, ellos harían cualquier cosa por dinero
– Bien, solo necesito que firmen aquí – el oji fucsia sacó un contrato que puso encima de la mesa y una pluma
Los dos adultos firmaron el papel con rapidez y después se pusieron a festejar
En el palacio:
Bavilo estaba guiando a Merín por los pasillos la cual se encontraba asustada de lo que podría pasarle
Hasta que llegaron en frente de dos grandes puertas, o al menos lo eran para la niña, y cuando Bavilo las abrió los ojos grises de Merín se llenaron de esperanza
Ahí dentro se encontraba su hermano que creía perdido, tan pronto como sus miradas se cruzaron los ojos de los dos se cristalizaron
– ¡Adrián! – la pequeña corrió a los brazos de su hermano
– ¡Merín! ¿Estas bien? – abrazo con fuerza a su hermana, no quería soltarla
El peli plateado solo miraba la escena en silencio con una sonrisa conmovedora en su rostro hasta que los dos hermanos se separaron un poco
– Adrián ¿Que esta pasando? – la niña vio a los ojos al peli dorado
– El principe Bavilo acaba de liberarnos y me ofreció ser su sirviente – respondió con una voz calmada – Y también ofreció inscribirte en la escuela –
La pequeña oji gris se quedo atónita por un instante para después voltear a ver al principe el cual los seguía mirando
– ¡Muchas gracias, su alteza! – dijo la niña con los ojos aún algo húmedos
– No es para tanto – el de ojos fucsias le mostró una suave sonrisa – ¿Por que no comemos algo mientras hablamos?
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Adrián estaba sentado en el sillón de la habitación del primer principe con unos papeles en frente de el mientras el peli plateado y su hermana comían dulces y tomaban té a su lado