꧁ Celebración ꧂

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El local en el que Kitty y Gato celebrarían su boda ya estaba completamente decorado, aunque no fuera tanto debido a la petición de ambos felinos, estaba muy lindo. Primero llegaron Kitty y Gato para comprobar que no había ninguna imperfección, este tenía que ser el mejor día de sus vidas, no tiene que salir mal.

Entraron a aquel local, se quedaron perplejos al ver lo hermoso que estaba, las mesas tenían manteles blancos, algunas luces en las paredes, las ventanas que dejaban ver todo el paisaje, todo superó sus expectativas. Ellos esperaban a los invitados mientras hablaban y hablaban de lo magnífico que había sido este día hasta ahora.

-Estas contento, cielo?

-Como no estarlo, si estás conmigo?- dijo Gato sobando la mejilla de la bicolor.

La felina sonrió ante quel comentario de su marido- Me refiero a todo, si te gustó la seremonia, las dec- antes de que ella termine de hablar gato puso su mano en sus labios tratando de callarla.

-Me gustó todo, pero vuelvo a decirlo, el tenerte conmigo siempre será motivo de felicidad para mi- dijo Gato mirando a los ojos a la minina.

Tu también siempre serás motivó para sentirme feliz- dijo Kitty planteando un pequeño beso en los labios del pelinaranja.

-Te ves hermosa con el vestido, hermosa.

-Gracias, lindo, a ti también te queda bien el traje.

Luego de unos momentos más de coqueteos y leves insinuaciones entre los recién casados, llegaron sus amigos para que la fiesta por fin comience.

Todos los invitados se posicionaron en sus mesas, algunos hablaban, otros se reencontraban, algunos se conocían y otras... Bueno conocían a la madre de su esposo.

-Mamá!- gritaba Gato acercándose a su madre que recién llegaba.

-Mi pequeño!, Está todo muy lindo, felicidades- dijo sonriendo la madre del de ojos esmeraldas.

-Kitty estaba atrás de su esposo, su cuerpo temblaba, se sentía nerviosa, hoy conocería y hablaría con la madre de Gato, el ya mencionado le dijo a Kitty que su madre la recibiría con los brazos abiertos, siempre hablaba maravillas de Imelda, sin embargo los nervios aun permanecían en la bicolor. Aquel sentimiento se desmoronó cuando la madre del felino hablo con Kitty.

-Tu eres Kitty, verdad?- dijo sonriendo Imelda.

-ahh, si, soy yo, mucho gusto- dijo Kitty tranquilamente, cómo si no estuviera a punto de desmayarse, no podemos culparla, el conocer a la madre de la persona, o mejor dicho, el gato que amas, siempre te dará un sensación de miedo y nerviosismo.

-Gato me ha dicho maravillas sobre ti, y por lo que eh visto, tu realmente eres la indicada para mi pequeño- dijo Imelda feliz de conocer a la esposa de su hijo.

-Mamá, emm, creo que es suficiente - le dijo Gato a la castaña, le avergonzaba mucho el hecho de que otras personas cuenten lo mucho que hablaba de la felina que amaba, aunque era inevitable para el no hacerlo, siempre pensaba en ella, aún en los peores o mejores momentos.

Pasaron hablando mucho tiempo, conociéndose y hablando de Gato, entre ellas reían cuando Imelda hablaba de recuerdos vergonzosos de Gato cuando era un crío aún. En un inicio Gato siempre quiso que la ojiazul y su madre se llevarán bien, sin embargo ellas se llevaban muy bien, la mayoría de sus temas de conversación eran el, bueno fuera que hablen de sus participaciones en la salvación de pueblos, como empezó a ser una leyenda y muchas cosas más, sin embargo solo hablaban de recuerdos en los que las risas nunca terminaban.

-Mamá... Emm

-Gato un momento, estoy hablando con Kitty- le respondió Imelda a Gato, aunque no perdía su tono tierno y amable, fue como una orden directa.

Comencemos de nuevo, mi amor [gato con botas X Kitty]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora