Capitulo 3

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La puerta se abrió ligeramente, Iris sonrió recargándose contra la pared mientras veía a la enfermera acomodar las pertenencias de Ares.

—Yo lo hare.

—¿Eh? — La enfermera volteó a ver al joven para negarse pero en cuanto vio a Iris su rostro se ruborizó.

El joven era tan hermoso y elegante como un diamante, tan resplandeciente como el sol, la gentileza que desprendía de su lindo rostro la había cautivado a tal grado que si no fuera porque era 20 años mayor que él, se habría abalanzado a sus brazos.

—No se preocupe por estas cosas, yo ayudaré a mi primo, usted puede retirarse y hacer cosas más importantes que esta.

La enfermera asintió y sonrió a Iris.

—Gracias, es muy amable de su parte que ayude así a su primo y también a esta humilde enfermera.

Iris movió su mano con gentileza y abrió la puerta como un caballero, la enfermera probablemente pensaría que estaba siendo demasiado cortes con ella, pero lo que en realidad quería Iris era que la mujer se fuera de una vez por todas.

Ares tomó las muletas que había dejado la enfermera a su costado y comenzó a meter en una pequeña maleta lo que faltaba de sus pertenencias.

—Ares, por cierto, no te he dado las gracias por haberme salvado de ese risco, si no fuera por ti probablemente habría quedado como un vegetal, bueno, creo que fue lo mejor para todos que tú tomaras mi lugar—sonrió descaradamente y Ares simplemente lo ignoró.

— ¿Estás ignorando a tu amable primo?

—...

Ares lo volvió a ignorar, no quería seguir escuchando a Iris por más tiempo.

Iris se acercó a su costado y tomó la maleta de Ares, la abrió y tiró todo alrededor de la habitación.

— ¡QUÉ CREES QUE HACES! —gritó enojado al ver todas sus pertenencias dispersas por la habitación.

—Creo que no entiendes querido primo~

Pateó la muleta de Ares haciendo que este cayera al suelo, la mirada amable y tierna de Iris desapareció, su rostro se volvió retorcido y algo sádico al tener bajo sus pies a su "querido" primo.

— ¿No has aprendido cierto?, cuántas veces te tengo que decir cuál es tu lugar. Eres mi perro. P-E-R-R-O, cuando yo te diga qué hacer lo harás, si te digo que hables, hablarás, cuando diga que comas, comerás y cuando te diga gracias, debes recibir mi generosidad, ¡maldito perro desagradecido!

Ares agachó su mirada, tomó la muleta que estaba en el suelo y apretó su agarre.

— ¡Quien te crees para hablarme así!

Gritó y derrumbó con la muleta a Iris, como pudo se arrastró hacia él, lo tomó de la camisa y su puño se estrelló contra su delicado rostro.

— ¡Maldito enfermo!, Aunque no lo quieras aceptar, ¡yo sigo siendo el hijo de Yao Pardis!, soy su único hijo y heredero de su imperio, y tú Iris, tú sigues y seguirás siendo un simple miembro de la familia, no te creas tanto solo por ganar su amabilidad.

Iris rechinó los dientes y devolvió el golpe al abdomen de Ares.

— ¿Tus palabras deberían asustarme? —Se burló mientras se levantaba del suelo. — ¿Ares, a quién quieres engañar?, todos saben que tu padre te odia, incluso te visitó porque yo le sugerí hacerlo, a él no le importas Ares, nunca le has importado.

Bueno eso tenía sentido, no creía que Yao lo visitara por su propia voluntad, se burló de sí mismo por creer que de verdad a Yao le importase su propio hijo.

Pero... ¿porque su padre hacía todo a voluntad de Iris?

¿Qué tenía Iris que no tuviera él?, o es porque su primo tenía los rasgos particulares de la familia y él no.

Su cabello no era rubio, era negro, y sus ojos no eran grises, sino azules como los ojos de su madre. Para ser precisos, él tenía los mismos rasgos faciales que su madre.

—A pesar de que resulté con menos heridas, Yao se preocupó más por mí que por ti que casi mueres al caer por ese risco. Ahora dime si sigues creyendo que serás el heredero de su imperio.

¿Y quién no sabía eso?

Todos los miembros y personas cercanas de la familia Pardis sabían muy bien que Yao dejaría todo en manos de su sobrino favorito. Es por ello que su madre y él no eran favorecidos por la familia y tampoco eran respetados por los sirvientes.

Pero esto Iris no lo sabría por su boca, actuaría como si no supiera nada, decirlo solo dejaría al descubierto sus propias debilidades.

—Algún día me pertenecerá todo lo que tú posees, incluso esa chica que tanto has escondido de mí, ¿Cuál era su nombre?

¿Qué había dicho? Acaso Iris sabía sobre la existencia de su persona especial.

No, ¡No!, esto él no debería de saberlo.

—Eleonor, ese es su nombre ¿cierto? —La burla en sus ojos no se ocultaba de los ojos de Ares.

Iris era una persona cruel y retorcida.

— ¡Puff!, ¿de verdad creías que no sabría sobre ella?

La furia de Ares se dirigió a sus puños y en algún momento se abalanzaría sobre él hasta romperle la cara, pero esto Iris no lo permitiría.

—Deberías elegir correctamente a tus amigos, por lo general siempre te terminan vendiendo~

Tras burlarse nuevamente de él, se fue de la habitación. Ahora tenía que averiguar sobre ese comportamiento extraño de su tío. Yao no debería descubrir nunca que Ares era en realidad un buen chico y no uno problemático como él le hizo creer.





Ares Pardis

pd: mi esposo

pd: mi esposo

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Salvando al hijo desterrado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora