Capitulo 10.3

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Su tiempo con Eleonor era como un abrir y cerrar de ojos, literalmente hablando.

Pero, ¿Qué podía hacer?, si su estancia en la residencia de los Colter duraba mucho más, entonces, todos los sirviente comenzarían a sospechar de su relación y eso era algo que debía evitar. Además había pasado tanto tiempo en el hospital y aún tenía algo por hacer.

—Te quedaras a tomar el Té ¿cierto? —pregunto Eleonor con la esperanza de pasar más tiempo con Ares, Sin embargo...

—Sabes que no puedo hacer eso, lo siento.

Él no tenía otra alternativa que rechazarla, si se creaban rumores sobre ellos dos y estos llegaban a oídos del Señor Colter, podrían incluso evitarle la entrada.

Ser señalado como el inútil de los Pardis siempre traería consecuencias a su relación y eso era algo que pretendía cambiar con la obtención del puesto de sucesor de los Pardis, con ese puesto ganaría dos cosas.

La primera poder, con el que estaba seguro obtendría la autorización del Señor Colter para casarse con Eleonor en un futuro.

La segunda cosa que ganaría seria, venganza en contra de su propio Padre.

—Oh...

—...

Ares al ver a Eleonor decepcionada por no quedarse con ella, tomo su mano y la poso en su rostro para que en el quedara impregnado la esencia de Eleonor, un olor a Arándanos silvestres.

—Desearía estar más tiempo contigo pero sabes que no puedo hacer eso, además, aún tengo que ir al refugio.

— ¡Ah!... ¡Es cierto!, aun tienes que ir con ellos.

La expresión decepcionada de Eleonor cambio a una más orgullosa, Ares era bueno y demasiado amable con aquellos animales.

— En realidad no creo que sea de mucha ayuda, ahora mismo no puedo hacer muchas cosas pero aun así...

— Lose...—interrumpió Eleonor.

Porque Aunque ella le dijera que estaban en perfectas condiciones, el no estaría del todo tranquilo sin verlos primero, sabía muy bien que tan importante eran aquellos animales para Ares y sobre todo aquella persona que cuido de Ares en su momento mas frágil.

—Trata de no hacer ningún esfuerzo innecesario ¿quieres?, no quiero que te lastimes de nuevo—sonrió ingenuamente mientras Ares asentía.

—No te preocupes por eso, sólo daré un vistazo a los chicos e iré devuelta a la mansión, desde ahora debo esforzarme para el Señor Yao me tome en cuenta para ser el siguiente sucesor de la familia.

—...

Como seguía diciendo Ares era demasiado bueno, incluso para ella, es por eso que aún no le gustaba la idea de que el renunciara a sus sueños solo por ella.

Quizás todo sería diferente si no fuera por...

No entiendo—murmuro y alzo su mirada molesta.— ¡No entiendo porque tu padre es tan injusto contigo!... si el no fuera tu Padre, diría que...te odia.

Bueno, en realidad, ¿Quién era ella para decir algo así?, cuando también sentía lo mismo sobre su Progenitor.

— ¡Ares!, ¡eres una persona increíble! ¡El Señor Pardis debería sentirse orgulloso solo por ser tu padre!

Ares sonrió tranquilamente, él también se sentiría de la misma forma que Eleonor, sin entender nada, sin comprender nada, pero ya lo sabía.

Ahora no tendría que pensar por lo que hacía mal o por qué no era lo suficientemente bueno.

El problema era que, su propia existencia arruino la vida de su padre, su odio se debía a simplemente a eso.

—Tal vez no era lo que él quería, pero ya no vale la pena hablar de eso—se acercó a Eleonor y beso su frente— Bueno es hora de irme, el nuevo chofer debe de estar esperando por mí.

—Bien...—dijo Eleonor con una sonrisa complicada—Entonces adiós.

— Adiós...

— ¡Ares!—grito Eleonor antes de que el cruzará por la puerta—, espero volver a verte en estos días.

Ares asintió con una sonrisa, era como si le dijera "Tenlo por seguro"

~★~★~★~

Al final del día, todo fue tranquilo, desde el instituto, la residencia de los Colter, el refugio de animales, hasta llegar a la mansión Pardis.

Todo fue normal, salvo que hubo unas cuántas cosas que lo perturbaron, como cuando creyó que Roger lo golpearía pero de la nada se desplomó en el suelo, o cuando creyó escuchar la voz de un niño susurrando para que no golpeara al traidor de Asael, pero lo más extraño fue lo que sucedió en el refugio de animales.

De la nada todos los canes se unieron para ladrar a una mesa.

—hahhhh~

Este día había sido el mejor de todos y fue el mejor porque, ¡No vio la hipócrita cara de Iris!

—Ares...—dijeron de la nada, sorprendiéndolo al punto de tirar sus libros del escritorio.

—¡....!

Volteó hacía atrás y miro cerca de él a Yao.

—Pa...Padre...

¿Desde cuándo?, ¿desde cuándo Yao había entrado a su habitación? Y sobre todo, ¿entro sin su permiso?

—Creo que no lo escuche anunciarse—dijo ocultando su enojo por haber violado su privacidad—, debí estar absorto que no lo escuche entrar Padre.

—Ares—volvió a repetir Yao— no vuelvas a llamarme Padre.

— ¿Perdón? Creo que no lo escuche bien, podría volver a repetirlo, Padre?—pregunto de nuevo a algo que ya había escuchado perfectamente.

¿Qué era esto?, ¿otra vez Yao le estaba prohibiendo llamarlo padre?, tal vez su actuación no había sido suficiente para convencerlo?

—Dije que no vuelvas a llamarme Padre.

La voz seria y el rostro sin ninguna expresión, Ares la conocía muy bien, Yao había vuelto.

—No me llames Padre—arrugo su frente. —No hasta que me consideres que soy digno de ser llamado asípor ti, Hijo.



Salvando al hijo desterrado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora