Atrévete a Quererme

Extra I

Extra I "Todo llega a su tiempo"

Estos sucesos acontecen aproximadamente unas dos semanas después del epílogo.

Skyler:

—Tu panza definitivamente no se veía así —me quejo mirándome en el espejo— ¿Cómo puede estar tan grande?

—Todos los cuerpos son distintos —explica con calma Kayra— El bebé está sano y eso es lo que importa.

—Pero si sigo así no entraré en mi vestido —lloriqueo.

Amo estar cargando una vida en mi interior pero también amaría entrar en mi vestido de bodas, aunque a estas alturas estoy segura de que tendré que mandar a hacerle ajustes.

Le dije a Nicola que debíamos esperar hasta después de que el bebé naciera pero él insistió en que no quería esperar, cedí solo porque tampoco quería esperar mucho pero ahora me estoy arrepintiendo.

—Voy a cancelar la boda.

—¡¿Qué?! —grita Nicola entrando de golpe en la habitación— ¿Fue porque no encontré comida tailandesa anoche? Ya te expliqué que estaba cerrado pero hoy mismo si quieres comprare alguno de los locales y ordenaré que esté abierto las 24 horas.

—Nico...

—¿No es eso?  —dice acercándose rápidamente— Dime que es y lo arreglo.

—Nico solo era una exageración —ruedo los ojos— Calmate, pareciera que eres tú el que tiene las hormonas alborotadas.

—He estado esperando esto por años, no bromees con estas cosas a menos de que me quieras causar un maldito ataque al corazón.

Le doy un casto beso en los labios y parece calmarse un poco.

—Quien te viera y quien te ve —dice Kayra entre carcajadas.

—Lo mismo podría decir de ti, señorita "nunca tendré novio" —se burla.

Kay le enseña el dedo medio acompañado de una sonrisa casi angelical y se despide dejándonos a solas.

—¿Has tenido muchas náuseas hoy? —pregunta mientras masajea mi espalda suavemente.

—Más o menos.

—Lo siento, amor.

Solo me encojo de hombros y dejo que me mime por un rato más, el embarazo me ha vuelto más empalagosa de lo normal pero Nicola parece estar encantado de ello.

—¿Ya te he dicho lo hermosa que te ves hoy? 

—Si —río— Cinco veces para ser exactos.

—Bueno, te ves hermosa —afirma— Gracias por llevar a nuestro hijo, amor. Estoy muy orgulloso de ti.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos pero antes de que pueda responder siento una punzada en el vientre, llevo mi mano enseguida ahí y me quejo cuando el dolor permanece.

—¿Qué pasa?

—M-me duele.

Me levanta enseguida en sus brazos y me lleva escaleras abajo, pasa rápidamente por la sala y grita algunas órdenes, nos sube al auto y enseguida emprendemos camino a la clínica. Por suerte Kayra se pudo quedar con los niños, a Matteo no le gustan para nada los hospitales.

Cuando llegamos como el exagerado que es se pone a gritar llamando a la doctora que siempre me atiende, un tanto avergonzada la saludo y enseguida pasamos a la sala.

—A veces los dolores abdominales pueden ser normales, si estos están acompañados por otros síntomas como fiebre o sangrado puede considerarse algo grave —explica la doctora con calma.