2

652 82 8
                                    

✦┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉✦

Hanbin se quedó pensando en aquella estatua de ángel los días siguientes. En todo este tiempo jamás había tenido curiosidad por algo de ese pueblo, pero sentía la necesidad de indagar más en dicha escultura.

Consideró en preguntarle a su tío sobre su historia, pero descartó la idea al instante. Él llevaba años viviendo en ese pueblo, pero rara vez caminaba más allá de la puerta de entrada. Se pasaba los días encerrado en el garaje trabajando en un proyecto que una empresa privada le había encomendado.

— Voy a salir. —le informó el castaño apenas lo vio salir del baño.

Estaba esperando el momento indicado para tomarlo desprevenido y salir sin que le pusiera alguna objeción. Sin embargo, su plan no funcionó como quería.

— ¿Otra vez? —le dijo el mayor con tono preocupado.— No estarás saliendo con alguien a mis espaldas, ¿verdad?

Hanbin lo miró con incredulidad, pero se mantuvo firme. Él odiaba la postura de 'padre protector' que su tío había adoptado; le había caído mejor los primeros días de su llegada, cuando aún no sabía como tratarlo.

Pero por más libros de paternidad que hubiera empezado a leer, el castaño aún tenía varios trucos bajo la manga.

— Perdón, pero tengo hambre. En la nevera no hay nada para comer. —soltó con tosquedad.

El silencio reinó el lugar y Hanbin aprovechó el pánico para salir de la casa, haciendo un esfuerzo por no reírse. El mayor supo que su sobrino le había ganado otro encuentro. Sin pensarlo más, corrió a su biblioteca y empezó a leer el libro nuevo que adquirió: 'Adolescentes en rebeldía y los padres que los toleran'.

Las caminatas de Hanbin, esta vez lo llevaron hasta un mercado popular por la gente del pueblo. Los comerciantes llevaban prendas coloridas y ofrecían su mercancía y productos con gritos que llegaban a aturdir.

A pesar de su apatía, Hanbin no se resistió al impulso de sacar su celular y tomar fotografías. La luz y los colores eran excelentes para ser la publicación perfecta en cuanto llegara a Corea.

Cuando estaba fotografiando unos jarrones elegantes que vendía una anciana, sintió una mirada clavada en su espalda. Se dio la vuelta, pero había tanta gente que era imposible saber de quien se trataba.

Observó con determinación a quienes lo rodeaban, pero no distinguió nada fuera de lo común. Algunos le daban miradas curiosas; pero era entendible, pues era un completo desconocido para ellos.

Se dio cuenta que la paranoia comenzó a inquietarlo, por lo que intentó olvidar el tema. Pronto, encontró un puesto que captó su atención.

Sobre una tela negra habían ángeles de diversos tamaños y colores. Algunos de porcelana, otros tallados en vidrio, unos cuantos de metal.

Empezó a buscar el mejor ángulo para sacar una foto, pero una voz detrás de él arruinó su concentración.

— Veo que te gustan los ángeles. —se escuchó, y al girarse, Hanbin notó que se trataba del muchacho de la estatua.

— No...

— ¿No te interesan? —le preguntó con tono burlón.— ¿Entonces por qué vienes al mercado de artesanías del Ángel? ¿Qué esperabas encontrar aquí? ¿Caballos? ¿Ovejas?

— Déjame en paz. —dijo el castaño y se alejó un poco, mezclándose entre la gente.

Una vez que lo perdió de vista, sacó su celular otra vez y siguió fotografiando. Le llamó la atención una anciana vestida de negro que se resaltaba entre las otras vendedoras del mercado. Se acercó un poco más y aquella mujer le sonrió.

— Hola precioso. ¿Buscas un ángel en particular?

Al momento en que la anciana terminó de hablar, Hanbin se quedó pensando asombrado. ¿Cómo es que podía entenderle perfectamente si él no hablaba chino?

Si de algo se había dado cuenta el castaño, era que las dos únicas personas con las que se comunicó en ese pueblo podían entenderlo, y él a ellos; tanto la anciana como el desconocido de la estatua.

— No...esto no es lo mío. —dijo tratando de alejarse con un poco de miedo.

— Quizá un ángel te está buscando a ti. —soltó mientras tomaba una pila de estampas sobre una tela oscura.— Elige una. Es mi regalo para un joven tan bonito.

Hanbin extendió su mano, dudando en si seguir ahí, y tomó una estampita del montón. En ella había un ángel con las alas caídas y el cielo color rojo. Debajo, y escrito en inglés, se leía: 'Fallen Angel - The Devil's Spy'.

El joven se quedó contemplando la estampa, pues la imagen le había recordado a alguien. Cuando levantó la vista para agradecer a la anciana, no la encontró. La buscó con la mirada, pero simplemente desapareció.

✦┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉✦

𝐅𝐀𝐋𝐋𝐄𝐍 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 ⟛ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora