—Podrías intentar ser más cariñoso, ser un esposo de verdad.
Jungkook levantó la vista de su escritorio, mirando fijamente al rostro gélido de su guardaespaldas. ¿Eso era un orden?
—El amor no me ha llevado a estar donde estoy, Hoseok. Si tengo todo lo que tengo es porque sé lo que hago. Porque sé trabajar, sé esforzarme. Sé hacerme valer. Y no es porque haya sido cariñoso— Jungkook tenía la palabra asco escrita por todo su rostro, como si el solo pensar en algo que tuviese que ver con el amor le causase náuseas –A ti, el amor, te ha llevado a ser un hombre promedio. Podrías vivir bien si no fuera porque te hiciste cargo de tu hermano, en vez de haberlo dejado...
La mano de Hoseok se aferró firmemente al cuello de la camisa de Jungkook, clavándole la mirada en sus ojos. Era quizás, la primera vez en años, que Hoseok osaba amenazarlo.
—Escúchame bien, Jungkook— Su voz, rasposa y ronca, se deslizó fríamente por los oídos de empresario, helándole la piel y erizando sus cabellos. Sus manos, hechas puños en su regazo, por la impotencia de no saber defenderse –Soy lo más cercano que tienes, y probablemente tendrás, en tu vida a un hermano, a un amigo. No soy la puta de tu esposo, no intentes maltratarme— Esos malditos dedos estaban clavándose en la garganta de Jungkook, empeorando la respiración del hombre – Yo soy capaz de irme, no moriré si lo hago. Puedo conseguirme una vida decente sin ti. Pero tú eres lo único que tiene Taehyung, y probablemente él sea el único ser humano que vaya a ver más allá de lo podrido que estás por dentro. Tienes suerte de que alguien pueda quererte tanto.
Lo soltó bruscamente, dejando que finalmente el aire llegase a los pulmones del hombre en el escritorio. Jungkook apenas podía hablar, jadeando mientras acariciaba su propia garganta con los dedos.
—Ponte el anillo, acepta que te casaste con él, o divórciate. Le estás arruinando la vida a un chico que, al igual que tú, no sabe lo que es ser amado— Hoseok tronó su cuello, con una mueca de satisfacción dibujada en su rostro y su postura bastante relajada –Estaré esperando en el hall, ya sabes cómo llamarme si ocurre algo— Fueron sus últimas palabras antes de salir del estudio de Jungkook, caminando por los pasillos del departamento del muchacho. Sus ojos pudieron ver, muy de reojo, a Taehyung dentro del cuarto, mirándose en silencio frente al espejo.
Y sólo, por unas milésimas de segundos, sus miradas se encontraron.
Pero Taehyung tampoco halló piedad en esos ojos.
[...]
Taehyung estaba en silencio, tratando de coser su muñeca de trapo algo rota. Estaba evitando con todas sus fuerzas el llamar la atención de Jungkook, quien se encontraba a unos metros suyo cambiándose de ropa para irse a dormir de una buena vez.
El silencio no era cómodo. Algo había en la cabeza de ambos muchachos que les estaba haciendo terriblemente incómoda la compañía del otro.
—Nunca me has hecho el amor— Murmuró Taehyung, terminando las reparaciones de la pequeña muñeca en sus manos. Jungkook levantó la vista de su pantalón, frunciendo el ceño.
—¿Qué?— Su voz salió algo brusca, por la costumbre quizás, y Taehyung se removió temeroso en su propio asiento.
No te desea.
Se estaba arrepintiendo.—Se supone que en la luna de miel las parejas hacen el amor. Nosotros, jamás eh, tú nunca siquiera...— Su voz dudó, y el nudo en su garganta le impidió seguir con la oración. ¿De verdad ya iba a llorar? ¿Por qué estaba siendo tan débil?
—¿Tanto te importa?— Jungkook lo estaba reconsiderando. De verdad, estaba teniendo en cuenta la opinión y los deseos de su esposo por una vez en todo el tiempo que llevaban de matrimonio.
Algo de ilusión latió en el pecho de Taehyung. ¿Sería...?
—Sí— Soltó, levantando la vista del colchón de la cama, mirando los ojos oscuros de su esposo.
Por favor, quiéreme.
—Bien.
Jungkook comenzó a desabotonar su camisa.
[...]
El humo del cigarrillo era algo que le irritaba cuando no venía de él.
Pero en ese momento, era su único calmanteluego de una ronda de sexo con su amante.Jungkook miró a la chica a un lado suyo en la cama, quien dormía plácidamente dándole la espalda. Era bonita, muy atractiva en realidad, y siempre dispuesta.
Pero era sólo eso, y Jungkook estaba contento y satisfecho.
Al menos hasta ese maldito día, donde cedió a tocar a aquel con el que se había casado.
No se había cuidado pero dudaba de que tuviera que preocuparse por algo porque sería el colmo si se hubiese casado con un doncel.
Se había sentido tan enfermo.Enfermo. Un asqueroso eco de lo que su boca solía decir.
No podía ser sano, su corazón había latido jodidamente fuerte mientras lo tocaba, su cuerpo ardía tanto que sentía como si se estuviera quemando. Y una mierda, se había quemado por jugar con fuego.
Se había quemado por querer hacer el papel del buen esposo. Eso era obvio.
Huyó nada más acabar, ni siquiera se había dignado a mirarle a la cara al chico que se hallaba tapado por las sábanas. No podía mirarlo, no sabía ni cómo iba a reaccionar él mismo al ver su rostro.
—Deberías tratarlo mal— La voz de Wendy lo arrancó bruscamente de sus pensamientos, provocando que Jungkook parpadease y la mirase con el ceño fruncido –Para deshacerte de él, trátalo mal. Ninguna persona se queda al lado de una mala pareja. Él te pedirá el divorcio, quedarás bien parado, y felices para siempre.
Esa idea estaba jodidamente mal pensada.
—¿Estás segura?— Jungkook no tenía ni idea de por qué siquiera la estaba considerando.
Jungkook no tenía ni idea de las cosas que estaban pasando por su cabeza esas últimas horas.
—¿Cuándo me he equivocado?— Murmuró la chica, girándose, para volver a dormirse tranquilamente.
Tantas veces.
Prefirió no decirlo en voz alta, mientras le daba una calada a su cigarrillo. Él sabía ser una mierda de persona. Podía con eso.Taehyung estaba devastado.
Porque esperaba palabras bonitas luego de hacer el amor, algunas caricias y algún beso. Quizás estaba mal esperar algo de cariño, de afecto.Se sentía sucio, asqueroso. Su piel le causaba rechazo, las sábanas con el aroma a Jungkook lo estaban matando y el reflejo en el espejo a un lado de la cama sólo le mostraba lo ridículo, lo feo, lo idiota que él era.
Porque seguramente Jungkook lo odiaría aún más. Porque él era un tonto niñato, con el cuerpo de un niño pequeño, inútil y que no sirve para nada.
Porque seguramente, Jungkook se encontraba en la cama con otra chica, susurrándole todo lo que él anhelaba escuchar, tocándola como él deseaba ser tocado.
Amándola como él anhelaba del amado.
[...]
Un mes más tarde, Taehyung se hallaba en el consultorio del médico de la familia de los Jeon. Estaba algo asustado, los vómitos que experimentaba junto con los mareos eran una tortura. Apenas si podía disimular su malestar frente a Jungkook, quien parecía notablemente más irritable esos días.
No le gustaba la manera en la que estaba agarrándolo del brazo o hablándole cada vez que tenían la mala suerte de encontrarse en el departamento.
Y pasaba con frecuencia.El médico frente a él extendió los resultados del estudio, sonriendo ampliamente.
Algo de eso le heló la sangre.—No, no me he equivocado. Felicidades Tae, estás esperando un bebé.
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Vida Mía (KookV)
FanfictionEl matrimonio no es una promesa de amor eterno. Taehyung, caído de la vista de sus seres queridos, descubrirá cómo el príncipe azul de sus sueños no es nada más, ni nada menos, que el peor de los monstruos. Un monstruo al que ama profundamente.