—¿La amante de Jungkook es bonita, Hoseok?— Taehyung realmente no confiaba en el guardaespaldas de Jungkook como para hacerle una pregunta con tanta carga emocional, pero con el paso de los días luego de la noticia de su embarazo, se había vuelto mucho más sensible, más débil, y más curioso por la vida de la persona que él amaba.
Quería ver si, con algo de información, podría apelar a su empatía.
A su piedad, para que los gritos dejaran de ser con tanta frecuencia.—La belleza está en los ojos de quien la ve— Espetó el hombre, caminando a su lado mientras revisaba distraídamente las tiendas que habían a su lado. Si bien él cumplía el rol de guardaespaldas de Jungkook, ese día el más joven debía salir al centro a hacer sus respectivas compras y él había cedido para acompañarlo.
Pero no contaba con que tuviera que consolar al chico frente a él.
—¿Es bonita para ti?— Taehyung detuvo sus pasos, clavando su mirada en los ojos de Hoseok.
Él definitivamente no estaba hecho para situaciones delicadas.
Por una mierda, esa conversación no debería ni de estar ocurriendo. ¿Quién en su sano juicio puede hablar de la amante de su propio esposo con tanta tranquilidad?
—Sí. No quiero tener esta conversación— Espetó, guardando las manos en sus bolsillos mientras señalaba con la cabeza el camino de retorno a los apartamentos.
Taehyung asintió, caminando frente al hombre en silencio mientras llevaba sus bolsas. Tampoco esperaba mucho más de esa conversación, él sólo tenía curiosidad, triste curiosidad, sobre aquella mujer que le había robado el corazón a quien él amaba.
Él no la odiaba, no tenía energías para odiarla. El cansancio por los malestares, sumado a todo lo que hacía a diario en la casa ya que Jungkook se la pasaba fuera, terminaba en un Taehyung agotado y débil. El pulso le temblaba con frecuencia y era consciente de esas largas siestas que a veces podía tomarse rozaban el desmayo.No podía imaginarse, aún así, la reacción que tendría Jungkook si no atendía las necesidades del hogar. Le dolía el cuerpo sólo de pensar en los gritos, los tirones.
En los insultos.—Puedes irte— Murmuró el castaño al guardaespaldas al entrar a su apartamento. Hoseok asintió, girándose en sus talones, antes de desaparecer por el pasillo.
—¿Otra vez has desperdiciado mi dinero?— La voz de Jungkook retumbó en la entrada, estremeciendo a Taehyung.
Lo he hecho enojar, otra vez.
—Necesitaba pinceles nuevos, Kookie, yo...— Taehyung dejó las bolsas a un lado de la puerta, bajando su cabeza.
Era cuestión de esperar a que su pareja se descargara. Quizá en unos minutos habría gritado lo suficiente y se iría a dormir o, con algo de suerte, decidiría cenar fuera y...—No te pedí explicaciones. ¿Piensas cenar?— Jungkook señaló la mesa del comedor, preparada para dos.
Dolía mucho. Porque él sabía que a Jungkook le molestaba verlo comer, porque sabía que él le mensajeaba a su amante mientras compartían la mesa y porque sabía que Jungkook ni siquiera lo soportaba.
Mordiendo su labio inferior para no llorar, tragó con fuerza. Si había tenido algo de hambre, ya no existía. Sentía su estómago cerrado, casi como su garganta. No iba a poder tragar ni un sólo bocado de esa comida.
La mirada molesta de Jungkook tenía ese poder sobre él.—No cenaré. No te gusta comer conmigo— Murmuró, desviando la mirada al suelo. Le temblaban las manos –Lo agradezco, de verdad. No es necesario que te molestes por mí— Susurró, intentando sonar lo más sensible posible para que Jungkook no lo tomara a mal.
Sintió el impacto en su mejilla y se le escapó un gemido ahogado, sintiendo rápidamente el calor y el ardor en su rostro por el golpe.
Dios, no.
Las cachetadas se estaban volviendo una costumbre.—¿Cómo se te ocurre rechazarme después de lo que he preparado para tí?
¿No ves lo que provocas tú mismo, Taehyung?
—Sólo quiero dormir, por favor.
Los segundos de silencio que colgaron entre ellos le permitieron escabullirse por el pasillo y esconderse en el dormitorio.
Él sólo quería dormir el tiempo suficiente, quizás toda la vida, para que quienes él amaba lo amasen a él también.
O simplemente desaparecer.Jungkook observó la puerta cerrarse antes de dejarse caer en el suelo, con la vista clavada en la pared frente a él.
No había sido tan fácil como él esperaba, Wendy le había convencido de que Taehyung se agotaría rápido, pero estaba equivocada. Y una mierda, Taehyung estaba aguantando tanto, como si realmente lo amara, como si realmente estuviese dispuesto a aguantar todo lo que Jungkook le hiciera por el simple hecho de haberse casado con él.
Él, jodidamente, no conocía al chico con el que se había casado.
Necesitaba saber por qué lo estaba intentando tanto.No supo bien por qué, acabó frente a la casa de los padres de Taehyung, tocando la puerta con fingida tranquilidad.
—¿Qué haces tú aquí?— No le abrió la puerta ningún sirviente, como Jungkook habría esperado. Taeyeon apareció con sus ropas de dormir bastante malhumorada frente a él, como si fuese a golpearle en la cara a la más mínima.
—Quiero hablar con tus padres— Aclaró Jungkook, frunciendo el ceño ante la rebeldía de la niña. Eso había sido lo que más le había molestado cuando la conoció. La independencia y libertad que tenía el Taeyeon de la joven lo irritaba.
Habría sido terrible convivir con ella. Podía imaginarse cuánto espacio ocuparía la chica.
—No están, y si quieres hablar de Taehyung, mucho menos— Taeyeon miró su rostro detalladamente, algo confundida quizás, y abrió aún más la puerta dejándolo pasar— Ven, hay algo de lo que debo hablarte.
Jungkook supuso que su expresión confundida había dicho todo, así que optó por callarse y seguir las órdenes de la pequeña de la casa. Por primera vez, y sin darse cuenta, permitía que alguien más le diera órdenes.
—¿Por qué no podría hablar sobre tu hermano?— Inquirió Jungkook, nada más tomar asiento en el sofá de la entrada, mirando a Taeyeon con el ceño levemente fruncido.
—Taehyung tiene el rostro de la primera pareja de mi mamá, el papá de Sumi— Taeyeon acomodó su bata, conectando las ideas en su cabeza y analizando a fondo cada reacción y cada movimiento en el rostro del hombre frente a ella, ese hombre que ya no lucía como lo había hecho cuando lo conoció— Ese hombre abandonó a mamá cuando Taehyung nació, y a los pocos meses apareció mi papá. ¿Por qué iban a querer al recordatorio y responsable de la huída de un cobarde? Taehyung es la viva imagen de él— Ahora mi pregunta es ¿Cómo es que nunca lo habías hablado con mi hermano al respecto?
Jungkook estaba en silencio, no había palabras que quisieran salir de su boca, mucho menos para explicar el hecho de que él jamás había hablado con Taehyung sobre su vida personal.
Y una mierda, él no tenía la más mínima idea de qué había ocurrido en la vida de Taehyung con anterioridad.—Tu rostro no me gusta. Mucho menos tu forma de ser. Pero hay algo diferente en ti, y me asusta, porque no sé si lo ha hecho Taehyung o algo que tú le has hecho a él— Los ojos de Jungkook se clavaron de golpe en la mirada molesta de la niña frente a él, dejando su mente totalmente en blanco— Lárgate de mi casa ahora mismo Jeon, tus ojos no mienten, y no me gusta lo que veo en ellos.
"...No me gusta lo que veo en ellos..." Y aún así, Taehyung solía mirarme a los ojos como si no le importara, como si me amara, susurró Jungkook en su mente, mirando a Wendy vestirse frente a él.
—La próxima vez que vayas a tocarme, trata de que tu cabeza, la de arriba, también este aquí— Gruñó la chica, saliendo de su propio cuarto cual fiera.
Jungkook frunció el ceño, golpeando el colchón debajo suyo. Estaba harto de todo lo que ocurría en su mente, en su corazón, en él, y que no podía entender.
Toda esa mierda que le estaba cambiando la vida, una vida con la que Jungkook era feliz, con la que Jungkook estaba conforme.
Le daría las razones suficientes a Taehyung para irse de ella de una buena vez.
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Vida Mía (KookV)
FanfictionEl matrimonio no es una promesa de amor eterno. Taehyung, caído de la vista de sus seres queridos, descubrirá cómo el príncipe azul de sus sueños no es nada más, ni nada menos, que el peor de los monstruos. Un monstruo al que ama profundamente.