O1 | "ósculo" | one-shot

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──── Deme un beso, teniente.

John arrastra sus palabras debido a los notorios efectos de la anestesia, estirando sus manos hacia el rostro de su superior mientras que hace sonar sus labios fruncidos, imitando repetidas veces el sonido de un beso húmedo.

──── Cierre la puta boca, sargento. ─── se apresura a contestar el hombre con apellido Riley, posando una mano en el pecho del contrario e impulsandolo nuevamente al respaldo de la camilla. ───

──── Sí, insultame... ─── el enfermero presente en la habitación no puede evitar soltar una risa nasal al estar presenciando lo más cercano a un escocés borracho. ─── Insultame y llámame por mi rango... sabes que me gusta...

Un leve sonrojo se le sube por las mejillas a Simon, quien para su suerte ahora mismo era portador de su máscara de calavera como de costumbre. A este punto ni él sabía si era por la jodida vergüenza o porque realmente le había gustado escuchar esas palabras salir de la boca de MacTavish.

──── La herida es un poco grande, pero sanará rápido. ─── el dueño de la enfermería finalmente da por concluida su inspección al cuerpo de Soap. ─── Teniente, cuando pasen los efectos de las drogas asegúrese de informarle que la zona de la herida debe mantenerse seca por los siguientes dos días, luego podrá empezar a lavarla con jabón una o dos veces por día.

Ghost asiente como respuesta, más que nada con su mirada y atención fijadas en el escocés que dice frases sin sentido en su idioma por lo bajo, soltando risas agudas de por medio. Suponiendo que su aviso fue escuchado por el silencioso hombre que se encontraba frente suya, el hombre de bata blanca va guardando y acomodando todo lo que tuvo que sacar apenas le llegó la noticia de que el sargento se dirigía a donde se encontraba ahora mismo.

──── Si quiere puede quedarse más tiempo, pero... que no sea mucho, por favor. ─── lo último sale de su boca casi como un susurro, un tanto asustado de tener que usar la palabra "pero" con "el fantasma". ─── Puede que lleguen más pacientes dentro de poco, según lo que me informó el coronel Vargas.

──── Entendido. ─── acepta sin rechistar las palabras del enfermero, quien una vez vio que su pedido fue aprobado, se esfumó de la habitación blanca con un puñado de papeles en ambas manos, sin antes aclarar que volvería dentro de unos minutos. ───

Todo se queda en silencio, incluso Johnny, quien parece haber calmado su estado de hiperactividad para ser reemplazado por una sensación de sueño bruto.

Ghost suspira, su pecho se infla y luego baja de una manera casi violenta que le pone los pelos de punta al hombre con mohicano. Pasa una mano por arriba de su cabeza y se retira su pasamontañas, dejando paso a sus mejillas levemente sonrojadas por el calor de la habitación y por la situación en sí.

Soap se queda en silencio apreciando el calmado revoloteo de las pestañas grisáceas de Simon, casi hipnotizado por ellas.

──── Nunca puedes cerrar la jodida boca. ─── aprieta la sábana de hospital con la que su prometido ha sido cubierto y, un tanto encorvado, frunce sus cejas a la par que cierra sus ojos, sin poder evitar pensar qué estaría pensando el enfermero sobre ellos dos ahora mismo; aunque el nudo en su garganta era lo que más lo distraía, ciertamente velando por la rápida recuperación del escocés en silencio. ───

──── ¿Estás avergonzado de mí? ─── pregunta, fingiendo falsa tristeza con su puchero, y ladea la cabeza para intentar tener una mejor visión del rostro ajeno. ─── Pensé que me querías, Simon.

──── Te quiero vivo. ─── voltea a verlo rápidamente, casi desesperado por hacerle saber eso a su novio. Pasa disimuladamente su mano derecha cerca de la herida con puntos, explicando con ese movimiento a qué se refería. ── Y con veinte drogas menos en las venas.

──── Entonces besame. ─── le reclama nuevamente, necesitado del contacto contrario. ─── Siento que me voy a morir si no lo haces.

El sargento realmente era un caso perdido.

El hombre rubio no puede evitar sonrojarse una vez más ante aquella petición.
El escocés siempre había sido así en su relación, las veinticuatro horas de los siete días de la semana... era romántico y pegajoso como la mierda. Pero seguía poniéndose de esa manera cuando este le reclamaba un simple beso... Estos siempre le parecen tan significativos y cargados de ternura que sencillamente cada vez que los llevan a cabo le hace recordar todo lo que no recibió en su infancia y que estaba recibiendo ahora gracias a John. Para él siempre eran algo más que un ósculo, eran algo que recordaría por los siguientes días y que actuaría como neblina en su mente hasta que se volviese a repetir, y así un ciclo infinito. Uno que deseaba que nunca se terminase.

Se acerca con lentitud al rostro ajeno y decide acunarlo con suavidad entre sus grandes manos, sorprendido ante la diferencia de tamaño entre los dos. Acaricia con ternura la barba de apenas unos días, sacandole lo más parecido a unos ronroneos a su persona favorita de la milicia.
El castaño deja reposar su rostro en la mano izquierda y cierra sus ojos, cediendo a la calidez de su amado al igual que a los brazos de Morfeo.

Simon posa sus ásperos y finos labios en los de John, complementándose al instante, como si estuviesen hechos uno para el otro. Empiezan un lento vaivén que los dos siempre necesitaban por partes iguales, complacidos por el tacto contrario. No había lugar para ningún otro sentimiento más que el del amor y protección.
Se separan pasados unos segundos, jurando en silencio que si no fuera por la falta de aire hubiesen seguido de esa manera eternamente.

──── Viviría en tus labios, Simon... ─── se le escapa una risa tonta, moviendo su cabeza para un lado con el objetivo de proporcionar un beso en la palma de su teniente. ───

──── Y yo en los tuyos, Johnny. ─── sonríe, más para sí mismo y el hombre postrado en la camilla que para cualquier otra cosa en el mundo. ───

No podía explicar lo feliz que lo hacía MacTavish.

GHOSTSOAP : one-shots, drabbles & headcanonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora