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‹wednesday › 🦇 06 November, gotham city
Una fría ráfaga de viento insaciable atravesaba las inundadas calles de Gótica, Innombrables cosas se habían perdido, personas habían cedido, y todo se creía perdido.
La tragedia había ocurrido.
Entre los escombros, lagunas de agua causadas por la inundación, múltiples personas buscaban ayuda caminando entre todo el desastre ocasionado, lloraban, se retorcían, rezaban, maldecían.
Entre todas aquellas personas, que estaban siendo atendidas por los paramédico y múltiples doctores dispuestos a colaborar con la golpeada ciudad, había una señora mayor cuyo brazo lamentablemente ahora reposaba en un inmovilizador hasta que sea trasladada a un centro de ayuda.
Y junto a ella, su joven nieta, con algunos rasguños en el rostro y múltiples golpes en la zona de las costillas, nada grave pero si doloroso.
En el momento de la inundación, ambas estaban en su hogar mirando en vivo la victoria de Bella Reál a la candidatura, todo fue tan abrupto y aterrador, seguía sin procesar lo ocurrido.
Sobre ella reposaba una manta oscura que abrazaba con fuerza buscando calmar su frío, solo deseaba ver a sus padres cuyo paradero era Metrópolis actualmente.
Al menos estan a salvo, se repetía una y otra vez en un intento desesperada de no perder la calma.
Su abuela, la cual había estado rezando para sus adentros, se giró a ver a su nieta notando su gran angustia, también sentía lo mismo, pero todo lo que podían hacer era esperar.
— “Mi pequeña heroína” — Espetó la señora viendo con una pequeña sonrisita a la joven de cabello azabache — “Fuiste muy valiente allá afuera”.
La chica observó a su abuelo pensativa de escuchar eso, Recordó como hizo lo imposible para sacar a su abuela de su hogar, el gran sacrificio que puso solo para mantenerla a salvo a pesar del peligro y enorme incertidumbre.
— “Gracias, Abuela” — Respondió débilmente, la señora paso sus delicadas manos por el rostro de su nieta quitando los rastros de suciedad en el, orgullosa.
La chica de ojos marrones, despegó los ojos del rostro de su abuela y miró a un costado, directamente al cielo. Vió un helicóptero elevarse, mezclándose con el cielo naranja tan hermoso.
La única línea de luz en tan oscuro y denso túnel.
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