4- Lisandro Martínez🔥

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Victoria y Lisandro



Ella puede decir que su novio está alterado.

Y ella es paciente con él.

Ella sabe lo que es estar tan perdido en tu cabeza que no podés pensar con claridad, arrasando con personas que solo quieren ayudar. Y con más razón, luego de perder 7 a 0.

Normalmente ella es la que es paciente. Pero ya no más. Victoria sabe mejor. Él le enseñó mejor.
Él le quitaría el control cuando se volviera demasiado. Tomaría las riendas y dejaría que se relaje por una vez. Sacandole un peso de encima.
Lisandro cuidaría de ella, le haría saber que estaba ahí para levantar lo que ella no podía. Era hora de que ella hiciera lo mismo.

Ella está sentada a la mesa cuando él llega a casa. Su computadora portátil está abierta en un documento vacío mientras piensa cómo redactar un artículo criticando al equipo de su pareja, no por gusto, si no por obligación.

Victoria puede decir que es una noche de mierda por la forma en que las llaves caen en la fuente. Fuerte y agudo a través del silencio.

Lisandro entra en la habitación con el ceño fruncido. Él la mira y su rostro se suaviza por una fracción de segundo antes de mirar fijamente a su computadora portátil.

"¿De verdad Vic? ¿Es esto lo que estuviste haciendo desde que terminó?" pregunta, caminando detrás de ella y viendo el documento vacío, pero con un título picante. Él resopla en silencio y se arrastra hacia la cocina, la frustración irradia de él y se siente sofocante.

Hace calor e incomodidad cuando está así.

Ella sabe que no es personal. No tiene la intención de llevar su trabajo a casa con él, ni juzgar el de ella. Pero fue difícil para él dejar que los viejos hábitos murieran cuando lo hizo durante tanto tiempo.

Victoria debate en su cabeza por un segundo antes de cerrar su computadora y levantarse de su asiento, caminando hacia donde estaba él en la cocina.

" Lisandro."

Martinez suspira y se vuelve hacia ella, "Lo sé, amor. Perdón." Él se inclina hacia ella y ella le pone la mano en el pecho con firmeza, evitando que la bese como él quiere.

"No sé si te mereces un beso", le dice ella, sus ojos escaneando su rostro para asegurarse de que esto es lo que quiere, lo que necesita.

Tan pronto como las palabras salen de su boca, siente que Lisandro se tensa. Sus mejillas se sonrojan de inmediato y su lengua se asoma para lamer sus labios.

Ella puede sentir el cambio de atmósfera con esa frase. Es como si todas sus frustraciones le fueran entregadas en una bandeja de cristal para que ella las cuidara. Para que ella se arregle.

"¿Te mereces un beso?" Vicky pregunta, mordiéndose el labio suavemente y poniendo su mirada más inocente.

Lisandro traga saliva visiblemente y asiente hacia ella.

"¿Ah si?" Ella se ríe, dándole una mirada plana. "No creo que los chicos que son maleducados reciban besos".

Licha se sonroja y parece avergonzado. "Perdón bebé, en serio."

Victoria no tiene que venir a este espacio de cabeza muy a menudo.

Ella cuida de su novio todo el tiempo. Ella le pone las medias a juego en su ropero para él y cuelga la ropa que él cambia de opinión acerca de usar, le lava las camisetas a mano. Ella reemplaza su cepillo de dientes cada tres meses y está al tanto de cada turno con sus médicos de cabecera que cualquiera de ellos pueda tener.

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