9 - Enzo Fernández 🔥

3.2K 60 0
                                    

Julieta y Enzo






"Ella buscó sus ojos negros, su mente aceleraba mientras trataba de pensar en lo que le haría más daño. Una sensación de orgullo retorcido llenó su pecho cuando pensó en ello. -¿Qué pensaría Olivia si te viera así?- Sonaba tan cruel la forma en que las palabras salían de su lengua y él se estremeció como si le hubiera pegado de nuevo. Y en cierto modo, lo había hecho.

-Seguí tirando mierda Julieta, mira hasta dónde te lleva-

Ella luchó contra él, moviendo las muñecas que él había sujetado por encima de su cabeza. -Soltame- Había un leve gemido en su voz y apretó los dientes, presionando su cabeza contra la pared para alejarse aún más de él. -Te odio, hijo de puta-

No era cierto. ¿Como podía serlo? Él había sido el amor de su vida desde que se convirtieron en mejores amigos, una pelea nunca cambiaría eso.

-¿Me odias?- Él se burló, su aliento caliente en su mejilla.

-Sí.-

-No, no lo hacés-

El impulso de pisotear su pie como una nena caprichosa era fuerte, pero ella lo negó, eligiendo moverse y moverse contra su cuerpo en su lugar.
-Sí. Te odio, dejame en paz- Exigió, sin dejar de retorcerse en su lugar. Cuando sus caderas rozaron accidentalmente las de él, escuchó un pequeño jadeo salir de sus delgados labios y casi sonrió ante el sonido.

-Deja de moverte así- se quejó, sus manos apretando más fuerte alrededor de sus muñecas, tanto que casi dolía.

-¿Se te paró?- Finalmente, sus labios se curvaron en una sonrisa astuta, sus ojos brillaron con un repentino deseo.

-No empieces porque...-

-¿Por qué?- Julieta interrumpió sus palabras con otro movimiento de sus caderas y él se mordió ligeramente el labio inferior, la vista era dolorosamente erótica.

Enzo se apartó para mirarla, su mirada se quedó clavada en la de ella cuando le tomó las muñecas con una mano y deslizó la otra debajo sus pantalones cortos, sonriendo mientras sus labios se abrían cuando sus dedos rozaron su intimidad, húmeda, cubriendo los dedos con su pegajosa excitación. -No se siente como si me odiaras-. Mordió su oreja con su voz áspera.

Su vientre se contrajo ante sus palabras y quería pegarse por cómo su cuerpo la traicionó, exponiendo cómo se sentía realmente.

Ella se retorció, arqueando ligeramente la espalda y torciendo las caderas cuando él apartó la mano. Abruptamente, metió los dedos en su boca húmeda y caliente, dejando que ella se probara a sí misma sobre él. Por un momento, ella lo complació, chupando la piel y gimiendo suavemente, antes de hundir repentinamente sus dientes en él, obligándolo a alejarse con una mueca aguda.

-Sos una pelotuda, vas a cobrar- dijo suavemente pero con firmeza, él agarró su mandíbula y tiró de ella hacia adelante para besarla desordenadamente, su boca apartó sus labios y gimió por lo bajo al saborearla, dejando que sus dedos húmedos se enredaran en su cabello.

Su lengua se deslizó dentro de su boca cuando él le soltó las muñecas, e inmediatamente sus manos cayeron sobre su cinturón, tirando impacientemente de la bragueta.
No hablaron mientras empujaban apresuradamente una prenda tras otra, su respiración se aceleraba mientras luchaban por darse prisa y satisfacer la necesidad que tenían el uno del otro. Sus ojos se posaron en los de él, sus pupilas grandes y oscuras y él pudo sentir que se hinchaba aún más, su erección presionando prominentemente contra su cadera todavía vestida.

Scaloneta One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora