Hogar
La palabra hirió su corazón, sacudiendo sus emociones y su alma, y aun así sus pasiones llamaban a todo su ser. Arengándole, acosándole, menospreciándole, mofándose. Desterrado. Solo. Exiliado. Esas eran palabras torturadoras con las que se despertaba todos los días. Viajando de planeta en planeta, primero semanas, luego meses, luego años de adormecimiento mental. Siempre tan solo. La guerra entre razas alienígenas había sido brutal, devastadora. Castian, Tonan, Zargonnii, Gorgano, Angano, Guerreros de Ala Oscura. La lista era interminable. Nadie sabía en quién confiar. Sasuke sólo se tenía a sí mismo.
Los moradores de los mundos masacrados huían y se escondían de él cuando aterrizaba en cualquier planeta durante un corto período de tiempo. La idea le divertía al principio. Medía casi dos metros cuando estaba en modo batalla. Un gigante. Un caminante arrogante. Un guerrero enfadado que se pavoneaba donde le daba la gana, salvando su propio planeta. Si quería, podía bramar en el viento, dispersando todo en su camino, hasta que nadie estuviera cerca. Cuando nadie llegaba a acercarse, se preguntaba si se trataba de él, o se trataba de algo relacionado con la guerra. Miedo de que él pudiera atraer hacia ellos a los Angano o Gorgano. Los Angano y Gorgano eran criaturas atroces con la habilidad de luchar mentalmente. Un solo pensamiento podría ser tu muerte, o peor aún, podría hacer que te volvieras contra los que amas. Las únicas diferencias de las criaturas eran que los Angano podían volar y eran al menos dos pies más altos que sus insípidos primos. Feos como la mierda.
Las criaturas alienígenas deberían ser lo último en su mente. ¿Por qué se molestarían ellos o alguno de los enemigos con un guerrero solitario? Nadie más lo hacía. Ni siquiera los de su propia especie. Planear la aniquilación universal era una ocupación a tiempo completo para el enemigo. Sasuke no tenía ninguna nave de guerra, ni armas de destrucción masiva a su disposición. Un guerrero colosal, un poder físico gigante, un súper inútil. Suspiró y agitó la cabeza. Siempre guerra, siempre muerte y destrucción. Comenzó a mirar cada nuevo aterrizaje con temor, no con anticipación. Planetas muertos lastimaban su corazón ante la destrucción sin sentido. El mal que los mundos pacíficos similares nunca habían visto, se había desatado causando daños irreversibles. Cada sexo sufrió, machos, hembras, crías. Nadie se salvaba del enemigo. Y sin embargo... la guerra continuaba cuando los Castians intervenían para limpiar el desastre o detenerlo antes de que comenzara. Llevar a los rezagados a un lugar para salvarlos, reconstruirlo o a un nuevo hogar.
Hogar.
Neji y Shikamaru, los líderes Zargonnii mantenían su mundo a salvo. Quizás algún día, Sasuke regresara, si los líderes lo permitían. Después de viajar tanto, Sasuke estaba seguro de que sus pensamientos conscientes olvidarían su miseria, y que, seguramente, su corazón se enmendaría. Pero nunca sucedió. Todos los días se decía a sí mismo que su destierro era culpa de una mujer, pero no era cierto. A medida que pasaban los días, creía cada vez menos en sus propias mentiras. Sasuke tuvo la culpa. Sasuke había traicionado al guerrero más importante de su vida. Neji, líder de los Zargonniis del Sur, su mejor amigo. ¿Por qué Sasuke fue desterrado? Porque Neji fue a buscar a una mujer llamada Samui y en su lugar encontró el amor. Eso era lo que la mente de Sasuke llamaba el crimen de Neji. Sasuke estaba seguro de que había sido abandonado por Neji. Todo por una humana llamada Tenten. ¿En qué había estado pensando? Sasuke no había pensado en nada más que en sus propios celos. La hembra siempre estaba alrededor, interponiéndose, en el camino de Sasuke. Ella tenía una forma de burlarse de él que Sasuke odiaba. Se estremeció al recordar la vez que caminó durante días mientras otros se reían de él como si fuera uno de los Pink Poodles.
Tenten y él siempre estaban en desacuerdo. Sasuke la había drogado para que se durmiera cuando debería haber dejado una medicina para protegerla. Luego, secuestrar a la pareja de Neji y ponerla en una posición en la que podría haber sido lastimada fue un acto atroz. La hembra del Zargonnii estaba muy furiosa con él. Parecía que todo el planeta lo estaba. La traición de Sasuke fue, con mucho, la peor de todas, aunque hubo otras. Durante un tiempo, Sasuke estuvo enfurecido por ser desterrado. Cuanto más tiempo pensaba en lo que le habían hecho, más quería rugir ante su injusto castigo. Y lo hacía. Cada día sus pensamientos le consumían. Neji tenía razón, había una furia dentro de él, comiéndose vivas sus tripas, golpeando su cabeza en una dolorosa protesta. Una vez que Sasuke se dio cuenta de que ni Neji ni Tenten tenían la culpa, culpó a la hembra desaparecida Samui. Centró sus pensamientos en encontrarla y destruirla. Nunca había odiado tanto a otro ser en su vida.
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SAKURA Y EL GUERRERO
FanfictionARGUMENTO Dolido y enfadado, Sasuke, un guerrero solitario Zargonnii que ha estado durante años desterrado del planeta que ama. Su hogar. La palabra le consume el alma. Planeta tras planeta viaja, pero sólo hay un lugar para él. Su nave se estrella...