Capítulo VIII

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Sasuke se fue a buscar ropa para ella. Sakura se envolvió en las pieles. Deseaba que Sasuke volviera y que pudieran abrazarse todo el día. Estaba segura de que Deisuke estaba a salvo con Sasori. Bueno, estaba a salvo con la nave de juguete. Su nave espacial molestaba al Tonan, y en secreto Sakura se preguntaba si Sasori le tenía miedo. La nave de juguete no se apartaba del lado de Deisuke ni por un segundo. Sakura se rió pensando en los padres de los helicópteros.

Estoy un poco en modo exagerado.

Un pequeño ruido hizo inclinar su cabeza hacia la izquierda y se quedó helada. Dos ojos negros y redondos la miraban fijamente. Los ojos parpadeaban. No tenía aliento para gritar cuando el ser se separó de la pura y brillante pared. Sakura agarró las pieles contra su pecho. El ser medía al menos dos metros. Diamante puro de color de la cabeza a los pies. Sin pelo, dos puntos en los que se asentaba la nariz y una pequeña abertura que se abría para revelar la boca. El ser no llevaba ropa, ella no podía saber su sexo. Era desgarbado, sus brazos y muñecas delgadas, sus muslos no eran más grandes que sus tobillos rectos hasta la pelvis. Su cabeza era redondeada, dos solapas para las orejas que se movían hacia adelante y hacia atrás. Descalzo, con sólo un dedo gordo del pie, la estudiaba.

- "¿Eres un Angano?" - dijo Sakura cuándo pudo hablar.

El ser ladeó la cabeza.

- "No." - El tono era tenue.

- "¿Habitas este planeta?".

- "Sí. ¿Por qué te escondes, tienes frío?".

- "No llevo nada puesto".

Él se miró a sí mismo.

- "Ah, sí. Ropas, creo que las llaman. Una costumbre tonta".

- "¿Cuánto tiempo llevas ahí parado?".

- "Me fui cuando se hizo evidente que el toro grande no te hacía daño".

- "¿Toro? Oh, Sasuke. Sí, es muy grande".

- "¿Cuánto tiempo se quedará esta vez?".

- "Lo siento, pero esperamos a ver si los alienígenas, los Angano, me están siguiendo".

- "Hay uno aquí ahora. Me preguntaba por qué las criaturas se molestarían en volver".

Sakura casi se desvanece.

- "¿Aquí con nosotros?".

- "En mi planeta".

- "Oh Dios, necesito conseguir a Deisuke".

- "¿El niño?".

- "Sí, es mi hijo. ¿Eres un peligro para nosotros?".

El ser hizo lo que ella suponía que era una risa.

- "Somos pacíficos. Los Angano no pueden controlarnos ni herirnos. El toro puede si lo desea físicamente, pero parece estar del lado de la paz. No tenemos protección física; no nos importa la batalla, pero somos inmunes. Tenemos otras capacidades, pero por ahora somos un punto de discusión. Puedo decir que los de tu especie no son peligrosos para nosotros. Eres humana. Un ser raro a este lado de la galaxia. Deberías estar con los tuyos".

- "La Tierra murió".

- "¿Lo hizo?" - Había algo en su pregunta que hizo que Sakura se detuviese un momento.

Estaba segura de que la Tierra había muerto. Sasori se lo dijo así y su cola no creció. Sasuke también se lo había dicho a ella. La Tierra estaba cubierta de agua. Sólo había muerte.

- "Tenemos trampas en esta montaña" - Sakura pensó en advertir al ser. - "Tan pronto como el Angano se detenga, le eliminaremos y nos iremos. Siento haber traído una pelea aquí. No quiero haceros daño. Me alegro de que los Angano no puedan haceros daño. Sasuke nunca lo haría".

SAKURA Y EL GUERRERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora