Capítulo IV

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- "Se ha ido.".

Sakura se despertó con el aullido de angustia de Deisuke. El chico estaba frenético. Pasó de ella a la entrada de la cueva y de vuelta a ella antes de lanzarse en sus brazos y sollozar como lo había hecho cuando Sasori se fue por primera vez. Sus sollozos eran desgarradores. Afuera, la tormenta había cesado, las lluvias se habían calmado. El tiempo no aguantaría mucho tiempo; empeoraría. Por un segundo, su corazón latió más rápido hasta que se calmó.

- "Está bien, cachorro. Apuesto a que Sasuke se levantó temprano y fue a desayunar. Si seguía lloviendo cuando se fue, podría haber estado demasiado preocupado para llevarte. Yo también me habría preocupado".

- "¿Y si nunca regresa? ¿Y si nos deja solos?".

- "No lo hará".

- "¿Cómo lo sabes?" - Sus sollozos se convirtieron en hipo.

- "Ella sabe".

Sakura sonrió a Sasuke, que se había subido a la cornisa de la cueva y caminaba hacia delante. Sujetaba un saco. Deisuke se limpió la nariz y los ojos rojos. Se alejó de su madre. Sasuke le observó.

- "Comida".

- "No me despertaste" - le acusó Deisuke.

- "Come. Todo listo".

- "¿Qué?" - Sakura se asustó.

- "Replicador dentro. Escudo funcionar".

Sakura ladeó la cabeza sin entenderle, pero Deisuke dio un chillido.

- "Todo lo que necesitaba era que el replicador fuera a la otra nave y los escudos. Nos vamos".

- "¿Ahora?" - Preguntó Sakura.

Sasuke asintió.

- "Comida. Ahora".

- "Está bien, pero no sé hasta dónde llegaré. Me siento un poco mareada cuando me pongo de pie" - Tenía miedo de las hienas y si una tormenta se desataba al aire libre, tendría problemas. Sakura había visto a Sasuke acunar a su hijo y protegerlo contra su pecho. Esa era al menos una preocupación menos. Pero ella les ralentizaría, poniendo en peligro a su hijo.

- "Yo llevar" - Sakura le entendió.

- "Prefiero caminar".

- "No caminar, correr".

- "Deisuke no puede seguirte el ritmo aunque me lleves en brazos".

- "Yo sostener".

- "¿Está diciendo que nos va a llevar a los dos a su nave?" - Incredulidad no empezaba a describir lo que sentía.

Concedido que parecía fuerte. ¿Pero llevarlos a los dos, a la carrera? Sasuke abrió el saco sacando salchichas y tortitas con jarabe de arce. Le dio a Deisuke un termo de leche y ella bebió café. Sakura comió con los ojos muy abiertos, preguntándose qué pasaría cuando terminaran. Rápidamente se enteró. Sasuke recogió a Deisuke sujetándole cerca del pecho. Su largo pelo fluía a su alrededor para envolver al niño. Sakura sabía que su boca estaba abierta, por la sorpresa. ¿Abrazar era una cosa más que el pelo hacía además de acurrucar? Sakura se puso su chaqueta. Cuando Sasuke la levantó, gritó. Él les sostenía a los dos, ella debajo de Deisuke. Él presionó el rostro de ella profundamente en su pecho y ella se agarró por todo lo que valía con su mano buena. Sakura gritó cuando Sasuke saltó de la cueva. Ella se sacudió cuando él aterrizó. Literalmente se puso en marcha, y se fueron. El terreno la movía haciendo palpitar sus sienes hasta que cerró los ojos. Ella estaba siendo sujetada en un apretón casi brutal pero se alegraba de ello. Vio a las bestias hienas. Ninguna se acercó,

SAKURA Y EL GUERRERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora