Reparando tu corazón (Bepan)

Nueva vida

Pov. Pan

No sabía que pasaba a mí alrededor, primero estaba con mi mami quién me estaba alimentando y luego salimos de la casa porque alguien la destruyo. ¿Quién era? Pues... no sé. Parecía una lagartija pálida algo enferma por tener partes negras y moradas, y parecía un poco enojada y justa razón, le habían engañado que le salieron cuernos.

Pero mi mami escapó de él pero nos alcanzó y golpeó a mami en la espalda haciéndonos caer al suelo, ella me dijo que estuviera tranquila y que me escondiera, vendría por mí más tardé. No entendí mucho pero pensé que jugaríamos a las escondidas y me quedé ahi esperándola, sin embargo no llegaba y unos señores me vieron y me tomaron para llevarme con ellos.

Mujer: Que niña tan bella y hermosa. — dijo la señora mientras me daba besos en mi carita.

No sé quién era esta mujer, pero yo quería ir con mi mami y papi.

Traté de soltarme de sus brazos para irme con mami, papi o el señor Piccoyo. Pero la mujer me tomó bien de los brazos para evitar que me fuera.

Mujer: No pequeña, te puedes lastimar.

¿Lastimarme? Pero si jugaba con mi abuelito Satán y con mi papi a que me lanzarán por los cielos y atraparme.

Pan: Maaaaa... — extiende sus bracitos para tratar de irse.

Hombre: Haber mocosa defectuosa. — me dijo para verme con una cara intimidante — Nosotros te estamos salvando de la miseria y de la muerte ¡así que deja de ser berrinchuda y acepta que ahora vivirás con nosotros!

No sabia porque me gritaba el señor, pero me asusté por su voz que comencé a llorar. Yo no quería estar ahí, quería volver a mi casa con mi familia.

Mujer: Shh, shh, shh. — me arrullaba para tratar de calmarme — Tranquila pequeña, ya no vivirás en las calles. Ahora te criaremos nosotros.

¿Acaso... vivir con mi familia era estar en las calles? No... ellos me amaban. Siempre me lo decían, mi mami, mi papi, mi abuelito Satán, la masa chiclosa, mi abuelita Milk, mi abuelito Goku, mi tío Goten, etc. Pero sabía que ellos no me tratarían mal... ¿verdad?

Los señores me llevaron a su casa, siendo muy grande. Me dejaron en el suelo para que pudiera explorar la casa, y eso hice. Fui gateando por la casa para irla explorando por mis propios medios, fui gateando a una habitación dónde encima de un estante vi una pelota y sonreí. Al menos tendría algo de diversión. Pero al ser pequeña no podía tomarla y decidí empezar a volar para llegar a la pelota y me quede ahi jugando con ella, rebotándola entre el estante y el techo siendo divertido para mí.

Mujer: Hija, ya hablamos con un abogado y dijo que mañana tendríamos los papeles de adop... — ve que estaba encima del estante asustándose — ¡P...Pan baja de ahí! — me gritó asustada y algo enojada conmigo.

Escuché ese grito y me asuste por el aumento de voz y comence a llorar. No quería que me gritarán, quería volver a mi casa. Ahí no habían muchos gritos, si me regañaban pero más bonito.

Vino el señor al escuchar los gritos de la señora y me vio, su cara se veía roja de ira.

Hombre: ¡Bájate de ahí maldita mocosa! — me gritó.

Triste tuve que obedecer y al bajar el hombre me dio una cachetada haciéndome llorar más. Pero me grito de nuevo para que me callará y por el miedo que tenía tuve que dejar de llorar para evitar otro golpe.

Esto no me gustaría nada.

Ya al día siguiente un señor había traído unos documentos para que esos señores pudieran adoptarme y volverme hijas de ellos.

Abogado: Díganme, ¿piensas mantener su nombre o lo quieren cambiar?

Mujer: Bueno, ella se encuentra acostumbrada a su nombre. Le cambiaremos sí el apellido.

Abogado: De acuerdo, entonces se le nombrará Pan Enjori.

Hombre: Sí.

Abogado: Entiendo. — les entrega un documento para que pudieran adoptarme y ambos lo firman — Bueno, legalmente ahora es su hija. Mi trabajo aquí ha terminado y ahora me retiraré. — dijo y se fue.

Tras eso, ahora pase a ser hija de esos señores. Pero... nunca iba a ser...

Qué eso sería una pesadilla.

Tras unos meses de vivir con ellos, el señor me hablaba mucho de que yo debía ser alguien "normal", no entendí ya que con mis papás todo lo que hacía era normal... bueno, exceptuando jugar un poquito brusca con mi abuelito Satán o con mis juguetes.

Pero ahorita mismo me encontraba jugando con un tren mío, pero quise divertirme más y comencé a volar en círculos en mi habitación con mi tren en manos, jugando al "tren volador".

Hombre: va a mi habitación y me ve jugar — ¡¡Baja de ahí ahora mismo maldita mocosa!!

Al verlo sabía que si no obedecía rápido me iba a golpear, por lo que enseguida deje de volar y descendí, aunque me pellizco en la mejilla doliéndome y haciéndome llorar.

Hombre: No eres más que una fenómeno y una monstruo, ahora se porque tus padres te abandonaron. — dijo serio y me dejó ahí, llorando.

Sip, así era ahora mi vida. Quería volver con mis padres, pero estás personas no me dejaban y ahora era su "hija".

Mis días luegos de ese siguieron de la misma manera, no podía hacer nada de lo que a mi me gustaba hacer ya que por los señores era algo "anormal", y el señor siempre que podía me lo recordaba diciéndome "fenómeno" o "monstruo".

Los años siguieron y ahora tengo 15 años, estaba acostada en mi cama sin ganas de nada. Solo quería estar sin hacer nada.

Mujer: Hija, la comida está servida. Baja para que desayunes con nosotros.

Pan: Si seño- mamá... — dije y "sonreí" para bajar y ver a mis "padres" comiendo, me senté en la silla que estaba libre y comencé a comer con ellos.

Mujer: Mi amor, ¿cómo dormiste?

Pan: B...Bien.

Hombre: ¿Por qué ese tartamudeo?

Pan: E...Es que por la noche estaba haciendo mucho frío... jeje — dije y reí para calmarme un poco.

Hombre: Tsk, cómo sea. Quiero que se alisten que en unos minutos saldremos.

Mujer: ¿A dónde iremos, querido?

Hombre: A un lugar importante, para por fin ser más ricos y que esta niña... — apunta a Pan — Sea conocida.