•Kaeya Alberich, un omega el cual vivía ocultándose bajo la máscara de un beta. Una máscara que el mismo creo y pego en su cara como consecuencia de una vida llena de mentiras.
Después de que la última pizca de felicidad se le fue arrebatada tras l...
¡Hola a todos mis bonitos lectores! ¿Yo actualizando tan pronto después de una actualización? 😨 Si, me hacía mucha ilusión escribir este cap. ˙˚ʚ(´◡')ɞ˚˙♡ Estaba pensando en hacer un separador lindo, tal vez para cuando publique este cap lo haga...
Bueno, como dije, estaba muy emocionada por escribir este cap, ya que marcará un antes y después en la relación de nuestros papis. ♥︎ Y bueno, me estuve replanteando si volver a meter escenas +18, pero luego me acordé de que la marca solo se puede hacer durante el sexo, so, aquí tienen, alimentense.
Por último, antes de dejarlos ser felices. Quiero agradeceros un día más por el apoyo que le estais dando a Someday. ♡
⚠️⚠️ADVERTENCIA:Este capítulo tiene escenas de contenido sexual explícito. ⚠️⚠️
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-Estoy completamente seguro. Quiero tu marca sobre mi, Diluc Rangvindr.
Diluc esbozó una sonrisa apenas visible bajando levemente su mentón.
Sin más que decir, el alfa volvió a juntar sus labios una vez más mientras recostaba a Kaeya sobre la cama y comenzaba a despojarlos a ambos delicadamente de sus prendas.
El cuerpo del peliazul ya estaba algo sensible debido a la ronda de besos anterior y a su misma vez, aún debía sentirse adolorido de anoche, pensó el mayor.
Lo haría suave.
Comenzó a descender sobre el torso a medio desnudar del omega, repartiendo besos por cada centímetro de la dulce piel del contrario. Podía oir como Kaeya se desacía bajo él.
El ojiazul había enredado sus largos dedos en la cabellera pelirroja, que había sido liberada por estos mismos, mientras lo llamaba entre suspiros y leves gemidos.
-Ahhh, joder... ¡Ngh! Di-luc... -Suspiraba el peliazul mientras se aferraba a el mayor.
El alfa continuó con su trabajo de atender el pecho del contrario complacido por los resultados que obtenía cada vez que apenas rozaba levemente una de las protuberancias rosadas.
No pasó mucho para que la camisa de Kaeya a medio quitar desapareciera por completo y para que sus prendas inferiores también comenzaran a sobrar. Asique retiro los pantalones de pijama que portaba el peliazul para después sentir un tirón en los suyos. Pudo sentir la inexperta mano del omega desabrochar sus pantalones y tirar desesperadamente de ellos.
Diluc solto una risita internamente por la acción.
Comprendía que el menor debía estar ardiendo, de hecho, era algo que podía afirmar, su piel ardía. Asique no iba hacerlo rogar, debía ser doloroso.
Aún así, decidió tomarse su tiempo para besar la parte en la que posteriormente colocaría su marca. Y después para volver a descender una vez más por el delicado cuerpo para brindarles especial atención a aquellas zonas marcadas por una cicatriz, besandolas. Mientras seguía con su labor, Kaeya tiró levemente de él.
