Sorana [PAUSADA]

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Extra-3

Rosalie y Emmett en Seattle

Sin duda Emmett era un romántico, ese día se robo a sus compañeras y las llevo a Seattle de compras, pero con una condición lo que compren será modelado después, una vez que Rosalie y Sorana visitaran varias tiendas y eligieran la ropa que más le favorecía Emmett las llevo a un pequeño museo de artes.

Ese día el museo presentaba una exposición acerca del amor, de las opiniones que se tenían de este y todo plasmado en lienzos con finas capas de pintura, sin duda alguna Emmett se esforzó para ver a las mujer reír y sonreír.

Después fueron a una cafetería para que Sorana comiera algo, las risas no faltaron al ver a Emmett intentar comer un pedazo de pastel.

—Ustedes dos son las mujeres más importantes de mi vida, son las dueñas de mi alma y de este viejo corazón, y por ustedes soy capaz de ir a la luna o más allá si lo imaginan.

Emmett había dado en el corazón de las mujeres, pues ambas tenían sus ojos cristalizados, Sorana fue la primera en abrazarlo y darle un muy merecido beso, Rosalie con el mismo sentimiento beso a Emmett. ¿Cómo no amar a este hombre?

Aun en Seattle, fueron al parque y por petición de Sorana los columpios fue su destino. Emmett estaba entre las dos mujeres, irradiaba felicidad la gente que pasaba y los veía se daba cuenta que ambas femeninas lo hacían sonreír como un tonto enamorado y la realidad no era muy distinta.

—Emmett, tu eres el hombre de mis sueños y él me ah ayudado y salvado de mis propios demonios, Sorana eres esa luz que me ayuda a seguir mi camino y me has hecho saber que sin importar nuestra naturaleza aun nos aceptas.

—Ross yo no los acepto, yo los amo sin importar si son vampiros, ustedes me aman siendo una simple mortal ¿Por qué no los amaría?

Sin duda los labios de Rosalie tienen un sabor de fresa gracias a su brillo labial, sus labios la besaban con gran anhelo intentado memorizar los labios de su humana, por que desde el momento de que ella les dijo que los amaba ella se había vuelto suya.

Emmett la beso cuando Ross la dejo ir, su beso era necesitado parecía que temiera que se fuera o desapareciera, como si fuera un sueño del cual no quería despertar. Los labios de Emmett exigían atención de los labios de ella y esa atención se le fue felizmente coincidida.

Sorana empezaba hacerse adicta a los besos de sus compañeros.