Prólogo

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- ¿Realmente crees que por ser la reencarnación de Kikyou vas a detenerme? - Dice Soroshima, burlándose desde la cima de la montaña

- Eso ya lo veremos - responde Kagome desde el risco, unos metros más abajo

Lanzó su flecha, la cuál rápidamente se envolvió de su poderosa energía, sin embargo, Soroshima la esquivó sin ninguna dificultad

- Jajaja ¿eso es todo? me sorprende como bajaste de nivel Inuyasha, esta muchacha es muy inferior a Kikyou

- Yo no estaría tan seguro Soroshima

En ese momento una luz violeta surgió detrás de la bruja, quien volteo rápidamente

- ¡NO! ¡NO PUEDE SER! la... la hoja esta quedando en blanco, to...todo el conocimiento que absorbí esta siendo borrado, no... no... mi magia - la luz recorrió el suelo y envolvió a la anciana, mientras esta se ahogaba en un grito de agonía - ME LA PAGARAS

La luz se desvaneció lentamente mientras la sacerdotisa cayo de rodillas, agotada

- Mi nombre es Kagome, nunca lo olvides, bruja

- Kagome - corrió a su lado - ¿Te encuentras bien?

- Si - sonrió, mirándolo - Solo estoy agotada... ahora solo queda ir por el libro

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- Están tardando demasiado, ¿creen que les habrá sucedido algo malo? - pregunto desde la

 puerta, mientras observaba el horizonte

- Tranquilo Shippo, la señorita Kagome es una sacerdotisa increíble, además, Inuyasha esta con ella

- El monje Miroku tiene razón - acoto Kaede mientras bebía agua - La tenacidad y rapidez que ha demostrado Kagome a lo largo de su entrenamiento me recuerda mucho a mi hermana Kikyou, ella no será una rival fácil para cualquiera, ni siquiera para la misma Soroshima

- Pero, ¿Para que querría Soroshima del libro de las almas?

- El libro de las almas esta lleno de secretos excelencia - hizo una pausa - las almas acorraladas en ese libro están llenas de recuerdos de hechizos y poderes que ni siquiera usted ni yo conocemos, quien se apoderé de el tendrá acceso a un poder incomparable

- Debe ser muy peligroso

- Por eso Kagome fue la designada para protegerlo, a pesar de su corto entrenamiento, posee unos poderes espirituales increíbles, ella es la única que puede sellar el libro en caso de que caiga en manos malignas

En ese momento la puerta izquierda se abrió y Sango emergió de ella

- Ya se durmieron los niños - se sentó al lado del monje - ¿Todavía no regresan?

- No y me temo que estoy comenzando a preocuparme - miro al techo - Señora Kaede, ¿Qué pasaría si Soroshima puede absorber todas las almas?

- Destruiría todo lo que conocemos

- ¿Y lo dice así, tan tranquila? - dice Shippo, temblando

- Las almas que habitan ese libro están llenas de rencor y resentimiento, dispuestas a ayudar a cualquier ser maligno que tenga malas intenciones para con el mundo, sin embargo, no es tan fácil absorberlas a todas... requiere de varios días, por eso es indispensable que Kagome vuelva a sellar el libro lo más rápido posible

- ¿Crees que deberíamos ir a buscarlos? - miro a su marido

- ¡AHI VIENEN! - gritó el pequeño, saliendo de la casa, al encuentro de sus amigos

Aún en el medio de la noche, sus figuras caminando uno al lado del otro, fueron fácilmente reconocibles para el pequeño zorro

- ¿No es peligroso el borrar el contenido de una página de ese libro? - preguntó Inuyasha

- No lo borre, solo lo purifique y al hacerlo, todo el conocimiento que le brindaron a Soroshima fue expulsado de su cuerpo y regresado al libro

- Entiendo, la purificación derroto a las energías negativas de esa bruja

- Así es, por eso murió, una alma tan llena de odio no puede soportar la pureza

- ¡KAGOME! ¡INUYASHA!

- ¡SHIPPO! - corrió a su encuentro, con una enorme sonrisa en su rostro

- Sabia que lo lograrías - repetía mientras se abrazaban

- Eso es obvio Shippo - dijo Inuyasha - Kagome es una gran sacerdotisa

- Gracias, pero no podría haberlo logrado sin tu ayuda Inuyasha - ambos compartieron una mirada de cariño

- Kagome...

- Anciana Kaede - bajo al zorrito y se acercó a ella - Señora Kaede, pude recuperar el libro - dijo descolgando su improvisada mochila de su brazo izquierdo

- Lo sé Kagome - sonrió - Tu fortaleza es incomparable, estoy muy orgullosa de tiAmbas se quedaron sonriendo

El Libro de las AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora