Capítulo 20

60 10 7
                                    

- Encarguensé de los demás - ordenó - Yo mantendré ocupado a Higi

- Pero Inuyasha, aún no amanece

- No importa Miroku, debo asegurarme de que siga con vida

Una gran batalla se desencadenó en ese instante

- ¡Fuera de mi camino malditos repugnantes! - gritó el lobo al mismo tiempo en que pateaba a una de las criaturas

Kirara atrapó a otro con sus dientes, sin embargo, uno de ellos se abalanzó sobre Sango

- ¡No te atrevas a tocar a mi Sango! - gritó el monje al mismo tiempo en que lanzaba uno de sus pergaminos, exterminándolo

Kohaku y Musuko los destrozaban con sus espadas. Inclusive Ginta y Hakkaku asesinaban a algunos

- Son demasiados - dijo el monje, defendiendose con su cetro

- Tú vienes conmigo enjendro - dijo, al mismo tiempo en que, de un salto, se posicionó sobre el lomo de aquel animal

Higi comenzó a bambolearse, intentanto sacarse al híbrido de encima

- ¡Quédate quieto maldito animal!

Tienes que matar a ese híbrido

Las órdenes de Saishonomajo retumbaban en la cabeza del monstruo

De un giro, logró lanzar a Inuyasha al suelo, el cuál desenvaino a colmillo de acero

- No me dejas opción maldito - murmuró

Necesito cansarlo sin hacerle daño

Pensaba al mismo tiempo en que se escabullía entre las patas del animal. Miéntras, detrás de él, más monstruos seguían llegando a atacar a sus amigos

- Maldición... esto no tiene fin - dijo entre dientes

- ¿Qué está haciendo?

Preguntó Kohaku al ver a Inuyasha saltar al lomo de Higi y descender entre sus pies, una y otra vez, miéntras el animal intentaba atraparlo

- Está intentando agotar sus energías - respondió el monje

Muy astuto Inuyasha

- Ja, no sabía que eras tan bondadoso bestia - se burló el lobo

- Cierra la boca sarnoso - gruñó

En ese momento, una de las patas del monstruo, golpeó a Inuyasha, lanzándolo fuertemente contra la pared

- ¡Inuyasha! - gritó su amigo, imposibilitado de acercarse

La tierra levantada por el imopacto se disipó, mostrando el rostro del pelinegro, quién hacía muecas de dolor

- Maldito - susurró

Higi se abalanzó rápidamente sobre él, lanzándo otro golpe que, con dificultad, pudo evadir

Maldita sea... tengo que ayudar a esa bestia

Pensó, sin embargo, fue rodeado por otros monstruos

- ¡Dejenmé pasar! - gritó, golpeándolos sin éxito

- ¡Nos están rodeando! - gritó Musuko

Kirara retrocedió, cubriendo con su cuerpo a la exterminadora, al mismo tiempo en que gruñía

Están impidiendo que nos acerquemos a Inuyasha... eso significa que...

- ¡Ten cuidado Inuyasha! ¡Quiere matarte!

El Libro de las AlmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora