La interrupción del destino

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Algo que Shuu había tardado en notar era que ser un extrovertido sociable y a la moda podía tener consecuencias extrañas... cómo hacerse amigo de auténticos bichos raros.

Cuando pensaba en bichos raros no se refería al jefe de animadores loco de la secundaria que era tan hiperactivo que parecía que desayunaba glucosa con miel de maple y siempre estaba gritando. Tampoco pensaba en la chica Otaku de clóset de preparatoria que había sorprendido haciendo cosplay en un par de eventos de manga. No, con bichos raros se refería a algo más allá de la norma en bichos raros... se refería a Motosu Urano y Miyamoto Tetsuo.

Socialmente apáticos, apasionados al extremo cada cual en su propio campo... ambos eran un auténtico dolor de cabeza para sus familiares y para él mismo.

Sin embargo, todo fue bastante irónico cuando Shuu llegó a su casa y se encontró con la sorpresa de que tanto su segunda madre (la mamá de Urano), como la madre de su amigo estuvieran conspirando para unir a sus hijos ayudadas por su propia madre.

Ah, las ironías de la vida. Concluyó Shuu con una sonrisa sarcástica. Él había intentado emparejar a ese par por más de un año, y ahora aquí estaba, pensando en la sorpresa que se llevaría el par de idiotas.

Si no fuera por el hecho de que era un Otaku, Shuu creería que el destino estaba jugando con esos dos. Su unión era tan inusual, pero tan perfecta al mismo tiempo. Un par de adultos con nulo interés romántico, encontrándose a menudo en todas partes sin siquiera notarlo. Cafeterías. Restaurantes. Bibliotecas. El transporte público.

Era en verdad divertido ver como sus ojos se encontraban, pero los dos daban por sentado que el otro era un extraño más en ese vasto globo terráqueo. Si pudiera reírse lo haría cuando tuviera la oportunidad.

El mismo Shu tenía una fotografía de Tetsuo y Urano sentados el uno al lado del otro en el metro, en el café, en la biblioteca, incluso en el autobús que los dejaba frente a la escuela.

Luego de que se formalizara su compromiso, él los atacaría sin piedad, haciéndoles ver lo ciegos que estaban.

Con una sonrisa terminó su desayuno, mientras miraba a su madre escribir frenéticamente en su laptop. Shuu siempre se preguntó como su madre era capaz de realizar tantas tareas al mismo tiempo.

Su madre le dio un sorbo a la taza de café y sin dignarse a mirar a su hijo pregunto "¿Cómo crees que les vaya a esos dos, querido?"

"Ummm" Shu colocó un dedo en su barbilla y miró hacía el techo. "Creo que ambos estarán muy nerviosos al principio. Ninguno tiene idea de lo que es estar en una relación romántica o platónica. Todo lo que puedo decir es que lo superaran. Urano usará su experiencia sacada de los libros y puedo apostar una de tus obras a que Tetsuo usará ese brillante cerebro suyo."

"¿Pero?" preguntó su madre con diversión. Ella conocía muy bien a su hijo.

"Haha" Shuu rio. "No sé cuánto tiempo les lleve hacerlo, sobre todo porque Tetsuo es un terco que da todo por sentado... Creo que él será el primero en enamorarse, pero no sabrá como demostrar sus sentimientos. Se encerrará en esa brillante cabeza pensando que Urano está bien con el matrimonio porque así la dejarán de molestar."

La madre de Shuu se quitó las gafas y camino hacia la cafetera por otra ronda. La máquina estaba preparando su café y ella continuaba con lo que sabía. "Urano ni siquiera sabrá qué es lo que realmente siente. Ella creerá que Tetsuo esta con ella por su propio bien, por lo tanto, ella asumirá que no hay problema con eso mientras empieza a darse cuenta de lo que siente y no es capaz de expresar"

"Correcto" respondió Shuu.

"¡Te estas divirtiendo! ¿no es así, hijo?"

"Tú también, mamá"

Un Último DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora