Han pasado 6 meses desde que Hira y Kiyoi confesaron sus sentimientos por el otro.
Ahora, en una relación, exploras sus sentimientos y deseos mientras Kiyoi continua su camino para convertirse en un idol , debiendo enfrentarse
al hecho de que Hira...
"No soy un rey. Solo soy un hombre ordinario. Quiero estar con la persona que me gusta y quiero que nos toquemos. Así como cualquier otro hombre".
"Kiyoi". Hira dio un pequeño paso al frente. "¿Tienes a alguien que te gusta?".
"¡Eres tú! ¿Cuántas veces lo tengo que decir?". Kiyoi estaba frustrado.
"¿En serio?"
"¿Qué tiene eso de raro?", preguntó Kiyoi. "El día de nuestra graduación, yo te besé primero, ¿cierto?. Y ¿qué pasó?". Las palabras empezaban a ahogarlo. "Tú tampoco viniste a mí. Siempre decías que yo te gustaba". Su voz se quebró un poco. "Es inexplicable". Estas palabras habían estado presas en su pecho por tanto tiempo y por fin salieron.
Hira dio otro paso al frente. "¿Por qué te enamorarías de alguien como yo?"
"¿Cómo quieres que lo sepa?", resopló Kiyoi. "Realmente no lo sé" Tú eres el que primero dijo que yo te gustaba". Hira guardó silencio. "Tú continuabas mirándome así". Hira lentamente levantó su mirada para ver a Kiyoi. "Y me besaste". La sensación de que algo obstruía la garganta de Kiyoi aumentó. "¿Y qué pasó?" Parpadeó y las lágrimas empezaron a fluir. "Y también cambiaste tu número de teléfono. ¿Alguna vez pensaste en cómo me sentí?". Estas fueron palabras que nunca tuvo oportunidad de decir. Él ha estado tan confundido por Hira. ¿Cómo había podido verlo con esos ojos, decirle que era hermoso y justo después... desaparecer?
"Kiyoi". Su nombre salió de los labios de Hira como un suspiro. Él avanzó hacia Kiyoi hasta acortar la distancia entre ellos a centímetros.
Cuando alcanzó a tocarlo, Kiyoi quitó su mano con violencia. "Tú eres solo Hira. Eres ridículo. Vete al infierno" dijo, desahogando toda la frustración que sentía por esta persona.
"Realmente me gustas. Me gustas tanto que no puedo soportarlo", dijo Hira. "Siempre te he tratado como a un dios. Siempre pensé que nunca podría tocarte".
Mirando a esta persona, a Kiyoi le dolió el corazón. Le dolió tanto que detuvo sus lágrimas. "No soy ningún dios, ¿ok?". ¿Por qué no lo entiende?
Hira asintió.
"Kiyoi...", Hira dijo su nombre con una voz suave. "¿Y-y-yo puedo tocarte?".
Kiyoi lo miró y una mezcla de emociones se le presentaron al mismo tiempo. "Si lo vas a hacer de la misma forma que antes", escogió sus palabras cuidadosamente "entonces no quiero que lo hagas". Su corazón no podría soportarlo. El no quería estar cerca de él sin estar cerca de él.
El espacio entre ellos se redujo completamente, Hira acarició su rostro, con los ojos vidriosos por sus propias lágrimas. "Kiyoi, me gustas".
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Y ahí estaban. Finalmente se lo dijo. Esas palabras que pensó que hubiera podido decirlas cuando se encontraban después de la escuela. Esas palabras que pensó que hubiera podido decirlas el día de la graduación, pero que nunca las dijo. "Kiyoi, me gustas".
