AUN ERES MI HOMBRE HERMOSO

PARTE 13

**Kiyoi**

Kiyoi tenía un horrible dolor de cabeza. Apenas abrió un poco los ojos y vio a su alrededor. Por un segundo, se sintió extraño, pero no tomó mucho tiempo para que la realidad se precipitará sobre él como una locomotora.

Había pasado la noche en la otra habitación. Entre sus amargos pensamientos y lágrimas, no supo cuándo el sueño le dio un poco de amnistía.

Pasó sus dedos por su cabello, cautelosamente caminó hacia la puerta y oyó atento.

Todo se oía tranquilo.

Con su corazón latiendo a mil abrió la puerta, con su cabeza revuelta de miles de pensamientos. Lo había pensado un millón de veces. Las primeras palabras que le diría a Hira cuando lo viera. ¿Qué sería?: ¿"lo siento"?, ¿"me equivoqué"?, ¿"no fue tu culpa"?, nada parecía lo suficientemente correcto para expresar sus sentimientos

Cada paso que daba sentía que lo llevaba más cerca de ajustar cuentas.

Caminó hacia la sala. Estaba vacía.

La mesa con las torres de monedas y la cámara rota, conmovedores recordatorios de lo que había pasado la noche anterior. Su pecho se encogió.

Caminó a la cocina. Vacía.

Sus pasos se aligeraron y se dirigió a la recamara que compartía con Hira. Suavemente abrió la puerta.

Vacía.

La cama estaba tendida. Hira no estaba a la vista.

Kiyoi frunció el ceño.

Revisó el baño.

Nada.

Salió al patio trasero.

Vacío.

Hira no estaba ahí.

Miró su reloj, él seguía vestido con la ropa del día anterior. Solo eran las 8 am. Intentó recordar que día era. Miércoles. Hira no saldría a esta hora ... a menos que ...

Sus palabras regresaron a su mente, golpeándolo.

"¡Vete!"...

"¡Déjame solo!"...

Pero él no podría... No terminó de pensarlo y agarró su teléfono.

Estaba por llamar el número de Hira cuando en su teléfono apareció el nombre de Tanaka en la pantalla, su agente lo estaba llamando.

"¿Dónde estás?", Tanaka sonaba ansioso.

"En casa", respondió Kiyoi.

"Se supone que tendrías que estar en el set desde hace una hora", gruñó Tanaka. "Te llamé muchas veces. ¿Sigues enfermo?".

Kiyoi volteó a ver la casa vacía. Quería decirle que se sentía mucho peor que ayer. Hoy realmente se sentía enfermo. Tenía un fuerte dolor de cabeza y el corazón le latía de forma inestable.

"Lo siento. Me quedé dormido. Estaré ahí pronto".

Tanaka, molesto, le dio las indicaciones de a donde debía ir y colgó.

Kiyoi se tomó una ducha rápida y se vistió rápidamente. Se vio en el espejo y soltó un largo suspiro. Sus ojeras estaban hundidas, reflejo de que había llorado la noche anterior. No podía evitarlo. Tomó unos lentes y se dirigió a la puerta.

En parte estaba complacido de que Hira no estuviera ahí. Todavía intentaba descifrar exactamente qué le iba a decir.