PARTE 15

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**Hira**

Hira miraba las estrellas en el cielo nocturno mientras caminaba rumbo a casa.

Había luna llena, brillante. Era una noche hermosa pero su corazón se sentía pesado.

Por instinto intentó tomar la inexistente cámara colgada a su cuello. Un espacio vacío. No estaba ahí. Recordó que estaba rota.

Había caminado esa tura un millón de veces pero nunca se había sentido tan solo, o no lo había notado.

Una persona como él está acostumbrada a caminar sola. Una persona invisible sin nadie a quien tomar de la mano. Esa ha sido su vida.

La misma ruta se volvió infinitamente más hermosa después de conocer a Kiyoi. Durante la escuela, se movían en su bicicleta. Iban en la bicicleta sobre esta misma ruta cuando por primera vez le contó a Kiyoi sobre el recipiente de monedas que conservaba desde la preparatoria. Fue la primera vez que Kiyoi le había dicho tímidamente que lo amaba.

  Fue la primera vez que Kiyoi le había dicho tímidamente que lo amaba

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Ahora eso también estaba roto.

¿Podría algo más, que fuera tan querido por él, romperse?

Era sólo él de nuevo y se daba cuenta de lo solitaria que era esta ruta. Era tan silenciosa que era sofocante, incluso al aire libre con la fresca brisa nocturna, sentía que apenas podía respirar.

Paso a paso, siguió caminando y acercándose más y más a su casa, atormentándose con sus pensamientos.

Estaría contento si Kiyoi no estuviera en casa. En realidad todavía no estaba listo para enfrentarlo y al menos podría dormir más tranquilo y esperar otro día.

Por ahora, ya estaba en la puerta. Las luces estaban encendidas. Su desesperado deseo había sido negado. Tendría que enfrentar la realidad en ese momento. No estaba listo.

Al momento que pisó el jardín y caminó dos pasos, esa hermosa figura lo saludó en la puerta.

"Tú". Le dijo Kiyoi cuando lo vio.


**Kiyoi**

Kiyoi sintió que esperó toda una eternidad a que Hira llegar a la casa. Caminó por la sala, se sentó en el sofá, miraba hacia afuera por la ventana. Y estaba esa molesta vocecilla dentro de su cabeza que constantemente se burlaba de él, recordándole cuando le dijo "piérdete" y "vete".

No había querido decirle eso. Todo esto empezó porque lo quería cerca de él, que fuera suyo y solo suyo. No había sido muy bueno expresándole eso a Hira. De hecho, había hecho lo contrario.

Su corazón se hinchó y sus nervios se cuatriplicaron cuando finalmente oyó el sonido de la puerta abriéndose. Pero además estaba aliviado – aliviado que Hira no se hubiera ido.


No había palabras para describir cómo se sentía cuando finalmente vio a Hira parado en la entrada.

AUN ERES MI HOMBRE HERMOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora