Capítulo Ocho

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La frustración de Choi lo estaba poniendo como una bomba de tiempo que está a punto de hacer explosión y arrasar con todo a su paso.

Jongho ha estado con una maldita actitud de mierda, que incluso él mismo no se soportaba.

Su Rey no llevaba ni un día en su hogar pero ya lo sentía como una eternidad, su majestad se había ido al aposento que Choi le había preparado para su comodidad y que cabe recalcar como punto principal, también como un maldito recordatorio de su estupidez. El aposento que ocupaba su Rey estaba al lado del aposento de Jongho, por lo tanto cada vez que iba hacia arriba con alguna excusa tenía que retroceder atontado por el fuerte olor que se siente en el pasillo, el cuerpo de Yeosang expulsaba feromonas tan atractivas en su estado de celo que lo llamaban con sutileza y le prometían una sesión de intimidad intensa.

Muy tentativo.

Pero para su seguridad, Jongho se vio dando marcha atrás para no sucumbir al deseo primitivo que su instinto le exigía con tanta devoción.

Fue una mierda, porque su cuerpo estaba empezando a reaccionar al celo de su majestad pero por un carajo ¿Cómo no estarlo? él es un saludable Alfa era más que obvio que su instinto se activaría al estar en presencia de un Omega en celo, su objetivo de ayudar a su rey se hacía más intenso que con cada oleada que golpeaba su cuerpo, con ganas de subir al aposento del omega y ofrecerse como tributo lo estaba matando.

Jongho tenía que recordarse que era su Rey quien decidía en qué momento él tendría que intervenir y a qué hora. Choi sabía que no tenía derecho de cuestionar en qué momento sería ese llamado porque estaba muy seguro que su majestad trataría de prolongar ese momento, tenía una semana ¡Una semana! Jongho no tenía que preocuparse porque no estaba follando desde ese momento pero lo hizo, Choi estaba frustrado y malhumorado. Él no debería estarlo pero lo está.

Su majestad había reaccionado tan bien cuando lo besó en la entrada de su hogar que entonces Jongho supuso que desde ese momento estarían ocupados, muy ocupados.

Jongho también estaba molesto consigo mismo en ese aspecto, él no debería estar ansioso y cachondo pero lo estaba, su cuerpo activo con la misión de ayudar al Omega en celo y sabía muy bien que no sería tan fácil como lo pensaba. Jongho creía que tal vez por el calor del celo su majestad estaría mucho más pasivo, más suave y un poco más manejable pero no fue así, su Rey se veía normal y estable como si no estuviera en un maldito celo entonces Choi recordó las palabras de Mingi, donde le mencionó que su Rey en los primeros días lo único que necesitaba era mantenerse entretenido para no maldecir hasta las piedras también estar bien alimentado y consentido.

Jongho gruñó dejando caer todo su mal humor y frustración en el tronco de madera que estaba destrozando para sacar rajas de leña, sus feromonas se habían espesado con el motivo de comunicar su actitud agresiva había leña cortada en el cocinero. No había necesidad de cortar más, no obstante era la única actividad que podía hacer en ese momento tan tenso ya que las demás cosas ya estaban hechas.

Para su mala suerte sus dos padres omegas se habían marchado de casa dejándolo solo con su majestad, explicando que ambos necesitarían privacidad en todo ese periodo deseándole suerte. Ambos se despidieron con un beso en la frente de su hijo y después ya no estaban, pasarían esa semana en casa de Lili una madre soltera y buena amiga de la familia Choi.

Jongho dejó caer de nuevo el hacha en el tronco sacando de él dos rajas partidas, dejó el hacha a un lado para así tener acceso a recogerlas del suelo y apiñarlas en el cocinero, pero antes de siquiera moverse el aroma sutil que desprendía el cuerpo de su Rey lo obligó a detener todo movimiento para agudizar sus sentidos y recibir la presencia imponente, arisca, huraña e inalcanzable del Rey Omega Yeosang.

Rey Omega {Jongsang Adap}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora