I FOUND YOU

Capítulo 1

Nombre: Lena Lee.

Edad: 16 años. Actualmente 21.

Padres: Eliza y James Lee.

College: Arizona School for the Arts.

Residencia: 302 W Lynwood St, Phoenix, Arizona.

Estado: Desaparecida

Desapareció el 6 de Julio de 2013 tras dar un concierto en el Copper Blues Rock Pub & Kitchen en Phoenix. Salió con sus amigos del pub a las 20:36 y se separaron a mitad del camino para dirigirse a sus casas, pero ella jamás llegó. Residía en el cruce de la 3rd Avenue y W Lynwood St a 6 minutos de la casa de Samantha Díaz una de las amigas que le acompañaba, que residía en el 36 W Culver St.

Se interrogo a Samantha Díaz, Winslow Scott, Eliza Lee, James Lee y algunos profesores de Lena Lee.

La investigación la realizó John Miller concluyendo finalmente tras un año de investigación que Lena Lee se había fugado.

Cinco años habían pasado desde la desaparición de Lena Lee, el ex detective John Miller había dictaminado que se fugó, pero había cosas que no encajaban. Las pertenencias más preciadas de la desaparecida seguían en su habitación y sus amigos aclararon reiteradas veces que jamás se escaparía de casa. Así que reabrí el caso nada más ascenderme a detective, nadie sabía que ya había estado investigando por mi cuenta nada más entrar en el cuerpo de policía.

No sabía si Lena estaría viva o muerta, si estuviera viva podría estar pasando el infierno en la tierra. Podría haber sido secuestrada para el tráfico de personas, no lo descartaba. Estaba sentada en el sofá mirando la fotografía de una chica de 16 años, era morena con el pelo liso, ojos verdes aunque si mirabas fijamente el derecho tenía trazos de color azul. Su piel era pálida y tenía una cicatriz debajo de la ceja derecha que le hacía más interesante.

Hacia solo una semana que me habían ascendido a detective y seguía estancada mirando la misma fotografía. Mañana había quedado en la residencia de los Lee para recopilar información aunque savia que todo lo que podrían decirme ya estaba en los informes que se realizaron el año de la desaparición, pero esperaba encontrar algo que se le había escapado o simplemente había omitido en la redacción.

Localización desconocida

La puerta se abrió como cada día, la luz me cegó momentáneamente, la oscuridad se envolvía sobre mi cuerpo como si fuera un leve manto.

Me encontraba tirada en el suelo húmedo y frio totalmente desnuda, no podía moverme, a duras penas podía mantenerme despierta. El hombre que entraba por la puerta repitió su rutina que llevaba realizado día si día también desde hacía años, no sabía cuántos exactamente ya que había dejado de contarlos hacia mucho tiempo.

Deje de resistirme cuando vi que no había escapatoria así que podían usarme como quisieran sabiendo que no podría hacer nada para evitarlo.

Unas manos grandes y ásperas me cogieron por las muñecas arrastrándome por el suelo, las heridas recientes de los muslos dolían a rabiar pero no podía gritar, mi voz se había apagado al igual que mis lágrimas.

El hombre me levantó en brazos tirándome a la cama, resultaba sencillo cogerme ya que solo podía comer lo que me proporcionaban de vez en cuando, no debía pesar más de 30 quilos. Las manos ásperas seguían su rutina habitual. Cogía los arneses parra atarme las manos y después las piernas.

Se oyó el sonido de la cremallera del pantalón bajándose, ese horrible sonido que tanto me martirizaba cuando intentaba dormir, cuando mi mente podía alejarse de ese lugar oscuro. El pantalón cayó al suelo y esa era mi señal de que todo empezaría de nuevo, entraba en mí con tanta fuerza que mi corazón se contraía quitándome el aliento. Con cada envestida notaba los muelles de esa roída cama clavándose en mi espalda, las envestidas fueron más rápidas hasta que termino corriéndose dentro de mí y se volvió a poner los pantalones. Me desato una mano para que me desatara yo misma, abrió la puerta y dejo dentro un plato con un trozo de pan con moho y un trozo diminuto de pollo. Finalmente se cerró la puerta de golpe escuchando el sonido del sistema de seguridad.