𝑸𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂 𝒖𝒏 𝒔𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐...(𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂𝒇𝒆𝒍𝒍)

𝑳𝒂 𝒂𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆

Las luces de la habitación estaban apagadas y el paisaje nevado podía verse por el ventanal, un ambiente agradable podía sentirse sobre la cómoda y grande cama. Sentir como la rosaban las sábanas era poco comparado con el tacto de las manos del esqueleto, estas pasaban por sus muslos, haciéndola sentir un cosquilleo placentero que la hizo suspirar al sentir el más mínimo contacto, aparece el ama sus piernas, en especial sus muslos

Verlo retirar su saco y chaleco de forma acalorada, la hizo estremecerse, más al ver esa profunda mirada de deseo que las cuencas del esqueleto emanaba al verla, pues se encontraba debajo de él, con los tirantes de su vestido abajo, dejando sus hombros al descubierto

Esos suaves y delicados hombros le llamaron la atención de Sans. En ese momento un profundo deseo de darle a entender a todos que ella es suya lo hizo morderla en su homro izquierdo, recibiendo un gemido de dolor por parte de la jóven, pero, no descartaba el placer que está sintiendo en este momento

-Todos deben saber que eres mia -le susurró mientras veía la marca hinchada de la mordida-

Ella simplemente se quedó en silencio sintiendo levemente el dolor de la mordida. Repentinamente el se acercó a ella, Frisk colocó sus manos en las costillas de Sans mientras este había empezado un beso apasionado, esta vez más intenso que los anteriores, al mismo tiempo se encontraba recorriendo con una mano su cadera y otra había subido hasta uno de sus grandes pechos, empezando a masajearlo

El placer que la mujer estaba sintiendo le era indescriptible, más que nada algo nuevo. Separándose del beso sintiéndose sin aire, no se había percatado de que su vestido estaba por encima de se cadera, dejando al descubierto su ropa interior, no sabe en que momento había subido su vestido, no se dio cuenta de eso

Sans vio un lunar en el muslo derecho de la jóven, le parecía una posición tentadora para que este estuviera ahí. Sin previo aviso y con el gusto que presentaba por los muslos de la jóven, mordió su entre pierna haciéndola taparse la boca ante semejante acto, pero más grande fue su sorpresa al sentir algo húmedo recorrer la parte interna de sus muslos, se trataba de la lengua del esqueleto, demostrando una vez más el gran deseo que sentía por ella

Entre pequeños gemidos que le daban pena dejar escapar, sintió como después de un rato Sans se había sentado delante de ella, empezando a retirar su camisa finalmente hasta dejar todos los botones desabrochados

Juntándose nuevamente con ella, Frisk pudo sentir como el pantalón del esqueleto la estaba rosando en su zona intima mientras este la seguía recorriendo con sus manos estando encima suyo, podía sentir un bulto entre sus pantalones, uno que no dejaba de frotarse contra ella y Sans parecía estarlo disfrutando demasiado, ella también al finalmente dejar escapar sus gemidos de placer. Entonces ya sin vuelta atrás y sin previo aviso finalmente Sans acabó por quitarle todo el vestido a Frisk, deteniéndose un rato para admirarla al apreciar que llevaba lencería puesta

En color negro y de suave tela, sus curvas resaltaban demasiado con las tentadoras prendas

-Eres hermosa...-le susurró entre suspiros mientras observaba cada una de las curvas de su cuerpo- Que gran sorpresa me has dado

Las palabras no pudieron salir otra vez, sentía que sobraban. Deseando conocer más del placer, se había sentando nuevamente encima suyo, en ropa interior ahora, mostrándose con una mirada de profundo deseo, besándolo y acariciando sus costillas mientras el ya rendido ante ella nuevamente la recorrió con sus manos, cada parte de ella sin titubear o darse para atrás, sintiendo la suave y delicada tela de su lencería, impresionado por la iniciativa de su chica

Pasados los minutos que podrían parecer horas de placer, finalmente ya liberado de su camisa, el esqueleto de forma sutil quería retirarle el sostén, sin embargo, ella lo detuvo para hacerlo por si misma, dudando en retirarlo una vez ya estaba desabrochado, pero tras recibir un beso por parte de Sans, tomó valor y sin más lo dejó caer a un lado, sintiendo libertad al momento de dejar dicha prenda de lado