Frederick Pov
Por primera vez, Esther no estuvo en el autobús esta mañana, miro mi reloj y falta poco para que el autobús continúe su recorrido y Nat tampoco aparece, caminó hasta el lugar del conductor y llamó su atención.
—Señor Davis, ¿puede esperar un par de minutos más? — le pregunto.
—Nat se volvió a quedar dormida por lo que veo—afirma divertido.
—Eso parece— respondo —Y también Esther creo...— comentó mirando el reloj nuevamente.
—Tenemos que irnos ahora hijo o se les hará tarde a todos los demás— comenta después de mirar su reloj.
Suelto un suspiro y le agradezco al señor Davis, regreso a mi asiento y es sumamente raro que ellas no hayan llegado, por muy increíble que parezca ni siquiera tengo el número de celular de Esther para mandarle un texto.
Llegó a la escuela y me quedo un poco más en la entrada esperando verlas, pero nada.
—¿Todo bien Rick? — pregunta Oliver a mis espaldas.
—No— le respondo — Esther y Nat no estuvieron en el autobús hoy—comento y me mira raro— es solo que se me hace muy raro, ellas no son de faltar— le digo.
—A lo mejor se quedaron dormidas—comenta lo cual no estoy tan convencido, ayer que estuve con las chicas, sé que Esther siempre viene a clases a pesar de que tanto allá leído la noche anterior. Se escucha el timbre de entrada y vuelvo a mirar a ambos lados de las calles esperando verlas, pero nada de eso—Tenemos que entrar, o nos levantaran un reporte—comenta y obedezco para evitar problemas, mi madre es muy especial con la puntualidad, si se entera que me pusieron un reporte por llegar tarde se enojar mucho.
Las clases anteriores al almuerzo pasaron muy lentamente o eso sentí yo, cuando el timbre suena soy de los primeros en salir del salón en dirección al comedor-patio de la escuela esperando verlas, ambas tienen un lugar habitual pero cuando llegó a la jardinera donde es habitual que almuercen no hay nada.
—¡Aquí estás! — exclama Oliver cuando me ve —Nat acaba de llegar— comenta y ambos nos movemos hasta la dirección, por lo regular los alumnos que faltan deben de dirigirse hasta ahí para obtener los justificantes para las clases con el respectivo tutor.
Entramos y la vemos con su papá, esperamos a que salgan de la dirección y cuando su padre se va rápidamente corro hasta ella.
—¿Qué pasó, porque no estaban en el autobús esta mañana?, ¿Esther no viene contigo? —le pregunto.
—Tranquilo Frederick— me pide Oliver.
—Internaron de emergencia a Esther—nos explica y en vez de tranquilizarme, me empiezo a imaginar los peores escenarios.
—¡¿Qué?! —exclamó.
—Cálmate que todos nos están volteando a ver— vuelve a pedir Oliver.
—Pero ¿qué le pasó? — pregunto.
—Se empezó a sentir mal en la noche y en la madrugada no aguantaba el dolor en la parte del ombligo y su mamá la llevó de emergencia al hospital, su mamá le informo a mi mamá y fuimos apenas me levante— comenta— tiene apendicitis— informa
—¿Ya la operaron? —pregunta Oliver.
—Apenas la ingresaron a cirugía hace una hora— comenta — Traje su justificante médico para las siguientes semanas— nos informa levantan la carpeta que hasta este momento me percate que traía.
—¿Sabes en qué horario podemos visitarla? — pregunto, por suerte hoy no tenemos que ir a clases de teatro ni tengo que ayudar a mi mamá.
—Podemos ir a la salida— comenta Nat.
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Nuestro Segundo Llamado
RomanceLas Zapatillas del Doctor nos dejo varios romances pendientes, pero la historia de Esther es la que merece ser leída primero. ¿Crees en el amor adolescente? Yo lo encontré a la edad de 17 años, el primer amor nunca se olvida...es lo que muchos dic...