Capitulo 15

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Esther Pov

¡Mierda!

Ahora es cuando me arrepiento de no haberle hecho caso a mi mamá, de todas esas veces que me quiso enseñarme a maquillar, llego mas de 45 minutos intentando hacerme el delineado en los ojos y nadamas el derecho me sale bien, para colmo la limpiarlo se me oscurece parte del ojo habiendo que parezca panda.

Miro la hora en mi reloj y vuelvo a maldecir, Frederick ya casi llega yo sin estar lista, por fortuna estoy contenta con mi atuendo, jeans de mezclilla negra y una blusa roja que es bastante fresca, a pesar de que no estamos en verano, la humedad de Atlanta es bastante escandalosa.

Dejo de lado la pelea con el delineador y me enchino las pestañas para poner rímel, recojo por completo mi pelo y procedo a buscar el gloss para labios de mi mamá.

El timbre suena y pido que no sea Frederick, aun no estoy lista, me faltan los zapatos, es ahí cuando me doy cuenta de que sigo en chanclas, para colmo mi pedicura ya requiere un cambio, le pediré a Nat que me ayude con eso. Sin más bajo hasta el primer nivel y al abrir la puerta me encuentro con Frederick. Lo cual me sorprende ya que acordamos vernos en la parada del transporte, aunque no niego que es un lindo gesto que allá venido y sirve que no me tiene que estar esperando en pleno rayo del sol.

Para mi sorpresa, trae consigo una flor blanca que me obsequia, creo que es una dalia, pero no estoy muy segura, le pido que tome asiento en la sala y proceso a poner la flor en agua. Le pido que me espere y subo a ponerme mis tenis blancos. Quiero lucir arreglada y bonita, pero al mismo tiempo cómoda.

—Ya estoy lista— le anuncio y el se levanta, tomo mi bolsa y voy sacando las llaves para cerrar, espero que mamá vea la nota que le deje en la entrada, de seguro pensara que salí con Nat.

***

Debo de admitir que estaba nerviosa porque sentía que el trayecto hacia el centro comercial iba a ser de los más incómodo, pero Frederick empezó a hablar de algo que me encanta... ¡libros!, le conté de como Nat tratamos de leer siempre que podemos el mismo libro para comentarle, le hablé de cómo empezó mi amor por la lectura, y como gracias a eso Nat y yo somos amigas desde la secundaria.

—¿Entonces tu y Nat son amigas porque ambas tenían el mismo libro? —pregunta resumiendo todo lo que le dije.

—Así es, en el receso me sentaba lo más lejos que podía de las chancas, ya que mi cabeza es un imán de valones— le cuento lo ultimo y el ríe ante eso— ¡de verdad es cierto! —afirmo.

—Esta bien, te creo entonces— responde conteniendo la risa.

—Ella era la niña nueva, lo cual es raro, ya que la mayoría entra a principios y no a mediados de bimestres, pero bueno, yo desayunaba sola en ese entonces, paso lo que ya sabes...los amigos de primaria hacen más amigos al estar en diferentes salones y mi caso fue el mismo. Nat solo se sentó a mi lado y señalo mi libro diciendo: "Yo tengo el mismo" y empezamos a hablar sobre eso y ahora no me la puedo quitar de encima— finalizo, aunque lo ultimo es mentira, adoro a esa loca.

Dejamos la conversación de lado al percatarnos de que ya es la parada donde debemos de bajar.

Caminamos en un silencio para nada incomodo como el de la primera vez, cada quien en su mundo y aun así me siento bastante cómoda, al ingresar al local y comprar los boletos Frederick se me adelanta cubriendo mi parte.

—Yo te invite, así que esta ronda la pago yo, si quieres pagar la siguiente, tendrás que vencerme—me reta y acepto.

Por suerte la mesa de Jockey, esta vacía, la mayoría prefiere los video juegos. Sin más, Fredrick pone el disco sobre la mesa, me pasa esa cosa que no sé cómo se llama con la que se golpea al disco y procede a encender la mesa para que el aire comience a salir el y contador se enciende.

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2023 ⏰

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