Quinto Día

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Domingo doce de febrero...

—¡Un completo imbécil! ¡Eso es lo que eres!

—Jim, ¿podrías no ser tan rudo? —pido azorado. Me paseo por mi departamento con el teléfono en la oreja y mi amigo en el otro lado de la línea—. ¿Qué hice mal?

—Tú dime, idiota. ¿Qué le dijiste a Josh cuando se ofreció a pasar por tu casa a buscar su paraguas?

—Le dije que se lo llevaría el lunes a la cafetería o, que le enviaría a alguien para que lo hiciera. Eso es lo correcto, Jim. Ya le causé demasiados problemas. No haré que venga a casa luego de trabajar para buscar un paraguas que yo le quité.

—¿Crees que a Josh le interesa ese maldito paraguas? El reporte del clima dice que no lloverá en toda la semana. Él vive en la zona norte, pero se ofreció a ir a tu casa cuando no le queda "de paso", como te dijo.

—¿Entonces?

—¡Lo que quería era pasar su tarde de domingo contigo! Tenías que enviarle tu dirección, esperarlo con algo para beber y decirle lo que sientes. ¿Cuántas veces debo explicarte el plan? Es así de sencillo.

—No lo sé, Jim. Yo pienso que en verdad quería su paraguas.

Desde el otro lado de la línea, Jim resopla pesadamente.

—Eres la razón por la que dicen que los hombres no entendemos las indirectas, Cam. Estás soltero por ser distraído e idiota.

—Ah, ¿sí? Entonces, señor SoyExpertoEnRelaciones, ¿Dónde está tu novia?

Jim guarda silencio unos segundos.

—Te voy a cortar.

—No, no... por favor, Jim. Necesito ayuda.

Mi amigo ríe y yo resoplo. Aunque a veces me dé malos consejos, es el único que puede ayudarme ahora.

—Mira, Cam, el punto aquí es que Josh ha dado un paso. Y, después de lo que me contaste que ocurrió bajo la lluvia, no puedes echarte atrás. Si actúas como si eso nunca hubiese ocurrido, él pensará que no le interesas y dejará de buscarte. ¡Haz algo!

—¿Y qué se supone que debería hacer?

—Hay algo que aprendí de esta semana contigo. Cuando intentas esforzarte para enamorarlo, terminas haciendo el ridículo a causa de tus nervios. Escapar, tirarle tu café, escapar otra vez...

—Sí, entendí.

—Sin embargo, cuando te sueltas y eres tú mismo, tu relación con él cambia y Josh tiene un brillo especial en los ojos al verte. Lo noté. Siempre te mira así cuando eres tú mismo.

—¿De qué hablas? Él siempre sonríe así, todo el tiempo.

—No. Tú siempre lo has visto sonreír así porque eres el causante de eso, Cam, pero eres muy tonto para darte cuenta por ti mismo. Esto es un martirio para mí. Me siento como cuando los protagonistas de mi telenovela no se dan cuenta de que se aman y quiero gritarle al televisor para que reaccionen de una vez.

—¿Tú miras telenovelas?

—Ese no es el punto, Cameron. El punto es que hoy es domingo y MyDarling abrirá solo hasta las once. Ve a llevarle el paraguas, dile que almorzarás en el centro e invítalo a que te acompañe. Piensa en Josh como si fuera un amigo más. No intentes impresionarlo. Solo diviértete y sé tú mismo, ¿sí? Entonces te irá genial.

Las ideas de Jim nunca salen según lo planeado, sin embargo, confío en él. Debo admitir que, si no fuera por el momento en mi amigo decidió ofrecerme como dibujante en el pizarrón, ninguno de mis recientes acercamientos con Josh hubiera ocurrido. Aunque a veces sea un poco bruto e insensible, me alegra tenerlo como amigo.

Siete Días Para EnamorarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora