5

348 56 5
                                    

¡Quiero agradecer a todas las personas que están votando! 

Para changbin fue tan desconsolador saber que estaba siendo una molestia para sus cachorros, que a partir de ese momento, dejo de hacer muchas de las cosas que hacia. Ya no besaba a sus hijos cuando los despedía en el auto, tampoco arropaba a jeongin por las noches, y ya no esperaba ansioso en casa cuando estos regresaban del colegio. 

Las relaciones en casa parecía haberse enfriado, jeongin, en especial, solo le hablaba si era necesario, y seungmin se volvió mucho más reservado, apenas le contaba como le estaba yendo con jisung. Hyunjin, aunque no lo demostrase, seguía avergonzado por su actitud tan sobreprotectora.

Minho, por otra parte, seguía ofuscado con el tema del cachorro. Siempre, después de anudar, permanecía despierto en la cama, pensando futuros nombres e imaginando como seria. Changbin de mientras se ausentaba para ir al baño y tomar la píldora, sintiéndose realmente el omega más ruin y rastrero por estar engañando a su marido. 

Muchas veces, cuando estaba solo en casa, se echaba a llorar y hasta al cabo de una hora no se calmaba. Fue horrible sentir ese vacío en su propia casa, donde precisamente paso los años más felices de su vida. 

Pero ahora se sentía solo y sin nadie que le comprendiera.

Un día acabo todas las tareas del hogar y no dieron ni las cuatro de la tarde. No había nadie con el porque minho trabajaba y sus hijos tardarían en volver por las actividades extraescolares, Si es que después no salían en una de sus citas con los hermanos han.

Sin nada que hacer, changbin agarro su mochila y metió el cuaderno de ingles y una libreta; estudiar era lo único que lograba mantenerlo distraído, aunque fueran solo dos horas al día. Le gustaba estudiar en la biblioteca, en su rincon que ya era suyo desde el primer día. Saludaba cordialmente a la recepcionista y luego subía al primer piso, donde ocupaba la misma mesa cada semana. 

En la mesa de enfrente estaba nayeon, una omega que, como el, pasaba las tardes estudiando. Apenas entablaron conversación, y lo poco que sabia de ella era que no estaba marcada, algo fuera de lo común siendo ambos de la misma edad. 

Esta le saludo en cuanto tomo asiento, y tras intercambiar cuatro palabras, Changbin dejo de prestarle atención y se centro en el texto que tenia delante, pero no pasaron ni veinte minutos cuando dejo caer el lapicero, ocultando el rostro entres sus manos. Sin pretenderlo, soltó feromonas de tristeza, viendo abatido porque toda en su vida estaba yendo mal. De nuevo, quiso llorar, pero unas manos muy delicadas se posaron sobre sus hombres, una larga cabellera negra se deslizo hasta acariciar sus manos. 

- ¿Estas bien? - pregunto una voz cálida.

No, por supuesto que no estaba bien.

- Si, no es nada - respondió, esquivo. 

No alzo la mirada, pero supo que trataba de nayeon; su olor era inconfundible. Para su disgusto, la omega retiro una de las sillas que tenia al lado y tomo asiento. Solo les esperaba el brazo de changbin, apoyando sobre la mesa y sosteniendo se cabeza. 

- Llevas rato soltando feromonas de tristeza - comento, hablándole casi en susurro. Bajo la vista hacia su cuaderno, pero no escribió nada -. What's wrong?

Changbin echo la cabeza hacia atrás, suspirando. No le apetecía mucho contarle su vida a una omega que apenas conocía de vista. 

- He dicho que no es nada - repitió. 

Pero nayeon no le creyó. Aun así, ella simplemente sonrió y antes de levantarse le dijo: 

- Si cuando salgas de la biblioteca, te apetece tomar algo, te estaré  esperando en la entrada. 

Four Seasons [MINBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora