Four Seasons [MINBIN]

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Advertencias: drama y angst.

los diálogos en inglés estarán en cursiva.

además, hay tres tiempos de narración: changbin del presente, changbin del pasado y minho, para que no vayan a confundirse jejeje

Parte Tres: Invierno.

—¡Vamos, Jeongin, con más fuerza!

El omega tomó una respiración profunda ante el grito del entrenador, sintiendo el sudor caer por su espalda y su rostro, y trató de pegar con todas sus fuerzas en la colcha que el alfa sostenía. Soltó un grito, elevando su pierna derecha en una patada lateral, sintiendo el momento exacto en el que su pie conectó con el cuerpo del adulto.

—¡Bien, así me gusta! —gritó el entrenador Williams—. ¡Bien hecho, chico!

Jeongin sintió sus mejillas coloradas ante el halago, haciendo una inclinación de noventa grados a pesar de que todos sus profesores le decían que no era necesario.

—Gracias, entrenador —respondió Jeongin, sonriendo con vergüenza por su torpe inglés.

Sin embargo, el adulto no lo tomó en cuenta ni hizo amago de burla por eso, despidiéndolos. Jeongin caminó hacia las gradas del gimnasio, viendo a Jaebeom sentado allí, al lado de su mochila. Lo miró con el ceño fruncido.

—¿Feliz de verme? —dijo Jaebeom, sonriendo de forma encantadora.

—¡No! —mintió Jeongin, un poco enfadado, pero también contento de ver al alfa—. ¿Me esperaste todo este tiempo?

—¡Por supuesto! —respondió Jaebeom—. Quería llegar antes que...

—Aléjate de mí hermanito o te romperé el culo —amenazó una voz recién llegada.

Jeongin sonrió al reconocer el tono de seungmin, que venía saliendo del taller de fotografía. Pronto se les uniría hyunjin, que debía haber acabado también su taller de baile contemporáneo.

Jaebeom levantó las manos con inocencia.

—Que violento, seungmin—dijo el alfa, sin perder el encanto—. Le decía a tu hermano que estuvo increíble en el entrenamiento de hoy.

—¡Fue genial! —apoyó Jeongin, entusiasta—. ¡No puedo esperar a que sea el campeonato! El entrenador dice que, si sigo así, ¡tengo muchas probabilidades de ganar!

Seungmin sonrió al ver la felicidad en los ojos del omega.

—Eso es bueno —apoyó seungmin—, pero ¿te irás a bañar o nos iremos a casa contigo apestando a pescado?

—¡Qué pesado eres! —Jeongin le sacó la lengua, agarrando su mochila. Antes de correr a los camerinos, sin embargo, se volteó hacia seungmin y Jaebeom—. Me van a esperar, ¿cierto?

Su hermano mayor pudo sentir su sonrisa tensarse.

—Por supuesto, innie.

El niño no tardó en correr hacia los baños.