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Seungmin llegó llorando dos días después.

Changbin estaba cortándole las puntas del cabello a Jeongin cuando la puerta de entrada fue abierta estrepitosamente, y un descontrolado y sollozante seungmin apareció, con hyunjin detrás. De forma inmediata, el omega mayor dejó las tijeras a un lado y fue hacia su cachorro, agarrándolo de las mejillas. Seungmin  lo abrazó por la cintura, pegándose a él como si tuviera cinco años.

—seungminie—le dijo, su voz tan preocupada—, ¿Qué ha pasado, cariño?

seungmin lloró con más fuerza y hyunjin bajó la vista, culpable. Jeongin movió las manos sobre su regazo, luciendo temeroso.

—Fue jisung —explicó hyunjin—, las clases terminaron y yo fui al baño, y jisung lo aprovechó para acorralarlo.

El omega sorbió por su nariz y changbin  le hizo un gesto a hyunjin para que fuera al baño a buscar papel higiénico. Luego, changbin llevó a su hijo al sillón, sentándolo a su lado, y quitó el rastro de lágrimas de su rostro con suavidad, usando sus dedos.

—Me... me di-dijo que... que estaba harto de que yo lo ignorara —hipó el omega—, y... y que más me valía que volviera con él porque... porque si no, iba a... a enojarse mucho y me pegaría...

—Oh, seungmin—murmuró changbin, agarrando a su hijo de la nuca y empujándolo contra su hombro, oyendo su llanto aumentado.

Hyunjin apareció y le entregó el papel higiénico, pero changbin dejó que su hijo llorara un rato más contra su cuello, encima de su glándula de feromonas. Recordaba que cada vez que cualquiera de sus cachorros se sentía mal, dejar que olisquearan esa zona los calmaba más rápido. No importaba si su playera quedaba empapada en lágrimas y mocos.

Una vez seungmin pareció tranquilizarse un poco más, changbin lo soltó. El omega se alejó unos centímetros.

—No lo quiero —le dijo, su voz temblando—, no... no quiero e-estar con él, nunca más. Yo... yo le dije eso, y él me dijo que... que no importaba, que cuando me marcara, lo... lo volvería a querer. I-incluso sugirió que debía hacer lo... lo que bang hizo con Jeongin.

—¡jisung es horrible! —soltó Jeongin, poniéndose de pie a pesar del corte irregular de sus puntas—. ¡Lo voy a patear!

—Estuve a punto de golpearlo —dijo hyunjin, su voz baja—, pero... pero no quería meterme en problemas, quizás papá volvería a enojarse por eso...

Changbin  sabía que era cierto, así que, en el fondo de su corazón, agradeció que su hijo mayor no hubiera perdido los estribos. Aunque también sentía muchas ganas de que le hubiera dado un golpe.

Santo dios, ¿Cómo jisung era capaz de eso? changbin lo invitó varias veces a su hogar, lo conocía desde pequeño, e incluso meses atrás se había acostumbrado a que sería su yerno en el futuro. ¿Cómo era posible que ahora... ahora actuara de esa forma tan horrible y odiosa? changbin sintió la amargura golpeándolo, porque sabía que el alfa sólo estaba mostrando su verdadera cara.

—Quedan sólo unas semanas de clases —le dijo changbin, haciendo sonar la nariz de su hijo contra el papel higiénico—, luego, no le verás más.

—No quiero volver a clases —gimoteó seungmin—. ¡Quiero cambiarme de colegio, con Jeongin! ¡Los tres deberíamos cambiarnos!

—¡O mejor! —saltó el menor de los hermanos—. ¡Deberíamos irnos los cuatro de aquí, para siempre!

—¡Jeongin!

Su hijo menor se sobresaltó ante el grito de changbin, con su pelo humedecido y largo, medio desastroso por el corte a medias. Bajó la vista con una expresión de culpabilidad. Hyunjin parecía algo desorientado, mientras que seungmin parpadeaba con confusión.

Four Seasons [MINBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora