Leo: Es solo una leyenda y Marián siempre quiere asustarme, no es como si el fantasma de Stella supiera que estoy aquí y viniera por mí, además ¿por qué quisiera fijarse en un chico como yo?, no destaco y además la preparatoria es un lugar que no me interesa, solo lo uso para poder concluir y dedicarme al teatro una vez apruebe todas y cada una de las asignaturas.
El adolescente tomo su mochila y al ver que su amiga y compañeros de clase se dirigían a la salida, le atormento un sentimiento de soledad, además de que sentía algo de ansiedad, es típico sentir esto una vez que te han contado algo espeluznante, pero no significa que pase nada, pues sería una enorme casualidad, además los fantasmas no existen y es imposible que esa chica llegara a cobrar venganza por algo que sucedió hace veinte años, o al menos eso es lo que Leo creía o se quería convencer de ello.
El chico subió por las escaleras para llegar al pasillo de la biblioteca y poder sentarse junto a una ventana a realizar su tarea, la biblioteca estaba tan solitaria, es como si solo él faltara de realizar ese trabajo, o quisa sea porque los demás se anticiparon a llevarse los libros a su casa, mientras Leo estaba viendo películas de terror, los demás se enfocaron en entregar debidamente su trabajo y no queda más remedio que terminarlo, además de que es el último empujón antes de concluir al fin el semestre, solo queda dar el último esfuerzo y después todo esto de la preparatoria se acabará y quedará en un recuerdo más.
Esta última idea hizo que Leo sonriera y se diera prisa para poder irse a casa lo más temprano posible. Se dirigió de inmediato a la sección de Biología para ir por el único ejemplar de "Evolución humana", una vez hallado lo tomó entre sus manos y camino hacia la mesa más cercana a la ventana, simplemente para poder ver lo que ocurría afuera y sentirse más seguro con ver el pasar de algunos de sus compañeros que continuaban en las instalaciones del colegio.
Mientras pasaban las horas y Leo notaba que se oscurecía cada vez más, por momentos sintió escalofríos a sus espaldas y en uno de esos movimientos se dio cuenta que la bibliotecaria no estaba, justo ese día la mujer estaba ausente, él miro extrañado a su alrededor y no daba con otra persona que estuviera en ese lugar, o al menos es era su sensación, el chico no quería sugestionarse, pero todo estaba cada vez más oscuro, solitario y frío.
El chico leyó y escribió hasta finalizar su proyecto, el cual le tomo unas cuantas horas para que estuviera decente para ser presentado el día de mañana, sus ojos por momentos se cerraban ya que estos temas le llegaban a aburrir, no era muy bueno para el estudio, pero aun así siempre hacia sus mejores esfuerzos.
Leo: Son exactamente las seis en punto, y lo único que me falta es escribir mis datos personales, increíble que ya terminará con esta tarea, es hora de irme de este lugar, algo no me está dando buena espina.- Dijo mientras miraba hacia los lados constantemente, un viento helado congelaba por momentos sus piernas.
Por fin el chico finalizó y decidido tomo sus cosas, sin antes guardar en una de sus carpetas escolares él trabajo para que no se maltratara de regreso a casa, caminó hasta salir de la biblioteca dejando el libro prestado en uno de los estantes especiales para después llevarlo a su lugar de origen.
Leo bajo las escleras mientras se ponía la mochila en su espalda y se dio cuenta que ya no había ni un alma, profesores alumnos y otros trabajadores del Instituto no estaban, los pasillos se tornaron oscuros, es como si una energía sobrenatural rondara por todo el Instituto, Leo sacudió la cabeza en repetidas ocasiones para quitarse esa sensación del cuerpo, pero más aumentaba entre más lo pensaba, sus pasos empezaron a escucharse en forma de eco y eso hizo que se asustara más conforme buscaba la salida.
Leo avanzo por el pasillo oscuro, bajando las escaleras lo más rápido que podía sin mirar atrás, hasta que delante de sus ojos se abrió una de las puertas del aula de música, era obvio que no pudo haber sido una corriente de aire, las ventanas están cerradas y no hay nada más que provocará ese movimiento.
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Cuando La Curiosidad Toma La Forma De Fantasma Enamorada
Paranormal¿Has escuchado una leyenda? y si es así ¿Qué tanto tienen de verdad? En este Instituto hay un par de amigos que les encantan las historias de suspenso y al parecer están muy familiarizados con ello, especialmente Marián, una chica que le gusta hacer...