Después de que tanto Stella como Leo se separarán y vivieran cada uno sucesos significativos para el futuro, ambos se reencontraron a la siguiente calle, a unos cuantos metros de distancia.
Stella: Me alegra que estés bien, y que no te hayas ido mucho mas lejos, creí por instantes que nos veríamos en tu casa otra vez y que la cita se había cancelado. Dijo en tono melancólico mientras observaba a su amigo moviendo los ojos lentamente.
Leo: ¿Pero como te atreves a pensar así?, si yo estoy muy entusiasmado por esto, así que caminemos y no más distracciones ¿ok?. El chico replicó decidido y de forma contundente que Stella quedo asombrada.
Ambos chicos avanzaban hasta cruzar la calle y enfrente se vislumbraba un hermoso parque, muy grande y verde. La entrada era de piedra color gris y decía un enorme letrero: "Bienvenidos, que la estancia entre los señores arboles sea de su entero placer y agrado".
Stella: woow, parece que se toman muy en serio eso de "ser uno con la naturaleza" exclamo abriendo los ojos más grandes de lo normal y cuando cambio el semáforo, ambos cruzaron y mientras Leo caminaba y Stella se deslizaba suavemente, el clima cambio radicalmente, se sentía caluroso pero húmedo, esto hizo que Leo hiciera algunos gestos de desagrado.
A la vez la chica sentía que cada situación donde Leo se viera contrariado, era culpa de ella por haberlo puesto ahí, o al menos eso era lo que ella pensaba.
Stella: Emm, si te sientes mal, entiendo que podemos regresar a casa y posponer la cita para otra ocasión. Decía la chica en voz baja con los ojos cerrados.
Leo: Santa cielo Stella, te dije que tendríamos una cita y así será, ni por el clima o cualquier contratiempo que tengamos metros más adelante me hará cambiar de opinión. Creo que ya encontré cual es tu problema. El pensar que molestas a cada segundo, no es así. Esta bien preguntar si tu presencia incomoda, pero no a cada instante. Debes de relajarte, los amigos reales y comprensivos tenemos mas paciencia, en cambio los abusivos curiosamente tienen poca tolerancia o ninguna y son los primeros en pedir que se les respete. Replico el chico en tono más serio que nunca, a Stella esto le sorprendió sobremanera, nunca creyó que Leo, un chico tan calmado y en ocasiones despistado tuviese tan claras las ideas sobre el comportamiento de las personas.
Stella no dijo nada después de ese momento y siguieron avanzando por el bello lugar repleto de flora y fauna, ella observaba su entorno como si fuera la primera vez que visitará un bosque con un amigo en años, y de hecho así era. Por instantes recordó las palabras de la chica fantasma de la librería, no debe de recordar con intensidad hechos de cuando tenia vida y que la marcaron de algún modo, porque son tan intensos que se puede perder para siempre en ellos, hizo muchos esfuerzos para estar en en aquí y ahora que se trataba de una bella cita con un chico adorable y el más amable que había conocido.
Caminaron a lado de un hermoso lago lleno de algunos peces y aves acuáticas, esto hizo que la brisa se sintiera con más intensidad, le mojaba las mejillas a Leo y el se sentía cada vez más feliz.
Leo: ¡Ya estamos cerca, aquí es donde pensé en traerte! Dijo lleno de emoción mientras señalaba una cabaña en medio del parque
Se trataba de una pequeña cafetería muy hogareña y rodeada de naturaleza era aún más llamativa para las personas, aunque por alguna razón por dentro no se notaba tan llena de gente.
Cruzaron la puerta y Leo se acomodo de inmediato en la parte de atrás, ya que los asientos eran más acogedoras y suaves, Stella lo seguía y observo el lugar con mucho ímpetu, se sentía tan amada y fantaseaba con la idea de sentir lo que era una cita ideal con alguien.
Stella: Al fin se cumplió mi deseo, Leo es un hombre de palabra, dulce y amable. Lleno de gentileza, gracias por realizar esta petición, se que no es tu deber y no tenias porque hacerlo, ya que no quiero ser egoísta e insensible contigo, te has comportado como todo un caballero a pesar de mi pesada manera de ser y los contratiempos que hemos tenido para llegar hasta aquí. Pensó la chica mientras notaba a su acompañante que pedía al camarero el menú de los dulces.
Leo: ¡Delicioso!, quiero el pastel de chocolate con fresa, me puede traer dos rebanadas por favor señor. Decía el chico mientras sonreía de manera brillante al camarero quien estaba un poco sorprendido anotando en una pequeña libreta color azul la orden del chico.
Camarero: Disculpe, ¿Las dos rebanadas son para comer aquí?. Pregunto amablemente el hombre mientras tomaba nota.
Leo: ¡Claro! asintió Leo con mucha alegría.
Toda la escena la observaba Stella desde lejos, mientras lentamente se deslizaba por el lugar que parecía una cafetería de un cuento de hadas, o al menos ella lo imagino de esa manera.
La chica fantasma avanzó hasta la mesa de Leo, mientras se trataba de acomodar frente a él, ella se sentía viva otra vez, como si toda la vida estuviera esperando algo como esto y realmente así era. Jamás había sentido la calidez y amabilidad de las personas antes, es como si la chica experimentara por primera vez la bondad de un amigo, no hay traiciones, no hay juegos sucios, no hay doble sentido, solo paz y tranquilidad tal cual como lo esperaba e imagino todo el tiempo. De la nada observo a su amigo y le cruzo un pensamiento fugaz "Que guapo".
Esto la hizo sonrojar de tal manera que se notaba su cara con un brillo rosado, a lo que Leo la miró asustado y a la vez no quería alarmar a las demás personas de los alrededores, pues por momentos se le olvidaba que solo el podía ver y escuchar a Stella. A la vez a la chica fantasma también se le olvidaba que ya no era parte del mundo vivo junto con Leo.
Leo: Psss... ¿Estás bien Stella?, es que tienes un brillo color rosa en la cara. No me habías hablado de eso antes, jamás te había visto así por eso pregunto. Dijo el chico en voz baja pero a la vez tratando de comunicarse con Stella y que ella pudiera escucharlo.
Stella: Estoy bien, de hecho mejor que nunca. Gracias por hacerme conocer este bello lugar, nunca había venido a un sitio tan bello ha de ser por eso que me notas un poco distinta, yo tampoco tenia conocimiento de que me pudiera brillar la cara de ese tono.
Ambos chicos sonrieron y se quedaron tranquilos esperando su rebanada de pastel.
A partir de ese momento Stella desarrollo una especie de sentimientos más fuertes por Leo y el color de su resplandor parecía tornarse rosado como su cara, con el paso de los días cada vez tomaba un rosado mas completo en el cuerpo y lo atribuía a que se sentía feliz a lado de él.
Por otra parte Leo lo encontraba fascinante, como si pensará que tenia un fantasma que cambia de colores a su lado, esto lo hacia sentirse cada vez más intrigado y feliz por lo que ocurría.
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Cuando La Curiosidad Toma La Forma De Fantasma Enamorada
Paranormal¿Has escuchado una leyenda? y si es así ¿Qué tanto tienen de verdad? En este Instituto hay un par de amigos que les encantan las historias de suspenso y al parecer están muy familiarizados con ello, especialmente Marián, una chica que le gusta hacer...