Profesor Fabián: Chicos, ya solo queda por hacer un solo diagrama, para terminar la clase así que por favor avísenme si puedo borrar lo que anote en el pizarrón porque ya no tengo más espacio.
Marián: Sabes Leo, creo incluso que el profe Fabián fue a la generación de Stella Dennis, estoy casi segura que si el escucha esta historia le vendrían recuerdos trágicos de ella sin dudarlo, porque aunque Stella era como una estudiante más en la preparatoria, cuando le ocurrió el "accidente" se hizo tan popular que todo el pueblo supo de ella, hasta en el Instituto Marcelino que es bastante lejano también hablan de ella, pues mira tan popular es que después de veinte años sigue siendo tema de conversación sin duda alguna.
Leo: Hasta ahora es una leyenda fascinante todo lo que tenga que ver con muertos e historias de fantasmas para mi es algo que siempre quiero saber y enterarme a detalle, no conocía todo esto, pero sígueme contando, pues ya casi la clase termina y lo único que me interesa más que nada en la tierra es saber toda la leyenda completa, que bueno que somos los raros, ya que nos caracterizamos por enterarnos de todo lo incómodo para las personas comunes.
Marián: Bien te noto muy entusiasmado mi querido Leo, así que continuemos antes de que el profe termine su ultimo apunte.
La suerte de Stella estaba cambiando para peor, su madre siempre le decía que cambiara de actividades para poder mejorar sus emociones, pero Stella lo único que quería era recibir una llamada de Lee. A pesar de que ella se apuntó a clase de pintura para poder distraerse y conocer más amistades, sus sentimientos por Lee solo se intensificaron más, además de que había regresado a este Instituto nuevamente, solo para darse cuenta de que en su ausencia una chica había entrado a primer año, parece que venía de un internado en otra ciudad y la habían aceptado a mitad de curso por las excelentes calificaciones que tenía, además de ser una chica super dotada, era muy hermosa, con cabello rizado color rubio y ojos color miel que parecían estrellas doradas.
Stella estaba creciendo y su popularidad iba en detrimento, la chica de primer grado acaparo todas la miradas de las compañeras, los profesores y directivos, además de que los admiradores de Stella se habían aburrido de ella porque nunca los aceptaba, en cambio la chica de primer grado, llamada Leonora era la nueva atracción y ahora todos los reflectores estaban sobre de ella, parece que le gustaba toda esa atención, además de que ella si quería salir con chicos y tener muchas amigas era una chica sociable por naturaleza, además de que sus calificaciones no la tenían tan preocupada por el hecho de que le era muy sencillo el estudio por su increíble memoria fotográfica.
Era un hecho Stella estaba siendo completamente opacada por Leonora, una chica más joven, hermosa e inteligente que ella. Pero así es esto, no puedes esperar que la vida siga estática siempre llegara alguien mejor que tú, es inevitable y te tienes que adaptar porque si no lo haces y afrontas la idea rápidamente, estas fuera de la sociedad, este hecho hizo que Stella bajara aún más su autoestima, a pesar de tener una fuerza mental muy característica; todos estos hechos hicieron que llegara a un límite y se cayera a un pozo imaginario muy profundo del cual era muy complicado salir sola.
Stella cada vez se sentía más agotada e ignorada, más invisible y olvidada, esas semanas fueron realmente duras para ella, antes se sentía sola por toda la falsa atención que le daban, y ahora se sentía rechazada por las mismas personas que la querían utilizar. Era un sentimiento extraño, bastante contradictorio y molesto, pero también es normal Stella solo era una chica adolescente de dieciséis años, aun le quedaba mucho por aprender, y saber que la vida no termina ahí en puras superficialidades y rechazos.
Una tarde regresando de las clases más monótonas e incomodas que pudo haber tenido, llego a casa y saludo a su madre como de costumbre, ella tenía hambre pues su almuerzo se le olvido en la mesa de la cocina, sin que su madre pudiera ir al Instituto a entregárselo pues la señora Dennis era una dama muy ocupada, madre viuda con una hija adolescente, que necesitaba terapia, pero el salario de ella no cubría dicha necesidad por el momento, lo único que había logrado era que su hija acudiera a clases de pintura para poder socializar y relajarse con otras personas fuera de su círculo de preparatoria.
La señora Dennis miraba a su hija con ganas de que todo fuera mejor, con una visión aún más positiva para ella, pues su madre haría todo lo posible para que su hija fuera feliz y dichosa, independientemente de la escuela y calificaciones, solo quería que su amada hija sonriera de nuevo tal y como lo hacía en su niñez.
Stella: Madre voy a comerme la fruta y más tarde bajo al comedor ya que esta lista la comida, pues aún tengo que terminar un proyecto importante, el profesor lo quiere para antes de que termine la semana y no lo he iniciado aún, así que subiré a mi habitación y en un rato nos veremos.
Señora Dennis: Bien querida, no tardaré, así que nos veremos en unas horas.
Stella subió a su habitación con la mochila en la espalda, apenas cerró la puerta de su cuarto cuando sonó el teléfono de la sala. Su madre contesto y era la voz de un chico que pedía hablar con Stella, su nombre era Sander Lee,
Señora Dennis: Stella, baja hay un chico llamado Sander que te está llamando por teléfono, creo que debes contestarle porque dice que tiene poco tiempo para comunicarse contigo.
Stella: Ok madre, no sé quién es, pero espero que sea importante.
Al momento de que Stella bajo las escaleras y puso la bocina en su oído, escucho claramente la voz de Lee, el cual le pedía verse hoy por la tarde en la Plaza Cheroqueen, ahí donde todas las parejas comen helados de yogurt y dan vueltas alrededor de la fuente de los cisnes.
A la chica se le ilumino la mirada enseguida, no tenía voz para responder lo que Lee le pedía, pero sabía que tenía que hacerlo porque después de todo Gina cumplió y lo más importante es que Lee aún estaba interesado en verla.
Stella solo dijo una frase antes de colgar con Lee, "voy para allá, nos vemos en una hora".
La madre de Stella solo vio a su hija realmente feliz, como si le hubieran dado la noticia que ella espero por mucho tiempo.
Stella: Madre voy a salir con Lee, así que regresare justo para la hora de cenar, no tardaré mucho, estaré de vuelta antes de que oscurezca.
Ella tomo una bolsa pequeña donde poder cargar solo lo indispensable, que era dinero, tarjeta de teléfono y llaves, además de un suéter porque últimamente en las tardes hacia bastante frio, y había muchos resfriados en la ciudad, a Stella no le conviene estar en cama por culpa de una gripa, pues su vida ahora estaba mejorando y lo último que deseaba era estar en su habitación encerrada; a pesar de que antes de la llamada lo disfrutaba de una forma tan normal que no le hubiese importado tener fiebre de cuarenta grados con tal de no volver a pisar la preparatoria, pero todo cambio, Lee estaba interesado en ella como hace unos meses, así que sabía de antemano que todo cambiaria para mejor.
Camino por la ciudad para poder llegar a tiempo a la plaza Cheroqueen, y así lo hizo, espero por unos minutos cerca de la fuente hasta que a lo lejos observo la silueta de un chico alto, deportista que la estaba mirando fijamente. Ella corrió a sus brazos para solo poder percatarse de que ese hecho bastaría para de nuevo volver a padecer una gran desgracia, pero no cualquiera, algo que detonaría en una situación bastante grave. Stella y Lee se tomaron de las manos y conversaron acerca de lo que había ocurrido con él en estos últimos meses, para Stella no existía el tiempo pues parece que de nuevo se detenía y quería permanecer en ese instante toda la vida, con los ojos llorosos y la voz quebrada, Stella abrazo a Lee hasta que él la retiro.
Lee: Querida Stella, estos meses han sido un verdadero infierno sin tu presencia, nunca creí que alguien como tú me mantuviera tan incomodo, pensé que jamás volvería a ver tus hermosos ojos purpuras, y tocar tu cabello rosado, mi querida no quiero que te vallas de mi lado nuevamente así que te propongo que seamos novios de una vez por todas, mi amor por ti es tan grande que no quiero que desparezca en la inmensidad del tiempo, se me complico poder estar a tu lado, entre que me enferme de gravedad, luego las clases, exámenes y prácticas deportivas, además del torneo de basquetbol estudiantil, todo esto me abrumo y me fue imposible contactarte, hasta que una plática con mis compañeros de grupo salió tú nombre y Gina me dio una carta bastante arrugada que se encontraba en el fondo de su casillero. Te agradezco que nunca me olvidarás mi querida Stella, gracias a ese detalle es que estamos juntos nuevamente, me alegras el día con tan solo observar tu bello rostro, mi estimada Stella.
Todas esas palabras terminaron por entender que realmente todo lo que estaba ocurriendo era real y no solo un sueño que tenía que ver con su gran imaginación, de ahora en adelante ese sitio junto a la fuente de los cisnes era su lugar de reunión después de clases, cada día quedaron con verse diariamente y ahora serían una linda y feliz pareja de adolescentes muy enamorados, o al menos eso era lo que pensaba la chica.
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Cuando La Curiosidad Toma La Forma De Fantasma Enamorada
Paranormale¿Has escuchado una leyenda? y si es así ¿Qué tanto tienen de verdad? En este Instituto hay un par de amigos que les encantan las historias de suspenso y al parecer están muy familiarizados con ello, especialmente Marián, una chica que le gusta hacer...