Observó insegura a lo lejos la casa de Kaelan, y respiró profundo, armándose de valor, antes de decidir acercarse y contarle aquello que no había podido decirle.
Pero no hizo más que cruzar medio tramo, que Biel la interceptó, luciendo serio.
—Brenda ¿Qué necesitas?
—Hablar con Kaelan ¿Podrías decirle que venga?
—Claro, espérame aquí.
La rubia asintió con la cabeza, y esperó a que el muchacho regresará con Kaelan, observando las flores que habían plantadas por el jardín. Realmente se veían muy bonitas.
Y después de más de diez minutos, Biel regresó con Kaelan, que lucía realmente molesto.
—Brenda ¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó sin siquiera saludarla.
—Necesito hablar contigo, de algo importante.
—¿De qué?
—¿Podríamos hablar un momento a solas?
—No, Biel es mi hermano, sabe todo de mi, no tiene porqué irse.
—Pero esto es algo privado que sólo nos concierne a nosotros dos.
—Bueno, o hablas en frente de Biel, o puedes irte entonces.
—De acuerdo —le dijo asintiendo con la cabeza—. Cuando estuviste internado en el hospital por tu herida, yo pedí que me hicieran unos análisis para confirmar lo que sospechaba.
—¿Qué cosa? ¿Estás enfermas? —pronunció desconcertado.
—¡¿Enfermaste a mi hermano, maldita zorra?! —gruñó furioso Biel—. ¡¿Y cómo se te ocurre recién ahora decírselo?!
Brenda ignoró a Biel, mirando a los ojos a Kaelan.
—No estoy enferma, pero veo que tú sí. Tienes podrido el corazón —pronunció sintiendo que sus ojos se cristalizaban—. O quizás ni corazón tengas dentro del pecho.
—Dime entonces que tienes, y no nos hagas perder el tiempo a ambos.
—Estoy embarazada.
Kaelan se quedó en silencio y Biel palideció en ese momento.
—Y se que tú no querías unirte a nadie, ni tener cachorros. Pero prefiero decírtelo, antes de que nazcan y creas que-
—¿Y cómo sabes que son de mi hermano? —la interrumpió Biel—. No tienes certeza de que sean de Kaelan, podrían ser de cualquiera.
—¿Tú piensas eso también? —le preguntó a Kaelan.
—Biel tiene razón, ¿cómo estar seguro?
Desvió la mirada, y negó con la cabeza.
—Sólo quería que lo supieras, nada más, no iba a pedirte nada, y mucho menos quería usar esto para que te sintieras atado a mi de algún modo.
—Yo no puedo estar seguro de mi paternidad, Brenda. Estuviste con otros machos antes, no puedo, ni quiero hacerme cargo de un cachorro que no es mío.
Le dió la espalda, al sentir que comenzaría a llorar, y retomó su camino hacia sus tierras. No se mostraría débil ante ellos, porque ella era una alfa también.
Ya había cumplido con su parte de avisarle, no tenía la responsabilidad de más nada.
Kaelan se llevó la mano al pecho al sentir una punzada aguda en el pecho, y Biel apoyó uno de sus brazos sobre el hombro de él.
—Sólo quiere chantajearte emocionalmente, Kaelan. Sabe que aún hay un vínculo entre ustedes, y que tú sientes lo que ella siente, y quiere controlarte con eso.
—Sí —gruñó—. Debemos buscar cuánto antes una omega, y acabar con esto de una vez.
🌗🌗🌗
Se acostó en su cama, y se abrazó las piernas, cerrando los ojos. Por un rato, por un día aunque sea, no quería sentir más nada por él.
Sí, era verdad que antes de Kaelan, ella había tenido algunas parejas sexuales. ¿Y que tenía de malo eso? ¿Por qué guardarse para alguien que ni siquiera sabía si iba a conocer?
Pero sabía muy bien que estaba embarazada de él, porque no había tenido otra pareja sexual en meses. Su padre le había prohibido tener sexo hasta que ella hiciera la competencia, ya que aquello la debilitaba, por su condición de delta y los problemas de su corazón.
Entonces debía estar fuerte para pelear.
Además, según le habían dicho en la ecografía que se había hecho en la clínica, el embrión era tan pequeño, que aún no se veía nada, lo cual no iría con la edad gestacional de su última pareja sexual, antes de Kaelan.
Ella mínimo tendría que estar embarazada de cuatro meses.
Se llevó una mano al pecho, mirando la pared. Su corazón estaba enfermo ¿Podría realmente dar a luz? Si hasta cuando transicionaba, terminaba por desmayarse luego.
¿Y si perdía la conciencia mientras estaba pariendo? ¿Podría su bebé vivir hasta que ella despertara?
Se tocó el vientre, acariciándolo suavemente.
"Se abrazó a él y le tomó del rostro para que la mirara, para luego sonreírle. Le gustaba tanto el color azul de sus ojos. ¿Su cachorro también nacería con sus ojos? O quizás, con el color avellana de su cabello. O hasta con la forma recta de su nariz.
—¿Qué ocurre? —le inquirió inexpresivo.
—Me gustas mucho —sonrió, apoyando su mejilla en el brazo de él, acariciándole el rostro—. Eres tan lindo, mi amor.
—Brenda —suspiró, antes de desviar la mirada.
—Pero es la verdad, Kanelita, me gustas mucho. Te veo... Y siento que el corazón me late muy rápido —sonrió, bajando su mano hacia el pecho de él, apoyándola sobre su corazón—. ¿Tú no sientes lo mismo, amor?
—Sí, porque nuestros corazón ahora están unidos, y laten al mismo ritmo.
—Eso ya lo sé, amor, pero me refiero, cuando tú me miras ¿No sientes lo mismo?
Lo miró, esperando a que él respondiera, pero sólo se quedó mirando hacia otro lado, en silencio. Su sonrisa se borró suavemente, y le acarició el pecho.
—Vas a recuperar tu brazo, Kaelan, confía en mí."
Sus labios temblaron, y se cubrió los ojos, sollozando. ¿Por qué él no podía quererla? Aún sintiéndola, aún sabiendo que sus sentimientos eran verdaderos ¿No le podía gustar ni un poquito?
¿Por qué le había correspondido tantas veces antes de la unión entonces? ¿Sólo tenía curiosidad?
...
ESTÁS LEYENDO
Brenda
Short StoryLibro #4 de Los hijos de la Luna Realmente ¿La unión entre dos alfas puede funcionar?