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Se colocó su vestido más bonito, luego de una ducha, y se puso un poco de colonia, acomodando su cabello. Estaba ansiosa porque él llegara.

—Ustedes también extrañan a su papi, ya está por llegar. Sólo que a veces su abuelo exagera con hacerlo trabajar hasta tarde. Se olvida que él tiene una familia, y que además debe estudiar.

Sintió el aroma de Blake acercarse a la casa y se sintió nerviosa, sonriendo emocionada mientras iba hacia la puerta para abrirle.

—¡Llegaste! —sonrió, recibiéndolo con un abrazo.

La abrazó también cálidamente, y luego la separó un poco para poder verla.

—Wou ¿Por qué tan hermosa? ¿He olvidado algo?

—No, sólo quería sorprenderte —sonrió mirándolo a los ojos.

—Y vaya que lo hiciste, estás hermosa.

Lo miró a los ojos y se mordió levemente el labio inferior.

—Blake.

—Dime.

—Y-Yo...

—¿Qué pasa? —sonrió.

—Blake, me gustas mucho —le confesó con temor—. No sé en qué momento ocurrió, pero... Me enamoré de ti, de tu forma de ser, de cómo me tratas, de cómo amas a las bebés, aún sin conocerlas. Yo no lo buscaba, lo juro, simplemente pasó. Y si... Si tú no sientes lo mismo, entonces olvida todo lo que-

La tomó del rostro y la besó, callándola. Brenda lo tomó de los hombros y le correspondió el beso ansiosa, llevaba tanto tiempo queriendo hacerlo.

Sentía que su corazón no podía latir más rápido en ese momento, él era tan dulce hasta para besarla, haciéndola sentir sus piernas flaquear.

—¿Qué ocurre? —sonrió entre besos cortos, sin dejar de tomarla de las mejillas.

—Si me sueltas, creo que me caigo —sonrió tontamente, aún con los ojos cerrados.

La abrazó a él, y le acarició suavemente la espalda, el cabello, antes de darle un tierno beso en la frente.

—No me sueltes nunca —le pidió en un tono bajo.

—Nunca —le aseguró en un tono suave.

🌗🌗🌗

—Yo quiero ir, North. Es la unión de Blake, no podemos faltar.

—Natalie, en estos momentos no podemos dejar solo a Kaelan, o terminará haciendo una locura.

—De acuerdo, entonces iré con los más pequeños, y tú te quedas aquí con Biel.

—¿Qué? No, no puedes hacer un viaje tan largo con los bebés.

—Es un momento muy especial para Blake, y yo estaré ahí con mi hijo. Tienes idea de lo horrible que será para él ver a toda la familia de ella ahí presente ¿Y nadie de la suya? Yo me iré con los niños, te guste o no.

🌗🌗🌗

Besó suavemente su cuello, bajando con tibios besos hacia sus pechos, y los saboreó por primera vez, escuchándola jadear bajo, mientras le acariciaba el cabello.

Le acarició suavemente la panza, y sonrió con ternura, antes de llenarla de besos. Eran sus bebés, no importaba si no llevaban su sangre, él las amaba como sus hijitas ya.

Siguió descendiendo, y Brenda jadeó alto cuando él probó su intimidad, gimiendo cuando lo sintió lamer más profundo, antes de chupar.

—B-Blake —gimió, tomándose de las sábanas, cerrando los ojos, apretando sus pies al costado del cuerpo de él.

Le demostraría que aún embarazada, para él se veía hermosa. Se lamió dos de sus dedos, y suavemente la penetró.

—N-No, tú —jadeó, antes de empezar a gemir alto cuando Blake no sólo comenzó a penetrarla con los dedos, sino también a lamer su intimidad, chupando.

Sí, sabía que quería sentirlo a él, y él también lo quería, pero antes debía lubricarla, ¿Y qué mejor si la hacía alcanzar el orgasmo?

🌗🌗🌗

La observó, sin sentir nada realmente. Ya no sentía nada por nadie, ni siquiera podía empatizar por su actual mujer, quien había enfermado luego de escuchar a Biel decir que Kaelan quería ir tras su ex mujer.

Jamás creyó que las omegas fueran tan sensible.

La cubrió con una de las mantas y salió de la habitación... Él sólo quería ir hasta PurpleSnow y hablar con Brenda, estaba seguro que si ella aceptaba escucharlo, lo entendería.

Porque después de todo, ella era su pareja predestinada, ellos estaban unidos sin importar qué.

Incluso si llegaba a casarse con Blake, no importaba, porque los hijos que tendrían, eran de él, sus cachorros. Ahí el único que saldría lastimado, era Blake por caprichoso, por no querer hacerse a un lado.

Porque en vez de meterse con su mujer ¿No se iba a buscar a Hana? Pero claro, que iba a hacerlo, si nunca había tenido las agallas de enfrentar a ninguna mujer, era un cagón.

¡Un maldito cagón que le había robado su compañera! ¡Sus hijos!

Gruñó de rabia y comenzó a arrojar todo lo que había a su alrededor, azotándolo contra las paredes.

No le importaba si se unía en dos días ¡Brenda siempre sería suya!

—K-Kaelan —pronunció agitada Adda saliendo de la habitación—. ¿Qué te pasa?

—Vete a la habitación, ahora.

—Pero.

—¡Que te vayas! —le gritó con rabia, asustándola.

Odiaba en ese momento no poder irse de su maldita casa por la salud de su mujer.

Lo único que quería era qué se muriera de una vez, o se salvara, antes de seguir haciéndole perder el tiempo.

...

BrendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora