—Un mes después—
—Papá —pronunció sorprendido, antes de abrazarlo—. No creí que tú vendrías también.
—No pude venir a tu unión, no iba a perderme conocer a mis nietas también —sonrió levemente North.
—Vengan, pasen por favor —sonrió feliz, al ver que toda su familia había podido ir.
Entraron a la casa de Blake, y el pelirrojo observó asombrado el hogar de su hijo por dentro. Ellos vivían como los humanos.
—En seguida le digo a Brenda que baje con las niñas, pónganse cómodos por favor —sonrió.
—¿Viste que grande es su casa? —sonrió Natalie—. Blake me contó que el papá de Brenda y sus hermanos lo ayudaron a construirla.
—Y además tienen electricidad —le dijo Cala—. Espero pronto llegue a nuestro territorio también.
—¿Podemos prender eso, ma? —le preguntó Hazel señalando la televisión.
—Cuando regrese tu hermano le preguntaremos si nos deja. Ahora quédense sentados allí —les dijo Natalie llevando a los mellizos hasta el sillón—. Ven Brisa, siéntate aquí también.
Unos minutos después, Blake regreso a la sala con Brenda y las bebés en brazos.
—Hola, que bueno volver a verlos —sonrió Brenda—. Especialmente a usted, North, hacía como un año que no lo veía.
—Lo mismo digo...
—Ella es Amalia, la primera en nacer —sonrió Blake acercando a la bebita rubia—. Saluda a tus abuelos, hijita.
—Es preciosa —sonrió enternecida Natalie, mirando a la pequeña con Ian en brazos—. Mira mi amor, mira que linda es tu sobrinita.
El bebé observó a la pequeña, y acercó su manito para tocarla, sonriendo también, haciendo sonreír a ambos padres.
—¿Viste que bonita es, Ian?
—Y ella es Dana, la más pequeña —sonrió Brenda enseñándole a la otra niña.
North observó a la bebé, en silencio, sintiendo que el tiempo se detenía en ese momento, y volvía a casi veinte años atrás, cuando vio su si por primera vez a Kaelan.
Respiró profundo y Zarek se acercó a su padre, para poder tomar en brazos a Xan que no dejaba de moverse.
—¿Podría tomarla? —le preguntó en un tono bajo a Brenda.
—Claro.
La rubia le dió con cuidado a la niña, y North la tomó, ahogando un sonido lastimero. Se parecía tanto a Kaelan, y su aroma era tan similar. Era como tener nuevamente en brazos, y a su edad, a su hijo.
Su hijo que hacía meses no sabía nada de él, al cual no podía visitar, al que no había vuelto a ver.
—Sí, ella se parece mucho a él —le dijo en un tono bajo Blake.
North asintió con la cabeza, acariciando suavemente una de las mejillas de la bebé, antes de darle un beso en la frente.
—Ambas son hermosas, felicidades por sus hijas —les dijo devolviéndole la bebé a Brenda—. Y felicidades a ambos por su unión, espero sean muy felices.
—Muchas gracias, papá.
—Gracias, North —sonrió.
Asintió levemente con la cabeza, observando a Dana mientras Natalie seguía hablando con Blake y Brenda, sobre el cuidado de los bebés, lo poco que dormían, la conexión que habían entre mellizos y gemelos.
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Brenda
Short StoryLibro #4 de Los hijos de la Luna Realmente ¿La unión entre dos alfas puede funcionar?