Se abrazó a su pecho, con los ojos cerrados, pasando suavemente su mejilla. No, no quería salir de aquel lugar, de ese momento, de ese sentimiento. Se quería quedar para siempre allí, en sus brazos, sintiendo su aroma, y el calmo sonido que le brindaba su corazón.
Había tenido muchas parejas sexuales, pero ni siquiera su unión con Kaelan había sido tan especial como aquella primera vez con Blake.
—¿Te dormiste? —le preguntó en un tono suave, acariciándole el cabello y la espalda.
La rubia negó levemente la cabeza, sin querer despegar la mejilla del pecho de él.
Blake sonrió suavemente y le dió un beso en la frente, antes de abrazarla más a él, y cerrar los ojos también. Pero... La duda de su hermano estaba allí.
—Brenda, hay algo que me gustaría que hablemos.
—¿Qué cosa? —le preguntó con temor.
¿Se había arrepentido de estar con ella? Lo sabía, no tendría que haber mezclado sus sentimientos con la calentura. Blake sólo-
—Cuando fui hasta el territorio de mi padre, para invitarlo a nuestra unión, me encontré con Kaelan.
Dejó de pensar al escuchar aquello y luego se alejó un poco de él para mirarlo.
—¿Él sabe que vamos a unirnos?
—Sí.
—Y... ¿Cómo lo tomó?
La miró a los ojos, con cierta inseguridad.
—Desde que acepté mis sentimientos por tí, supe que algo así podría ocurrir, porque yo sé que tú estás unida a él, que existe un lazo entre ustedes.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Él quiere dejar a su mujer y volver contigo —le dijo en un tono bajo.
Y al ver que ella se quedaba callada, pensando en aquello, Blake desvió la mirada... Tal vez el lazo que había entre Brenda y Kaelan, era más fuerte que los sentimientos que ella decía tener por él.
Y al parecer, Kaelan tenía razón, el podría volver cuando quisiera y llevarse a su mujer y cachorros, porque después de todo, eran suyos al final.
—¿Tú qué le dijiste, Blake? —se animó a preguntar.
—Que los cachorros y tú eran míos, pero creo que esa no es la respuesta que tú hubieses querido que le dé —murmuró, mirando hacia abajo.
Y su pecho dolió, porque aunque él tenía a Hana como su pareja de unión, no dejaría a Brenda, tenía sus sentimientos claros. Pero claro, la diferencia estaba en que entre él y Hana no había pasado, pero ella si se había unido a Kaelan.
—Él quería dejar a su mujer y venir aquí por ustedes. No creo que tu padre lo acepte luego de lo que hizo, pero podrían irse a vivir a las tierras de él en Redrivers, que son las más lejanas. Aunque no me corresponda, yo sólo te pido que esperes a que nazcan las bebés, sería muy peligroso para ti hacer un viaje tan largo a poco tiempo de dar a luz.
—Blake ¿Tú harías esto por mí? ¿Dejarías que yo esté con Kaelan?
Asintió con la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta. Era su culpa, por meterse y hacerse cargo de problemas ajenos.
—Sí, Brenda, yo... Sólo quiero que tú y las niñas sean felices. Y si tú sólo puedes ser feliz a su lado, yo mismo te llevaré con Kaelan. Sólo espero esta vez sepa cuidarte y darte todo lo que mereces.
Respiró profundo, sintiendo tanta angustia, que ya no quería estar en aquel lugar que no era suyo, que no le pertenecía a él... Sino a su hermano.
—No le diremos nada a tu padre hasta que las niñas nazcan —pronunció en un tono bajo, antes de salir de la cama.
—¿Pero a dónde vas? —le preguntó con lágrimas en los ojos—. Blake ¿Qué haces?
—¿No es esto lo que quieres? ¿Regresar con él?
—N-No —sollozó, negando con la cabeza—. Yo no quiero volver con él, ¿Por qué querría estar con una persona como Kaelan? Él se cree qué yo soy un objeto de su propiedad ¿Qué puede dejar y tomar cuando quiera? ¿Y ahora quiere a las niñas? Las negó en frente de Biel, ambos dijeron que yo era una puta que se acostaba con cualquiera, y que de seguro mis cachorros no eran de él. Tomó... Tomó a otra mujer estando unido conmigo, y jamás pensó en el sufrimiento que me causaba, ni siquiera cuando decidió dejarme sola, sin siquiera un techo donde vivir. No, Blake, yo jamás volvería con él, ni aunque tú me dejaras ahora.
—No llores, tranquila, te haca mal la angustia —le dijo sentándose a su lado, secándole las lágrimas del rostro—. Sabes que yo nunca te dejaría, a menos que tú misma me alejaras.
—Él único padre de mis hijas, eres tú, nadie más, tú fuiste el único que jamás las negó y siempre se preocupó por ellas, no existe nadie más que tú.
—Ya no llores —le pidió dándole un beso corto, seguido de otro—. Tranquila, no llores.
Se abrazó a él y lo besó también. Ella no quería a Kaelan, no quería siquiera volver a verlo. Y odiaba la unión que tenía con él, el lazo que los seguía uniendo.
—Márcame —le pidió contra sus labios.
La alejó y la miró a los ojos.
—Brenda.
—Quiero que me marques, para que entiendas y sientas que soy tuya, no de él.
Sonrió y le dió un suave beso en los labios.
—Cuando las bebés nazcan, me uniré a ti, y te marcaré. Tú corazón ahora está trabajado mucho por las tres, no puedo sumarle ahora el estrés por la marca y la unión —le explicó abrazándola—. Cuando ellas nazcan, y tú estés recuperada, lo haremos.
—De acuerdo —sonrió ilusionada, apoyando su mejilla en el hombro de él.
Tendría su marca, finalmente estarían unidos a los ojos de todos.
...
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Brenda
Short StoryLibro #4 de Los hijos de la Luna Realmente ¿La unión entre dos alfas puede funcionar?